Primer estudio que demuestra que el mindfulness ayuda a los adolescentes a superar traumas

El programa intensivo combina meditación guiada con otras actividades y ha mostrado ser efectivo en adolescentes con traumas de infancia

La investigación, en la que ha participado la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), constituye el primer estudio internacional que aporta evidencia científica a un tipo de intervención que combina el mindfulness, la terapia psicológica EMDR y actividades de expresión artística para abordar el trauma infantil y juvenil.

En este estudio de colaboración entre la investigadora de la UOC, Perla Kaliman, la ONG colombiana Inocencia en Peligro Colombia, dirigida por Susana Roque, el psiquiatra Elkin Llanes de la Universidad de Santander (Colombia) y el Center for Healthy Minds de la Universidad de Wisconsin Madison, dirigido por Richard Davidson, se reclutaron 44 niñas de entre 13 y 16 años que estaban viviendo en centros para menores y habían padecido 4 o más experiencias traumáticas.

Los resultados han sido publicados en la revista científica «Scientific Reports», y revela cómo este tipo de intervención redujo significativamente los síntomas relacionados con el estrés postraumático y aumentó la capacidad de atención y consciencia en los adolescentes.

El trauma infantil, por primera vez en el foco de atención

La OMS estima que en 2021 mil millones de menores en todo el mundo experimentaron algún tipo de violencia, desde abusos sexuales hasta abandono, maltrato físico o emocional. En la mayoría de los casos, estos abusos son infligidos por sus progenitores o por otras personas de su entorno cercano como familiares, cuidadores, compañeros de clase o parejas.

 

Mindfulness para adolescentes con trauma infantil

 

La OMS incide en que «la violencia sufrida en la infancia afecta a la salud –física y mental– y el bienestar a lo largo de toda la vida» y también recorta la esperanza de vida. Pero a pesar de conocer sus terribles consecuencias, así como su altísima prevalencia, «no existen verdaderas políticas de diagnóstico ni de prevención«, manifiesta en NIUS la Doctora Perla Kaliman, profesora de la UOC y autora principal del estudio. De hecho, hace apenas una década que el trauma infantil ha empezado a recibir atención. Lo que significa que aún existen pocas evidencias de que el trauma se pueda sanar cuando sucede en la infancia y se trabaja desde la edad adulta.

Sin embargo, sabiendo las importantes secuelas que deja, los especialistas no cesan en su intento de lograr hacer un abordaje eficaz del trauma infantil. Es por ello que en los últimos años han surgido diversas propuestas para su tratamiento, como la terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR), un método de psicoterapia efectivo y ampliamente investigado (recomendado por la OMS desde 2013 como uno de los tratamientos recomendados para los trastornos relacionados con el trauma).

Este método, en concreto, ha demostrado resultar eficaz de ayuda para las personas a recuperarse de un trauma y otras experiencias adversas relacionadas con problemas de salud mental como el estrés postraumático (TEPT), la ansiedad, la depresión y muchas otras patologías. Muchas de las cuales tienen su origen en experiencias traumáticas vividas durante la infancia o la adolescencia.

 

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El trauma infantil, una amenaza para la salud pública infravalorada

Casi todos los expertos en salud mental están de acuerdo en que la curación del trauma es un proceso. Cuando se experimenta una experiencia traumática y, por la circunstancia que sea, se ha tenido que dejar de lado, esta no desaparece, sino que quedan registradas en nuestro interior y debemos acceder a ellas con cuidado para poder tratarlas. De lo contrario, aumentan los riesgos de padecer otras patologías a largo plazo.

«Cuando una persona experimenta este nivel de experiencias adversas acumuladas, aumenta 14 veces el riesgo de suicidio, 11 veces el riesgo de consumo de drogas intravenosas, más de 4 veces el riesgo de sufrir depresión y de tener comportamientos de riesgo, además, se relaciona con más de 40 condiciones de salud. Este tipo de experiencias son la mayor amenaza de salud pública a escala global que continúa infratratada«, destaca Kaliman.

