Ingurgitación mamaria patológica: Cuando el pecho está tan duro que el bebé no puede mamar

La ingurgitación mamaria patológica es muy molesta, pero tiene solución

Hay veces que, tras el parto, y ante la subida de la leche, el pecho se llena tanto que es muy complicado que el bebé pueda engancharse a él. Esto suele ser un momento delicado, ya que cuanto menos se agarre el bebé, menos se vacía el pecho y más lleno está, pudiendo provocar dolor en la madre, o incluso mastitis.

Esta subida de leche con los pechos ‘como piedras’ no es normal. Es decir, no es lo que nuestro cuerpo de forma fisiológica tiene pensado para amamantar a nuestras crías, aunque en nuestro entorno lo hayamos escuchado multitud de veces.

Lo normal es que los pechos se noten algo llenos, lo que se conoce como ingurgitación mamaria. Cuando esta ingurgitación es patológica, es decir es excesiva, se denomina plétora mamaria, o ingurgitación patológica, y es cuando los pechos están tan llenos que produce dolor intenso, dificultando que el bebé pueda agarrarse y dificultando la salida de la leche.

A lo largo de este post vamos a ver por qué se produce la ingurgitación mamaria, qué podemos hacer para evitarla y cómo solucionarla si ya estamos pasando por este proceso.

Por qué se produce la ingurgitación mamaria

La ingurgitación mamaria tiene lugar entre el 2º y 5º día postparto. Las mamas aumentan su vascularización, es decir, aumentan los vasos sanguíneos que llegan a ellas, se dilatan y hacen que la sangre fluya más. Esto hace que los pechos se noten algo más calientes y más grandes. Y es algo normal, ocurre para garantizar que las células de la glándula mamaria tienen un buen aporte sanguíneo para la fabricación de la leche.

Cuando esto ocurre y además no se vacía el pecho de forma eficaz, se acumula la leche y puede provocar ese llenado excesivo del pecho. Es decir, la plétora mamaria que ocurre por la combinación del edema vascular y la subida de la leche.

Los síntomas de la ingurgitación mamaria son:

  • Pechos muy duros, como piedras.
  • Dolor y tensión en los pechos.
  • Pérdida de forma del pezón y areola (aplanamiento del pezón).
  • Calor en los pechos.
  • Puede dar febrícula, es decir temperatura menor de 38ºC.

 

 

 

Por todo ello, las razones que pueden provocar una ingurgitación patológica son:

  1. Aumento del edema vascular: Por aumento de administración de líquidos intravenosos en el parto. Partos largos, con administración de epidural que requieren sueroterapia.
  2. Escaso vaciado del pecho: Mal agarre, limitación de las tomas, interferencias con chupetes o biberones, separación madre-bebé…

Cómo evitar la ingurgitación mamaria patológica

Para evitar esta ingurgitación mamaria patológica o plétora mamaria, lo más importante es que el bebé esté muy frecuentemente al pecho y de forma eficaz tras el parto:

  1. Evitar administración de líquidos intravenosos innecesarios en el parto.
  2. Lactancia en la primera hora de vida, y si es posible, el agarre espontáneo.
  3. Piel con piel todo el tiempo que sea posible.
  4. Lactancia a OFERTA durante los primeros días, cada 2-3 horas de día y cada 3-4 de noche.
  5. Agarre correcto: Agarre sin dolor.
  6. Succión eficaz del bebé: 10-30 succiones nutritivas seguidas.
  7. Evitar interferencias como chupetes o tetinas.

 

Aprende cómo es la postura adecuada para dar el pecho y facilitar un buen agarre, así como a prevenir y resolver problemas comunes en la lactancia en el Curso Online «El agarre y la postura en la lactancia»

 

Ingurgitación mamaria: ¿Cómo solucionarla si ya está establecida?

Si esa es tu situación actual, hace unos días que nació tu bebé, y ahora tiene los pechos muy duros, dolorosos y con dificultad en el agarre, estos consejos te vendrán bien:

1. Evita el calor local

Precisamente el calor aumenta la dilatación de los vasos sanguíneos (vasodilatación). Y hemos visto que el componente vascular es importante en este cuadro. Si aplicamos calor, el edema vascular puede empeorar, por lo que es mejor evitarlo.

2. Frío local

El frío es, contrariamente al calor, vasoconstrictor, por lo que puede ayudar a disminuir la inflamación y el edema.

3. Hojas de col

La aplicación local de las hojas de col puede ayudar también a disminuir el edema. Para ello, aplastar las hojas con un rodillo y ponerlas en el pecho varias veces al día.

4. Antiinflamatorios

Los medicamentos antiinflamatorios son compatibles con la lactancia, y como su nombre indica, ayudan a disminuir la inflamación de la mama.

5. Los masajes en el pecho no son necesarios

Cuando está el pecho tan duro, es mejor evitar los masajes mamarios ya que esa presión en los conductos pueden producir más daño.

 

Aprende a identificar y corregir los posibles inconvenientes que surgen durante la lactancia con el Curso Online «Problemas de la lactancia»

 

6. Lactancia muy frecuente

Poner al bebé al pecho todo lo posible, para que lo vacíe y no deje que se acumule.

7. Presión inversa suavizante

Si al bebé le cuesta agarrarse porque el pecho está muy lleno, y el pezón aplastado, se recomienda la técnica de presión inversa suavizante antes de las tomas. El objetivo de esta técnica es ‘desplazar el edema’ hacia atrás, para que el pezón vuelva a sobresalir y el bebé pueda engancharse.

Hay que presionar hacia adentro, hacia la pared torácica, durante un par de minutos. La presión debe ser constante y firme, y lo suficientemente suave para evitar el dolor. Estas son las diferentes formas de realizarlo, dibujado por K. Jean Cotterman, IBCLC, quien ideó esta técnica:

 

Ingurgitación mamaria

 

8. Evitar utilizar el sacaleches

Si a pesar de realizar la PIS (Presión inversa suavizante) no es posible conseguir un agarre, o el bebé no drena el pecho de forma eficaz, no es conveniente usar el sacaleches. El sacaleches hace una presión en la zona de la areola y una succión negativa que hace que aumente el edema en dicha zona, por lo que es contraproducente. Si es necesario extraer para aliviar la congestión mamaria, es mejor hacerlo de forma manual.

9. Masaje en la zona de la espalda: ayudando al reflejo de eyección

Este masaje en la espalda viene muy bien para que la madre se relaje y para estimular la secreción de oxitocina, que favorece la salida de la leche. Para ello, la madre debe ponerse sentada pero con el cuerpo inclinado hacia abajo, de manera que el pecho caiga por gravedad, que no esté sujeto, y se le dan masajes circulares en la zona dorsal de la espalda, justo a ambos lados la parte ósea central.

 

Ingurgitación mamaria

 

En un par de días debe mejorar esta congestión mamaria. Si no lo hace con estas medidas, lo ideal es contactar con un profesional de lactancia como una IBCLC.

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