Tras la pandemia los hombres dedican 3 horas más a la semana al cuidado de los hijos y las mujeres 3 horas menos
Tras la pandemia los hombres dedican 3 horas más a la semana al cuidado de los hijos y las mujeres 3 horas menos
Aún así la diferencia sigue siendo notable, ellas invierten el 62% de la jornada en el hogar y ellos el 43%
Según el estudio del Observatorio Social de la Fundación la Caixa ‘Desigualdad de género en el trabajo remunerado y el no remunerado tras la pandemia’, dos años después del confinamiento, los hombres dedican, de media, 3 horas más a la semana al cuidado de los hijos, y las mujeres, 3 horas menos. Es decir, corresponsabilidad y conciliación han aumentado tras el confinamiento al que nos obligó la pandemia.
La pandemia por Covid nos obligó cambiar nuestros hábitos y estilos de vida de un día para otro, especialmente la vida dentro de casa donde las familias pasaron a teletrabajar y convivir 24/7. Y aunque la salud mental de las familias se vio perjudicada, la parte positiva es que favoreció la conciliación familiar y aumentó la implicación de los hombres en la crianza de los hijos.
Para se utilizó dos muestras representativas de personas entre 25 y 50 años, con información relativa al período anterior al primer confinamiento, el 13 de marzo de 2020, al período durante el primer confinamiento: mayo de 2020, y al período posterior a la pandemia: mayo de 2022.
¿Qué es convivencia y corresponsabilidad familiar? La corresponsabilidad familiar es un término empleado para definir una distribución de tareas y responsabilidades domésticas de forma equitativa y que implique por igual a todos los miembros del grupo familiar.
Cambios en la organización de la vida familiar y laboral que favorecen la igualdad de género dentro y fuera del hogar
El estudio, realizado por las economistas Lídia Farré, de la Universidad de Barcelona, y por Libertad González, de la Universidad Pompeu Fabra y de la Barcelona School of Economics, documenta los cambios en la dedicación al trabajo remunerado y no remunerado por parte de hombres y mujeres dos años después de la irrupción de la pandemia de la Covid-19.
«El análisis de los datos sugiere que a raíz de la pandemia se han producido algunos cambios en la organización de la vida familiar y laboral que podrían favorecer la igualdad de género dentro y fuera del hogar«, señalan las autoras.
En cuanto a las posibles causas, las investigadoras creen que durante el confinamiento hubo una mayor exposición a las responsabilidades familiares, ya que no había otra opción que estar encerrados en casa.
Quienes tenían niños pequeños, además de teletrabajar tuvieron que ocuparse de organizar las clases online y las tareas escolares. En este contexto, con los centros educativos cerrados y ambos progenitores teletrabajando en casa, había que repartirse las tareas sí o sí.
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Por otra parte, la mayor flexibilidad laboral permitió que los progenitores trabajaran en casa o dispusieran de un horario flexible con el que pudieron conciliar mejor la vida familiar y laboral.
Se reduce la brecha de género, pero las mujeres siguen dedicando más tiempo a las tareas del hogar: Ellas dedican 43 horas semanales al cuidado de los hijos y las tareas domésticas. Los hombres, 28 horas
Según el estudio, se ha reducido la brecha de género, ya que en el reparto de tareas domésticas hay una distribución ligeramente más igualitaria en comparación con el periodo previo a la pandemia. Hacer la colada, limpiar el hogar y realizar pequeñas reparaciones en el hogar están entre las tareas en las que más ha disminuido la brecha de género.
Si comparamos las horas dedicadas antes y después de la pandemia, el total de horas semanales de trabajo, incluyendo el remunerado y el no remunerado (tareas domésticas y cuidado de menores), se ha reducido al pasar de 9 horas semanales antes de pandemia a 5 horas en 2022.
Durante el confinamiento, entre marzo y mayo de 2020, los hombres dedicaron 14 horas semanales menos al trabajo remunerado, pasando de 37 a 23 horas semanales, mientras que las mujeres redujeron su jornada laboral en 11 horas semanales, pues pasaron de 25 a 14 horas.
En cambio, el tiempo dedicado al trabajo no remunerado (labores del hogar y cuidado de los hijos) se incrementó en ambos casos. Los hombres aumentaron su dedicación en 10 horas más a la semana a las tareas domésticas y a la atención de los hijos (de 24 a 34 horas semanales), mientras que las mujeres dedicaron 12 horas más a esas funciones (de 45 a 57 horas semanales). La mayor dedicación de las mujeres al trabajo no remunerado no fue compensada por una reducción en las horas de trabajo remunerado. De esta manera, los hombres redujeron el total de horas de trabajo en 4 mientras que las mujeres aumentaron una hora.
En conclusión, el diferencial de género en el total de las horas de trabajo aumentó en 5 horas pasando de 9 a 14 horas. De modo que, durante el confinamiento las mujeres pasaron a trabajar 14 horas de media más que los hombres. Los hombres dedican 28 horas semanales al cuidado de los hijos y las tareas domésticas. Las mujeres, 43 horas.
La diferencia sigue siendo notable: Ellas invierten el 62% de la jornada en el hogar y ellos el 43%
Pese a que los hombres dedican ahora más tiempo a las tareas del hogar y el cuidado de los hijos, las mujeres siguen siendo las principales responsables. La diferencia sigue siendo notable, ellas invierten el 62% de la jornada en el hogar y ellos el 43%.
Dos años después, los hombres dedican 28 horas semanales al cuidado de sus hijos menores y a las tareas del hogar, lo que supone 4 horas semanales más en comparación con el periodo previo al confinamiento, con especial atención al tiempo que dedican a los hijos menores (hasta 3 horas más a la semana). «
«Esta implicación podría originar una distribución más igualitaria de las responsabilidades familiares a largo plazo«, opinan las investigadoras.
