El uso del chupete trae bastante controversia en los últimos años. En las sociedades más desarrolladas, su uso está generalizado, pero es cierto que tiene defensores y detractores. Chupete, ¿sí o no? Por un lado,…
Este post se publicó originalmente el 28/09/2022 y ha sido actualizado en fecha 26/09/2024
¿Cuándo el bebé puede usar chupete? ¿Qué se le puede dar a un bebé recién nacido para dormir? ¿Qué tipo de chupete se recomienda para un recién nacido? ¿Qué pasa si le doy chupete a mi bebé recién nacido para dormir? ¿Está aconsejado poner chupete al recién nacido? Vamos a aclarar todas estas cuestiones.
Succión no nutritiva y uso del chupete
El chupete, ese objeto que nos resulta tan familiar en la boca de los bebés, es un invento relativamente reciente. El diseño actual que consta de una tetina suave unida a un escudo o disco que sirve de soporte para que no se lo traguen y un asa corresponde a un diseño patentado a principios del siglo XX, aunque previamente se utilizaron otros objetos con el fin de tranquilizar a los bebés cuando necesitaban succionar sin intención de alimentarse.
Porque el bebé no succiona solo para alimentarse. La succión no nutritiva es también muy importante para relajarse y otras funciones que luego veremos, pero uno de los principales usos que le damos al chupete es conseguir que dejen de llorar, se calmen y se duerman.
No es casualidad que en inglés americano el chupete se denomine pacifier, lo que podría traducirse como pacificador o tranquilizador. Uno de los objetivos que se busca cuando se utiliza el chupete con intención de suplir las necesidades de succión no nutritiva del bebé es precisamente ese: tranquilizarlo.
Pero también cumple otras funciones no nutricionales ya que podría contribuir a estabilizar la respiración, estimular las funciones motoras de la boca, modificar el patrón de sueño y de funcionamiento del sistema nervioso autónomo entre otras ventajas que se le atribuyen a la función no nutritiva de la succión.
En inglés británico el chupete se traduce como dummy, que tiene ciertas connotaciones peyorativas al definir el objeto como una imitación o burdo sustituto del pezón materno. El pezón, además de ser el vehículo para la transferencia de la leche del pecho materno a la boca del bebé, tiene también la función de aportar los beneficios de la succión no nutritiva, proporcionando contacto físico, presencia y calor materno.
Al sustituir esta función no nutritiva por el uso del chupete se puede producir una disminución de la duración de la lactancia materna, un aumento del riesgo de otitis media y problemas de maloclusión dental y alteraciones a largo plazo de la estructura y funcionalidad de la boca. La interferencia que produce el uso del chupete en la lactancia se debe probablemente al fenómeno denominado «confusión con el pezón» que hace que el bebé rechace el pecho al preferir succionar la tetina de goma o silicona del chupete.
Qué evidencia tenemos de todas estas afirmaciones: Controversia científica
Sobre el efecto del uso del chupete en la duración de la lactancia materna exclusiva siempre ha habido mucha controversia. Un metaanálisis de 2017, que incluía 46 estudios para analizar este fenómeno, encontraba que el uso del chupete en menores de 6 meses aumentaba el riesgo de interrupción de la lactancia materna exclusiva en 2,5 veces. Siguiendo esta postura, la OMS advierte, en sus 10 pasos para una lactancia materna exitosa, que se debe informar a las madres de los riesgos de usar biberones, chupetes y tetinas.
Sin embargo, otro metaanálisis aún más reciente, de julio de 2022, no encuentra diferencias en la duración de la lactancia entre bebés que usan o no usan chupete. Pero además detecta que en prematuros, el uso del chupete disminuye el tiempo de estancia hospitalaria al conseguir que el bebé pueda dejar la alimentación por sonda antes y comenzar a alimentarse por succión, que es muy importante para facilitar el alta al domicilio. Estos autores, por tanto, recomiendan dejar la decisión del uso del chupete en manos de los progenitores, dado que no parece interferir en la duración de la lactancia.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que, aunque los metaanálisis son los estudios más potentes para buscar relaciones entre fenómenos, ya que valoran conjuntamente todos los estudios publicados hasta la fecha, la calidad de los estudios analizados no es la óptima ya que no hay ningún ensayo clínico, por ejemplo.
Un ensayo clínico, el tipo de estudio más fiable, consistiría en dividir un grupo de recién nacidos de características similares en dos partes y recomendar a un grupo usar chupete y al otro grupo no y ver la tasa de lactancia materna pasado el tiempo. Este tipo de ensayo es muy difícil de realizar, por razones prácticas y éticas, por lo que los estudios disponibles son simplemente observacionales y difícilmente permiten establecer relaciones de causa efecto entre el uso del chupete y el abandono precoz de la lactancia.
¿Disminuye el riesgo de muerte súbita del lactante?
Otra ventaja que se le atribuye al uso del chupete es la de disminuir el riesgo de muerte súbita del lactante. Aunque las medidas más importantes para su prevención son poner al bebé a dormir boca arriba, evitar fumar y ofrecer lactancia materna, el uso del chupete parece conferir también cierto grado de protección frente a este fenómeno.
Una revisión sistemática de los estudios disponibles encuentra que efectivamente disminuye el riesgo de SMSL. No se conoce bien el mecanismo por el cual ejerce ese papel protector, pero se ha postulado que podría intervenir en el control del sistema nervioso autónomo sobre la respiración y la función cardiovascular, pero también podría estar implicado en el mantenimiento de la permeabilidad de la vía aérea al condicionar que la lengua esté más adelantada para poder ejercer el movimiento de succión a la vez que se va fortaleciendo el tono muscular de las estructuras de la vía aérea.
Entonces, ¿es bueno poner chupete al recién nacido?
Lo cierto es que, aunque no se sabe muy bien cómo funciona, sí se sabe que es útil y por eso la Asociación Americana de Pediatría, en sus recomendaciones para prevenir el SMSL, recomienda el uso del chupete para dormir, tanto de noche como durante las siestas, indicando que no es necesario reintroducirlo si se cae una vez que el bebé se ha dormido y tampoco es necesario insistir si el bebé lo rechaza.
El chupete se debe mantener limpio y en buen estado, cambiándolo con frecuencia para evitar que se deteriore. Igualmente recomienda retrasar su introducción en bebés amamantados hasta el mes de vida para asegurarse de que la lactancia esté bien establecida.
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