El 4 de marzo se celebra el Día Mundial contra la Obesidad Infantil. Según datos de 2019, en España el 23,3% de los niños de entre seis y nueve años tiene sobrepeso y un 17,3%…
Estamos habituados a hablar de niños que comen poco y a preocuparnos por ellos, pero ¿qué pasa cuando un niño come demasiado? Y es que también existen niños que parece que no se sacian nunca e incluso tienen ansiedad por la comida. ¿A qué se debe y qué podemos hacer por ellos? ¿Por qué mi hijo come demasiado? ¿Cómo quitar la ansiedad de comer a un niño?
«Mi hijo come mucho y no engorda»
Muchas familias no ven un problema en que su hijo coma lo mismo o más que un adulto, y es cierto que esto no es un problema cuando el estado de salud del niño o la niña es bueno. De igual modo que hay niños que comen poco y están perfectos de peso y salud, también hay peques que comen mucho y también están bien.
¿Qué pasa cuando un niño siempre tiene hambre? No tiene por qué pasar nada necesariamente. Hay peques que queman las calorías que ingieren porque son muy movidos, practican mucho deporte o tienen un nivel alto de actividad física. O pueden ser niños o niñas con una constitución delgada y atlética y/o con un metabolismo basal lo suficientemente elevado como para ingerir gran cantidad de calorías sin engordar.
Pero si existe un problema de ansiedad por la comida, sobrepeso, obesidad, diabetes, colesterol… tenemos que hacernos cargo del problema. Entonces nos toca empezar a mirar todo lo que se está haciendo mal para enderezarlo y tratar de evitar posibles problemas de salud. Es decir, tenemos que averiguar por qué un niño parece que no se sacia.
¿Por qué mi hijo come demasiado?: Un problema que puede empezar con el biberón
La leche de fórmula tiene las mismas calorías que la leche materna. Visto así no tiene mucho sentido afirmar que una puede hacer más obesos a los bebés que la otra, ¿verdad? Pero es que resulta que una sale del pecho materno, del que hay que mamar para que salga, es decir, hacer un esfuerzo. La otra, en cambio, sale de un biberón, y a menudo no hay que hacer nada para que caiga.
Del pecho nadie sabe cuánto sale, es el peque quien toma y deja, a demanda. Con el biberón, en cambio, es fácil controlar las cantidades que damos a nuestro hijo o a nuestra hija en cada toma, y así este/a tiene más difícil autorregularse obedeciendo a sus necesidades de hambre y saciedad, sobre todo si tendemos a pensar que se tiene que acabar el biberón.
Como resultado, son muchos los bebés que toman más leche del biberón que la que tomarían si estuvieran mamando, simplemente porque como sigue cayendo, siguen tragando. Y si un/a peque se acostumbra a comer mucho en cada toma, podría suceder lo que se conoce coloquialmente como «hacérsele grande el estómago»: el estómago permite cada vez más comida y la sensación de saciedad tarda más en llegar.
«Mi niño siempre tiene hambre»: Lo puede haber aprendido en casa
Se recomienda comer a demanda, tanto a los niños como a los adultos, porque en condiciones normales una persona come, más o menos, cada 3 horas. De esta forma, se hacen unas 5 comidas al día, que en algunos casos es lo ideal (porque es mejor comer varias veces poca cantidad, que comer menos veces al día pero comer con mucha hambre, demasiado deprisa, quizás demasiada comida).
Hace tres comidas al día, en lugar de cinco
Debido a nuestro estilo de vida, y por costumbre, nos hemos habituado a seguir unos horarios, y esto tiene como consecuencia que sean muchas las personas que hacen solo tres comidas al día (desayuno, comida y cena), obligando al cuerpo a comer más cantidad en cada sentada, haciendo menos digestiones (cada digestión consume calorías) y estando menos activos tras cada comida (el cuerpo pide descanso para poder digerir todo lo que ha ingerido).
Así que si te planteas «¿por qué mi hijo quiere comer a cada rato?», quizás sea que estáis haciendo solo tres comidas al día, en lugar de las 4-5 que podrían irle mejor, y el peque está respondiendo, sencillamente, a lo que su cuerpo de forma natural le pide porque, incluso aunque se lo coma todo en cada comida, puede que llegue con mucha hambre a la siguiente.
Mi hijo come mucho y muy rápido
Si además son de comer rápido, ni te cuento. Una de las recomendaciones para llevar una dieta equilibrada es comer despacio, porque a los 20 minutos de estar comiendo es cuando empieza a aparecer la sensación de saciedad. Hay pocas familias que se planteen cómo enseñar a un niño a comer despacio, y en cambio muchas que se quejan porque «es que mi hijo come muy lento» o que preguntan «¿cómo hacer para que los niños coman más rápido?» cuando en realidad esto es maravilloso (comer despacio, no marear la comida en el plato durante horas sin llevársela a la boca).
Si en 20 minutos un niño ha comido poco, las probabilidades de que no se llene son mucho más altas que las de un niño que en esos mismos 20 minutos ya lo ha devorado todo, pues la saciedad llegará, simplemente, cuando ya se ha saciado de verdad.
¿Qué hacer cuando un niño no para de comer?