En este contexto se ha realizado este importante estudio internacional. Un trabajo pionero que aporta por primera vez evidencia científica de que realizar una intervención con meditación mindfulness combinada con actividades de expresión artística y terapia psicológica comporta beneficios en adolescentes que hayan sufrido experiencias traumáticas. Y es que, según explica a NIUS la profesora colaboradora de la UOC:

«Las experiencias adversas en la infancia representan una amenaza para la salud pública, muy descuidada en la actualidad. A pesar de su altísima prevalencia y riesgos, no existen verdaderas políticas de diagnóstico ni de prevención de traumas en la infancia. Este trabajo genera evidencia científica para ayudar a promover políticas de salud con el potencial de reducir el sufrimiento y trauma en menores, previniendo así importantes factores de riesgo para la salud a lo largo de la vida«.

 

Mindfulness para adolescentes con trauma infantil

 

Consecuencias a largo plazo de los traumas de la infancia: Dejan marcas epigenéticas que se transmiten generacionalmente

«Experimentar violencia o negligencia durante la infancia y adolescencia se asocia a la adquisición de marcas en el ámbito epigenético que afectan la salud física y mental de las personas con consecuencias a largo plazo«, dice el estudio.

«Los menores que experimentan cuatro o más de este tipo de eventos (violencia física, emocional o sexual, negligencia física o emocional, o crecimiento en un hogar disfuncional con padres con enfermedades mentales, adicciones, alcoholismo, violencia, miembros de la familia encarcelados o separación de los padres biológicos), tienen un riesgo incrementado de desarrollar enfermedades como diabetes tipo 2, cardiopatías, obesidad, cáncer, enfermedades respiratorias y mentales, además de ser más propensos al consumo de alcohol y de drogas«, manifiestan sus autores.

Además, las experiencias traumáticas en la infancia aumentan la susceptibilidad a sufrir mayor vulnerabilidad al estrés y a tener respuestas inflamatorias y conductas de riesgo. También se ha visto que esos cambios epigenéticos aceleran el proceso de envejecimiento biológico (es decir, recortan la esperanza de vida) y pueden heredarse de padres a hijos durante varias generaciones, según señalan los autores del estudio.

De hecho, en un primer trabajo los investigadores ya habían demostrado que seguir este programa reducía de manera sustancial el riesgo de padecer problemas de salud mental asociados al trauma. Ahora, en este novedoso estudio de continuación que acaban de publicar, han comprobado que se producen cambios epigenéticos en algunos genes implicados en los efectos del trauma, como la vulnerabilidad al estrés, las respuestas inflamatorias o la tendencia a comportamientos de riesgo.

 

Mindfulness para adolescentes con trauma infantil

 

Los científicos también hallaron cientos de cambios epigenéticos asociados a la mejora de la salud mental como respuesta al programa. «Esta investigación también es alentadora con respecto a las generaciones futuras, ya que sabemos que hay un riesgo significativo de transmisión multigeneracional de comportamientos de abuso y maltrato; nuestro estudio sugiere una posible forma de interrumpir los ciclos intergeneracionales de sufrimiento», explica Kaliman.

Yoga, mindfulness y expresión artística

Los investigadores dividieron a las menores en dos grupos: el primero siguió con sus actividades habituales y el segundo, en cambio, participó durante una semana en un programa de terapia multimodal desarrollado por Susana Roque, que incluye sesiones de 30 minutos de yoga, prácticas de meditación mindfulness guiadas y actividades de expresión artística, como baile, música, dibujo o teatro. Los dos últimos días las menores recibieron sesiones grupales de EMDR.

Los científicos tomaron de las participantes muestras de saliva, antes y después de la intervención, de las que aislaron ADN para realizar estudios epigenéticos. De esta forma pudieron comprobar que había cientos de cambios epigenéticos asociados a la mejora de la salud mental tras someterse al programa que, además, se mantenían a largo plazo.

