Educar en el respeto a los derechos humanos tiene premio: Una escuela rural de Valladolid gana el IV Premio Iberoamericano de Educación en Derechos Humanos ‘Óscar Arnulfo Romero’

El proyecto “Déjame que te cuente: La fábrica de los Derechos” acerca a los más pequeños los Derechos Humanos a través de los cuentos

Cabezón de Pisuerga es un pequeño municipio de Valladolid de 3.693 habitantes. Un pueblo que se ha dado a conocer “al otro lado del océano” porque allí, profesorado, alumnos y familias han ganado un premio internacional en derechos humanos con el proyecto «Déjame que te cuente: la fábrica de los Derechos». Concretamente, el que otorga la Fundación SM y la Organización de Estados Iberoamericanos (OIE) para la Educación.

El proyecto “Déjame que te cuente: La fábrica de los Derechos” ha involucrado a los 320 alumnos y 28 maestros del colegio, y trabaja desde infantil hasta 6º de primaria buscando acercar a los más pequeños a los Derechos Humanos desde edades tempranas con el lenguaje lúdico y cercano que les proporciona la literatura infantil.

Hoy hablamos con las responsables del centro y del proyecto. Se trata de Rosa Elena Román, directora del CEIP Melquiades Hidalgo, y Arancha Vilor, coordinadora del proyecto. El reconocimiento ha sido acogido con sorpresa e ilusión por parte de la comunidad educativa. El proyecto, además, se ha hecho merecedor de un reconocimiento de 5.000 dólares para ser invertidos en el crecimiento y mejora de la iniciativa. La base de la iniciativa es ahondar en los derechos humanos a través de los cuentos.

El objetivo del proyecto es que los alumnos y alumnas aprendan de otras experiencias y realidades para que se formen en la solidaridad desde un punto de vista crítico. Y es que los cuentos son una vía para el aprendizaje fundamental para niños y niñas.

P: Lo primero, enhorabuena por ese premio internacional sobre los derechos humanos: ¿Cómo lo recibió el equipo docente y sobre todo el alumnado del colegio?

R: Para todo el centro ha sido una gran alegría recibir este premio sobre todo porque no contábamos con este galardón. Cuando nuestro proyecto fue seleccionado como premio nacional para representar a España ya fue algo indescriptible. Pero lograr ser premio internacional es algo que nos llena de orgullo, sobre todo porque en la presentación de los proyectos en Santiago de Chile descubrimos que había iniciativas muy buenas. Para los niños/as y la población de Cabezón supone algo muy importante. Nuestro pueblo se ha dado a conocer “al otro lado del océano”.

Nuestro proyecto fue seleccionado como premio nacional para representar a España

P: ¿En qué consistió el proyecto presentado al Premio Iberoamericano de Derechos Humanos?

R: Es un proyecto de centro en el que participa todo el alumnado, todo el profesorado, familias y entidades locales. Se desarrolla a lo largo del curso escolar. Para llevarlo a cabo diseñamos y desarrollamos actividades en las que el alumnado tiene que leer, investigar, experimentar y exponer aquello que piensa, siente y aprende.

La finalidad de este es sensibilizar y descubrir el mundo a través de los cuentos conociendo experiencias que nos permitan formar, dentro del marco de una ciudadanía global, a personas solidarias, sensibles, dialogantes, responsables y dispuestas a comprometerse. Y que participen tanto de manera personal como social basándose en el respeto por los derechos humanos, la apertura a los demás y el uso crítico de la razón.

La finalidad es formar, dentro del marco de una ciudadanía global, a personas solidarias, sensibles, dialogantes, responsables y dispuestas a comprometerse

El título «Déjame que te cuente» hace referencia a todas esas historias protagonizadas por niños y niñas que ocurren en otras partes del mundo y que merecen ser conocidas por nosotros.

P: ¿Por qué se optó por utilizar los cuentos infantiles?