Después de la pandemia, los hombres trabajan en total 3 horas más, dedicando 36 horas al trabajo remunerado y 28 horas al no remunerado; mientras que las mujeres una hora menos, dedicando 26 al trabajo remunerado y 43 horas al no remunerado.
Jornadas de trabajo más compatibles con la vida familiar
Este es otro efecto positivo de la pandemia es que menos personas trabajan más allá de las cinco de la tarde: el 9% en el caso de los hombres (ha pasado del 71 al 62%) y el 6% en el caso de las mujeres (del 61 al 55 %). Las jornadas de trabajo son ahora más compactas y compatibles con las demandas familiares.
Corresponsabilidad y conciliación o corresponsabilidad e igualdad son términos aluden a la conciliación de la vida personal, familiar y laboral desde la corresponsabilidadde los hombres y las mujeres en el cuidado del hogar y la familia de forma conjunta; pero también desde la responsabilidad social por parte de las instituciones, la comunidad y el mundo laboral con los trabajos de cuidados, en tanto que son imprescindibles para el sostenimiento de la vida.
La corresponsabilidad implica un cambio de actitud, una sensibilidad en las organizaciones y el fomento de una nueva cultura organizacional a favor de los cuidados y de la igualdad de mujeres y hombres.
Los objetivos de la corresponsabilidad familiar son:
Sensibilizar a las familias sobre la importancia de la corresponsabilidad familiar.
Fomentar un reparto equilibrado del cuidado de la familia y de las tareas domésticas.
Promover y fomentar la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en el ámbito familiar y laboral.
¿Qué importancia tiene la corresponsabilidad en la familia?
La corresponsabilidad es el reparto equilibrado de las tareas domésticas y de las responsabilidades familiares, tales como la organización y realización de las tareas domésticas, o el cuidado, la educación, la dedicación y el afecto a las personas dependientes dentro del hogar, con el fin de distribuir de manera justa los tiempos de vida de mujeres y hombres.
Pero, ¿cómo fomentar la corresponsabilidad de las familias?
¿Cómo fomentar la corresponsabilidad en la familia?
¿Cómo fomentar la corresponsabilidad? Para alcanzar la corresponsabilidad en las tareas del hogar y el cuidado de los hijos se deben compartir no solo las tareas domésticas y del cuidado de los menores, sino también la carga mental, es decir la organización y las responsabilidades. Para ello, debe haber una buena comunicación y saber delegar en los demás sin pensar que no sabrán encargarse de la tarea en cuestión.
He aquí un ejemplo de decálogo para la corresponsabilidad en el hogar:
Todos los miembros de la familia son capaces de hacer tareas en casa, en mayor o menor medida. Tanto hombres como mujeres, niños y niñas, ancianos y ancianas.
Repartir las tareas equitativamente, y según las capacidades de cada uno. Un niño a una niña muy pequeños no pueden hacer la cena, pero pueden ayudar a poner la mesa ¡y pasárselo bien haciéndolo!
Cada uno se ocupa de su espacio. Los niños más mayores y los jóvenes deben cuidar sus cosas y limpiar y ordenar sus cuartos.
Organización de tareas con horario flexible. Si todos ayudamos, habrá más tiempo para el ocio de todos. Por ejemplo, podemos establecer que el domingo sea el día de la colada y, entonces, cada uno será responsable de saber que prendas necesitan lavarse.
No llenar todo el tiempo libre de la familia con tareas domésticas. El principal objetivo de la organización de tareas es no pasarse todo el día pendiente de las labores del hogar sino dejar margen para el tiempo de calidad juntos. Con los más peques de la casa, ¡las tareas domésticas pueden convertirse en un juego!
Reforzar positivamente. Valorar y premiar los esfuerzos y los logros, sobre todo, de los más pequeños. Eso sí, nada de ofrecer a cambio cosas materiales. Disfrutar de tiempo juntos es el mejor de los premios, por ejemplo, jugando a un juego de mesa cuando hayamos acabado las tareas domésticas.
Unión y aprendizaje. Si realizamos las tareas del hogar juntos, podemos conversar y aprovechar esos momentos para reforzar el vínculo con nuestra pareja y/o hijos.
Enseñar al que no sabe. Si un miembro de la familia, un niño pequeño por ejemplo, no sabe realizar una tarea en concreto, no es bueno hacer esa tarea por él. Hay que fomentar su autonomía ayudándole a realizarla y enseñándole para que aprenda de los errores.
Delegar y pedir ayuda. Hay que saber cuando delegar y confiar en la capacidad de los demás para llevar a cabo las tareas en nuestro lugar cuando estas nos sobrepasan. Igualmente, a veces es mejor contratar ayuda externa profesional que sacrificar nuestro bienestar físico, mental y emocional.
Predicar con el ejemplo. Si los hijos e hijas ven que los mayores hacen las tareas de la casa por igual, sin protestar, equitativamente y sin malas caras, ellos/as actuarán de la misma manera el día de mañana.
¿Qué beneficios tiene la corresponsabilidad en el hogar?
¿Qué beneficio tiene la corresponsabilidad? Según la Fundación Mujeres, compartir las tareas domésticas y el cuidado de los niños y niñas pequeños mejora la calidad de vida de todos los miembros de la familia, permite alcanzar un mayor grado de formación y autonomía personal y hace posible liberar tiempo para dedicarlo a otro tipo de actividades, algo fundamental para el autocuidado y el bienestar personal.
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