El hecho de que un niño coma mucho no tiene por qué ser indicador de problemas. Ahora bien, la báscula no miente. Si, como hemos dicho, la báscula nos está diciendo que hay sobrepeso u obesidad, sí que hay que hacer algo porque ese niño o esa niña está comiendo más de lo que necesita. Sencillamente.
Hay casos en los que las madres y los padres insisten en afirmar que su hijo no come tanto, que siempre ha sido así, que es su constitución, etc. Algo de razón pueden tener, porque cerca de un 5% de niños con obesidad lo son como causa de algún síndrome, de algún problema hormonal o de alguna lesión en el sistema nervioso, sin embargo el 95% restante lo es, simplemente, porque come más calorías de las que gasta.
Cuando un niño come demasiado
Lo bueno es que una vez detectado el problema podemos centrarnos en la solución: conseguir que el peque empiece a comer un poco menos y a engordar menos. Para ello es recomendable acudir al pediatra y, si es necesario, al nutricionista. En la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil. Entre ellos/as se encuentra la pediatra Gloria Colli y la dietista-nutricionista Rebeca Pastor. Los especialistas pueden ayudaros cuando el problema es que el niño come demasiado.
Para ello, pueden cambiarse hábitos, reordenar las comidas en el día, controlarse el tema de la televisión al comer (hay niños que comen más si tienen la tele delante, y otros que en cambio comen menos), evitar el sedentarismo (haciendo, por ejemplo, un uso más responsable de las pantallas), controlar qué se compra en el supermercado (empezando por aprender a leer las etiquetas de los productos que compramos y meter en el carro comida más saludable) y la familia puede empezar a ser más activa, haciendo más deporte todos, acelerando el metabolismo basal del niño y quemando, por lo tanto, más calorías.
Eso sí, para evitar problemas con la comida tenemos que tener claro que la comida no es un premio ni un castigo, que nunca se debe obligar a un niño a comer, que lo recomendable es comer en familia y predicar con el ejemplo, tener una rutinas sanas y estables, ofrecer alimentos saludables y evitar distracciones mientras comemos (como la tele o el teléfono móvil), ya que entonces somos menos conscientes de lo que estamos comiendo.
¿Por qué un niño come todo el día?: Ansiedad por la comida en niños
¿Qué pasa si un niño no deja de comer? ¿Cómo quitar la ansiedad de comer a un niño? Si nos parece que el problema de nuestro hijo o nuestra hija es que come con ansia, debemos analizar cuáles son las causas y valorar si nos hace falta acudir a un especialista. Sobre todo si el cambio de actitud es drástico con respecto al comportamiento habitual hasta entonces del peque. En la Tribu CSC puedes consultar a la psicóloga Mamen Bueno, especialista en trastornos de alimentación; y a la psicóloga infantil Elena Mesonero.
Si el problema es que llega con mucha hambre a la comida podemos revisar los horarios y las cantidades y tipos de comida (por si debemos ofrecerle algo entre horas). Muchos niños necesitan comer 4-5 veces al día, mientras que otros no necesitan comer tantas veces y no pasa nada. También es aconsejable que las comidas contengan un poco de cada grupo de alimentos (proteínas, hidratos de carbono, fruta y verdura, grasas saludables) y que las cantidades de cada grupo sigan las proporciones del Plato de Harvard.
Puede suceder también que su voracidad esté relacionada con las emociones. Debemos comprobar si hay una situación estresante que esté afectando al peque, si se encuentra triste o preocupado, frustrado o enfadado por algo, si tiene problemas en el colegio, está nervioso, se siente solo o si ha ocurrido algún cambio importante y drástico en su vida (la enfermedad o muerte de un familiar, una mudanza, un cambio de colegio, el nacimiento de un hermanito…).
Una vez localizado el origen del problema, tenemos que trabajar en él. Paralelamente, también podemos proporcionarle otras maneras de liberar esa ansiedad (hacer deporte, divertirse más en familia o practicar técnicas de relajación adecuadas a su edad, por ejemplo). Y, siempre que sea posible, es recomendable comer en familia y hacer de ese momento un rato agradable, de distensión, de hablar entre nosotros, sin televisiones ni teléfonos de por medio.
Háblale de salud, no de peso
Muchas veces los niños que comen demasiado o comen con ansiedad, mucha cantidad y/o muy deprisa, aumentan de peso. Debemos evitar comentarios al respecto y centrarnos en el problema real, el que causa este trastorno alimenticio en el pequeño. No deberíamos hablar nunca a nuestros hijos sobre su aspecto físico (ni sobre cuerpos ajenos), ya que esto deteriora su autoimagen y afecta a su autoestima, además de no transmitir los valores adecuados.
La forma en la que vemos nuestro cuerpo tiene un gran peso, lo que nos dijeron nuestros padres de pequeños, lo que comentaban nuestros amigos en el colegio, etc. Esta costumbre, tan arraigada, no aporta nada bueno porque nadie necesita que vayamos haciendo juicios sobre su aspecto. En cambio, sí podemos hablar con los peques de su cuerpo para enseñarles cómo funciona y cómo mantenerlo sano.
En la Tribu CSC hay muchas madres y familias que tienen esta y otras dudas similares y pueden darte apoyo y consejo. También encontrarás en ella el asesoramiento de nuestro equipo de expertos en salud materno infantil y crianza respetuosa.
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