R: Todos nuestros proyectos tienen un hilo conductor, una herramienta común que nos ayudan a desarrollarlos. En otras ocasiones hemos empleado las obras de arte o el cine. Para el proyecto «Déjame que te cuente. La fábrica de los Derechos» escogimos la literatura infantil. Creemos que los cuentos tienen la capacidad de hacernos viajar con la imaginación. Nos trasladan a otros lugares, otras realidades, nos hacen conocer, imaginar, emocionarnos…

Por lo tanto, un libro es una magnífica herramienta para descubrir el mundo que nos rodea, generar inquietud, deseos de conocer. A través de los cuentos nuestro alumnado puede acercarse y conocer las realidades de niños que viven en otras partes del mundo. Se acercan a situaciones de pobreza, de emergencia, necesidad, cómo se sienten, cómo lo afrontan, emigración, dificultades, discriminación por razón de raza, sexo, etc.

Un libro es una magnífica herramienta para descubrir el mundo que nos rodea, generar inquietud, deseos de conocer. A través de los cuentos nuestro alumnado puede acercarse y conocer las realidades de niños que viven en otras partes del mundo

Cuando estábamos discerniendo el planteamiento del proyecto hicimos una selección de libros que, a nuestro criterio, aúnan los Derechos Humanos y la Educación para el Desarrollo. Títulos que nos han permitido pensar y reflexionar sobre la equidad, los derechos Humanos, las desigualdades, la paz o la sostenibilidad del medio ambiente. También nos han invitado a descubrir mundos, sentimientos, a ser críticos con las realidades que analizamos y a posicionarnos ante diferentes dilemas que se dan en el mundo.

P: ¿Quiénes son los autores/as de estos cuentos? ¿De qué tratan?

R: Algunos de los títulos de los libros con los que hemos trabajado son: ‘Niños del Mundo’ de Delphine Baddredine, ‘Rosa Caramelo’ de Ángela Turín y Nella Bosnio, ‘El niño que pintó el Mundo’ de Javier del Amo, ‘Wangari: y los árboles de la paz’ de Jeanette Winter, ‘El Biblioburro’ de Jeanette Winter, ‘Los niños migrantes no vienen de la luna’ de Montserrat Alonso, ‘Yo soy Malala’ de Malala Yousafzai y ‘Palabras de Caramelo’ de Gonzalo Moure. Y, por supuesto, la Declaración Universal de los Derechos Humanos Ilustrada publicada por las Naciones Unidas.

Hemos trabajado haciendo hincapié en valores como el respeto a la diversidad, la igualdad de género, la cooperación, la ayuda, la colaboración, el diálogo, la confianza, la comprensión, la tolerancia, la paz, la justicia, la solidaridad y la empatía

Con todos ellos hemos trabajado, haciendo hincapié en valores como el respeto a la diversidad, la igualdad de género, la cooperación, la ayuda, la colaboración, el diálogo, la confianza, la comprensión, la tolerancia, la paz, la justicia, la solidaridad, la empatía, etc.

P: ¿Por qué es importante que los menores sepan qué son los derechos humanos y por qué hay que defenderlos?

R: Partimos del convencimiento de que el alumnado debe ser educado en el respeto a los derechos y libertades dentro de los principios de convivencia. Queremos que nuestros niños y niñas se desarrollen como personas tolerantes y responsables. Igualmente, es importante desarrollar el espíritu crítico para poder discernir ideas, criterios y pautas de comportamiento en la sociedad en la que les ha tocado vivir. Por otro lado, queremos favorecer el aprecio y el respeto por el medio ambiente y de esa manera participar activamente.

Debemos educar conciencias críticas

Por ello, y ante todos los hechos que ocurren en el mundo, debemos educar conciencias críticas. El alumnado debe conocer lo que pasa y que ellos se formen una opinión. No podemos darle la espalda a lo que pasa en el mundo, ni podemos obviar que los derechos humanos se incumplen cada día en muchos países. Partimos de la premisa de que «quien no conoce la realidad no puede transformarla». Por eso debemos educar para que se pueda producir el cambio.

Quien no conoce la realidad no puede transformarla. Por eso debemos educar para que se pueda producir el cambio

P: Este premio internacional sobre los derechos humanos tiene el nombre de un sacerdote salvadoreño asesinado en 1980, Oscar Arnulfo Romero. ¿Deben los niños saber que a los defensores de los derechos humanos se les persigue?