«Hemos visto en la puntuación de cuestionarios de estrés postraumático una reducción muy significativa, por debajo del diagnóstico de estrés postraumático. Y esos beneficios se han mantenido al menos dos meses después de terminar el programa«, afirma Kaliman, que explica que la reducción del estrés a través de la meditación y de las actividades artísticas desencadena una cascada de neurotransmisores y hormonas que actúan en el cerebro y modifican la expresión génica y epigenética.

 

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Asimismo, los autores del trabajo concluyen que este tipo de programas puede ayudar a regular las emociones de forma más efectiva y a fomentar la resiliencia en personas afectadas por un trauma durante la infancia.

«Mindfulness sensible al trauma»

«El uso de la atención plena y prácticas meditativas relacionadas, junto con otras estrategias para ayudar a los jóvenes con trauma, es un tema de gran importancia en la investigación científica actual sobre la meditación», explica Richard Davidson, fundador y director del Center for Healthy Minds y coautor del estudio. «Estas prácticas ofrecen el potencial de alterar los sistemas epigenéticos y cerebrales que pueden haber sido afectados por el trauma, entrenando el cerebro para mejorar la regulación emocional y la resiliencia«.

Muchos expertos en salud mental viendo recomendando desde hace años la práctica habitual de mindfulness en personas con experiencias de trauma por sus importantes beneficios. Entre ellos, David A. Trevelean ha dedicado gran parte de su carrera profesional a estudiar lo que él denomina el mindfulness sensible al trauma, ya que ayuda a facilitarnos el proceso de recuperación del trauma, aunque el especialista incide en que si no se realiza adecuadamente también puede complicarlo. «Practicar mindfulness sin una conciencia del trauma puede exacerbar los síntomas del estrés traumático» insistiendo en que la práctica del mindfulness solo es segura y eficaz cuando se combina con una comprensión profunda del trauma.

 

Mindfulness para adolescentes con trauma infantil

 

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Mindfulness para adolescentes: ¿Cómo trabajar mindfulness con adolescentes?

Desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAD) destacan la importancia de la aceptación de la experiencia traumática para evitar la sobrereacción emocional.

«Cuando no deseamos o no nos gusta lo que nos pasa, cuando lo comparamos con el ideal pensado (o imaginado) de lo que nos debería pasar o cuando nos resistimos a aceptar la realidad de lo que hay en el presente es muy probable que se activen procesos “patologizantes” como los implicados en los patrones de ansiedad o depresión: preocupación ansiosa, pensamiento rumiador depresivo», manifiestan los pediatras Patricio José Ruiz y C. S Manuel Merino., creadores del Taller «Mindfulness en niños y adolescentes» de la AEPAD.

La AEPAD señala que, como procedimiento terapéutico, el mindfulness busca que los aspectos emocionales y otros procesos de carácter no verbal «sean observados, aceptados y vividos en su propia condición», sin ser evitados o intentar controlarlos, pues «el control sobre sucesos incontrolables, sujetos a procesamiento automático, requiere de la mera experimentación y exposición natural con la menor interferencia posible».

 

Mindfulness para adolescentes con trauma infantil

 

En este sentido, los especialistas señalan que el mindfulness o meditación encaminada a la atención plena, «ayuda a centrar la atención en lo que se hace en cada momento, a percibir qué se siente o piensa, sin que esas sensaciones, preocupaciones o cualquier contenido mental le desubiquen a uno del momento presente; así como a rechazar automatismos y a desarrollar un estilo de vida autoconsciente».

En este sentido, hay muchos ejercicios diferentes para comenzar a practicar mindfulness. Si te interesa conocer más acerca de estas técnicas o crees que tu hijo/a adolescente puede necesitar orientación psico-emocional, lo mejor es acudir a un especialista.

 

2 marzo, 2024

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