Alertan del incremento del consumo de cigarrillos electrónicos entre los jóvenes

Mientras en países como Nueva Zelanda han prohibido la venta de tabaco a las personas nacidas a partir de 2009, en España se observan cifras muy altas de adolescentes que usan los cigarrillos electrónicos por considerarlos inocuos. Los expertos recuerdan que es un hábito nocivo y que el vapeo es peligroso, también lo es vapear sin nicotina.

Según un informe del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT), el consumo de tabaco en cualquiera de sus formas ocasiona cada año en España al menos 69.000 muertes prematuras y más de 1,7 millones de años de vida perdidos. En la actualidad, la adicción es considerada por la Asociación Psiquiátrica Americana como una enfermedad.

2 de cada 5 adolescentes de entre 16 y 19 años es vapeador habitual

Los especialistas alertan del aumento del consumo de vapeadores y cigarrillos electrónicos entre adolescentes. «Estamos poniendo el punto de mira en el cigarrillo habitual cuando deberíamos centrarnos en el cigarrillo electrónico, que es la nueva epidemia del siglo XXI», explica el Dr. Allan Sam, neumólogo de MD Anderson Cancer Center Madrid.

Según datos del Ministerio de Sanidad, en 2018 prácticamente la mitad de los estudiantes de 14 a 18 años había utilizado en alguna ocasión cigarrillos electrónicos (48,4%), una cifra que va en aumento. «Según datos de la última estadística de salud que se llevó a cabo, 2 de cada 5 adolescentes de entre 16 y 19 años se considera vapeador habitual, con un consumo mínimo de 2 días por semana» añade el neumólogo.

Aunque por el momento no se dispone de evidencia científica de los posibles daños que pueden provocar los vapeadores sin nicotina, «sí que sabemos que, los que llevan nicotina, generan adicción igual que un cigarro normal y que, en cualquiera de estos dispositivos [con o sin nicotina], la glicerina que se genera al calentar el producto es muy cancerígena« argumenta el experto.

La nicotina es adictiva y tiene efectos neurotóxicos en los cerebros en crecimiento de niños y adolescentes, pero muchas de las sustancias que contienen estos líquidos, aunque no tengan nicotina en su composición, también podrían tener efectos insospechados en los cerebros en crecimiento.

Por su parte, otros estudios hacen hincapié en el riesgo de padecer EVALI, una enfermedad asociada al vapeo que es 4 veces más frecuente en TDAH en los jóvenes. La educación desde casa es uno de los pilares fundamentales para prevenir adicciones en adolescentes, como el alcoholismo o el tabaquismo.

Tratamiento farmacológico y acompañamiento psicológico

Tanto si se trata de una adicción a cigarrillos normales como a formas alternativas de consumo de nicotina, los profesionales sanitarios pueden ayudar a abandonar este hábito a través de acompañamiento psicológico y diferentes tratamientos farmacológicos que se adaptan a las necesidades de cada persona.

«Hay muchos tipos de tratamientos, pero normalmente no se decide ninguno hasta la segunda o tercera consulta ya que, lo esencial, es entender a cada paciente y evaluar su caso para saber elegir la mejor vía terapéutica«, explica Allan Sam. El seguimiento también es de vital importancia en el proceso de desintoxicación.

«Una parte importante de la consulta es escuchar el problema que presenta el paciente, qué le preocupa, ofrecerle una serie de recomendaciones personalizadas y, por último, y en aquellos que lo requieran, iniciamos un tratamiento. Se suele revisar a los pacientes a las dos semanas de haber iniciado un tratamiento, ahí comprobamos cómo está funcionando y se reajusta si fuera necesario. Tres meses después vuelven a consulta para valorar si ha sido efectivo», manifiesta el doctor.

Lo fundamental, según el especialista, es «confirmar que la persona cuenta con la voluntad necesaria para dejar de fumar y cumplir con el tratamiento pautado». Según el experto en deshabituación tabáquica, los especialistas están viendo mucho «el perfil de padres con hijos jóvenes que buscan consejos para ayudar a su hijo a dejar de vapear».

Por otra parte, debido a que muchas personas tienen asociado el tabaco a hábitos de la vida cotidiana, como el café de la mañana, es esencial cambiar ciertas rutinas.

Además del acompañamiento psicológico, puede ser necesario la administración de tratamiento. Uno de los más frecuentes es la utilización de sustitutivos de nicotina (parches, chicles, caramelos). Los análogos de los receptores de nicotina (las sensaciones agradables asociadas a los efectos de la dopamina las que se convierten, con el paso del tiempo, en adicción) han demostrado ser eficaces en el control de la adicción e, incluso, se pueden pautar en caso necesario antidepresivos o ansiolíticos por un corto periodo de tiempo.

El tabaquismo es el responsable del 95% de los casos de cáncer de pulmón

Según el perfil de cada paciente, en algunos casos se realiza una radiografía o un TAC de tórax, acompañada de una valoración de la función pulmonar, así como un cribado de posibles enfermedades oncológicas y/o pulmonares provocadas por el consumo de tabaco. «Debemos recordar que el tabaquismo es el responsable del 95% de los casos de cáncer de pulmón«, matiza el Dr. Allan Sam.

Según diversas investigaciones, la enfermedad del tabaquismo tiene consecuencias principalmente en el sistema nervioso central. La nicotina es un neurotransmisor cuya función es estimular la liberación de otros neurotransmisores, como la dopamina, que genera sensaciones agradables que se convierten, con el paso del tiempo, en adicción. En la actualidad, la adicción es considerada por la Asociación Psiquiátrica Americana como una enfermedad.

Pero los efectos de la nicotina no se limitan al sistema nervioso central. Esta sustancia también tiene efectos en el sistema nervioso autónomo y en algunos órganos específicos del cuerpo.

Si sospechas que tu hijo o hija adolescente vapea con asiduidad y necesitas asesoramiento profesional, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil. Entre ellos/as se encuentra la pediatra Gloria Colli y las psicólogas Mamen Bueno y Elena Mesonero.