R: Es importante que los niños conozcan personas como Oscar Romero, Ghandi, la Madre Teresa de Calcuta, Vicente Ferrer y tantos otros que lucharon y defendieron los derechos de todos, sobre todo los de los más desfavorecidos. Y que luchar por el bien de todos a veces lleva consecuencias no deseadas. Pero es evidente que debemos tener en cuenta las edades de los niños con las que trabajamos para contárselo de manera que puedan entenderlo sin que les cause perjuicio.

P: ¿Qué creen que han aprendido de esta experiencia y con ese premio internacional sobre los derechos humanos?

R: Nosotras diríamos «¿qué hemos aprendido y qué seguimos aprendiendo?». Porque primero, este es un proceso, y segundo, todos estamos inmersos en él. Hemos aprendido qué son los derechos humanos, que asociados a ellos también hay obligaciones y responsabilidades. Que hay niños en el mundo que no gozan de las mismas “ventajas” que nosotros o personas que estando en el siglo XXI pasan hambre o son perseguidas por sus ideas… Pero, a pesar de todo esto, hay esperanza de cambio. Con nosotros está esa posibilidad de cambio empezando por lo pequeño, por mi entorno, mi casa, mi escuela.

Con nosotros está esa posibilidad de cambio empezando por lo pequeño, por mi entorno, mi casa, mi escuela

P: Esta iniciativa no es una isla, sino que forma parte de una filosofía dentro del colegio. ¿Cuál es el objetivo de este tipo de actividades?

R: Tanto alumnado como profesorado somos conscientes desde hace tiempo de que la escuela es una pequeña comunidad. Un espacio en el que se convive y se enseña a convivir, en el que la persona es lo más importante.

La escuela es una pequeña comunidad. Un espacio en el que se convive y se enseña a convivir, en el que la persona es lo más importante

Nuestra filosofía de centro nos lleva a entender que cuando hablamos de valores no podemos separarlos de la educación. El acto educativo lleva implícito la transmisión de un conjunto de valores. Para nosotros, los valores no se identifican con una materia específica, ni área de conocimiento, sino que debe reflejarse en todas las áreas y materias del currículo. También en las normas de organización y funcionamiento del centro educativo.

Cuando hablamos de valores no podemos separarlos de la educación

No sería muy coherente predicar una serie de valores en el aula y no vivenciarlos en ella. Así mismo, consideramos que la educación en valores no es sólo responsabilidad del conjunto del profesorado, por ello cuando planificamos un proyecto implicamos a toda la comunidad educativa.

Queremos educar para formar a personas con criterios propios. Personas que sean capaces de ser críticas con el mundo que les rodea sin olvidar la necesidad de ser solidarios con los que más lo necesitan y responsables con la sociedad a la que pertenecen. Y todo ello con metodologías que hagan partícipes y protagonistas a nuestros hombres y mujeres del mañana. Creemos que este tipo de proyectos y el premio internacional sobre derechos humanos nos permiten aprender a reflexionar, a dialogar, a superar conflictos, compartir, respetar, etc.

Queremos educar para formar a personas con criterios propios

P: El concurso conlleva un premio en metálico. ¿A qué destinarán ese dinero de este premio internacional sobre los derechos humanos?

R: El dinero será destinado a seguir trabajando en proyectos de este tipo, proyectos que desarrollamos en el centro desde 2016 y que siempre requieren de un esfuerzo económico.

P: ¿Qué necesidades tiene un colegio como este, de un municipio pequeño en una comunidad como Castilla y León?

R: Siempre hay necesidades en un centro educativo. En el nuestro es necesario contar con financiación suficiente para poder desarrollar este tipo de proyectos en el centro, modernizar y adaptar nuevos espacios de aprendizaje, conseguir completar los estantes de nuestra biblioteca con libros y cuentos ilustrados que nos sigan apoyando para inculcar valores.

P: ¿Qué iniciativas similares van a desarrollar durante el nuevo curso?

R: Este curso escolar seguimos trabajando con la literatura infantil y seguimos ahondando específicamente en el derecho a tener un medio ambiente sano y el derecho a la alimentación.

 

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