La dieta MIND se relaciona con una mejor concentración en niños en edad escolar

Un nuevo estudio concluye que la dieta MIND, diseñada para ayudar a prevenir el deterioro cognitivo en los adultos, también puede ayudar a mejorar la atención en niños y niñas preadolescentes.

La dieta MIND se basa en la combinación de otras 2 dietas: la dieta mediterránea y una dieta específica diseñada para luchar contra la hipertensión, llamada DASH.

¿Qué es la dieta MIND?

La dieta MIND es una combinación de la mediterránea con la dieta DASH que está destinada a luchar contra la hipertensión. El objetivo es cuidar el cerebro humano a través de los alimentos. Está diseñada originalmente para prevenir el deterioro cognitivo en personas mayores.

Actualmente existen diversos estudios que han demostrado que los adultos que la siguen experimentan una mejora en el funcionamiento de su cerebro, aunque otros no han encontrado grandes diferencias en relación con otros tipos de dietas saludables para las personas que la siguen.

En cualquier caso, sí hay evidencias de que una alimentación saludable puede ayudar a mejorar el funcionamiento del cerebro.

¿Qué alimentos incluye la dieta MIND?

La dieta MIND se basa en el consumo de frutas, verduras, granos enteros, frijoles, semillas, nueces y mucho aceite de oliva extra virgen.

Por otra parte, la carne roja y los dulces prácticamente no se consumen. En su lugar, la alternativa es el pescado, rico en ácidos grasos Omega-3.

El consumo de sal es muy restringido, siguiendo de esta forma los postulados de la dieta DASH. Se limita a 2,3 miligramos al día (menos de una cucharadita diaria). Se reduce la sal para disminuir la presión arterial y el colesterol, que se asocian con mayor riesgo de infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares y la constricción de vasos sanguíneos pequeños (que pueden conducir a la demencia).

La dieta mediterránea, por su parte, se asocia con la reducción del riesgo de diabetes, colesterol alto, demencia, pérdida de memoria, depresión y cáncer de mama.

Con la dieta MIND se consume verdura de hoja oscura a diario (como rúcula, berza, col rizada, lechuga romana, espinacas…). Además, 5 días a la semana es necesario consumir frutas silvestres como las moras, los arándanos o las fresas.

Por otro lado, incluye la ingesta de 3 raciones diarias de cereales integrales y se consumen legumbres 4 veces por semana. Asimismo, la carne de ave se consume 2 veces por semana y el pescado al menos una vez a la semana. Por último, se consumen frutos secos 5 veces por semana.

Además, hay que evitar la mantequilla, el queso, los fritos, la carne roja, los dulces y los alimentos procesados.

La dieta MIND y los niños

El nuevo estudio, realizado por investigadores del Departamento de Kinesiología y Salud Comunitaria de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign, ha descubierto que la dieta MIND y los niños hacen buena combinación.

Los investigadores examinaron 2 dietas, el índice de alimento saludable 2015 (HEI-2015), que se basa en las guías dietéticas para los estadounidenses; y la dieta MIND en niños. Su objetivo: crear un patrón dietético centrado en la salud del cerebro.

En su investigación participaron 85 niños y niñas de entre 7 y 11 años que completaron un registro de dieta durante una semana. En base a ella, los expertos calcularon puntuaciones de ambas dietas. El estudio excluyó a menores con trastornos como TDAH o autismo.

La investigación se ha presentado en la última reunión Nutrition 2023, una cita anual de la Sociedad Estadounidense de Nutrición. Los autores advierten, en cualquier caso, que, aunque el estudio muestra una relación positiva entre la dieta MIND y los niños, es necesario seguir investigando. De hecho, la intención de aquellos es estudiar cómo funciona esta dieta en niños más pequeños.

Los niños que seguían la dieta MIND obtuvieron mejores resultados

Una de las autoras del estudio, Shelby Keye, explica que la intención era evaluar si seguir estas dietas podía asociarse con la «inhibición de la atención de los niños», es decir, con la capacidad de resistir los estímulos que los distraen.

«Descubrimos que solo la dieta MIND se relacionaba positivamente con el desempeño de una tarea que evaluaba la inhibición de la atención en los niños. Esto sugiere que esta dieta podría tener potencial para mejorar el desarrollo cognitivo de los niños, lo que es importante para su éxito en la escuela«.

Los resultados demostraron que los niños con dieta MIND tenían mejores resultados en la tarea propuesta, que requería atención especial y control ejecutivo.

Los alimentos y el desarrollo cognitivo en niños

La función cognitiva hace referencia a procesos del pensamiento como la memoria, el razonamiento o el desarrollo del lenguaje. En la infancia, el desarrollo cognitivo de los niños y niñas determina el aprendizaje y la capacidad de procesar y entender el mundo.

Existen factores genéticos y ambientales que determinan la función cognitiva. Y entre los segundos, la alimentación es un factor importante. La lactancia materna, por ejemplo, no solo es beneficiosa para alimentar al bebé, también es fundamental en el desarrollo cognitivo. De hecho, dar el pecho al bebé durante más tiempo se relaciona con mayor desarrollo cognitivo en la infancia.

Según la Fundación Española de la Nutrición, existen diversos estudios que permiten conocer qué nutrientes influyen «en procesos clave del neurodesarrollo cerebral» y también «cuáles son los mecanismos que están involucrados».

Así que no solo la dieta MIND es positiva en los niños y niñas. En general, una dieta equilibrada puede tener impacto en el desarrollo psicomotor, la atención, la función visual, el lenguaje o incluso el coeficiente intelectual.

Si tienes dudas sobre cómo mejorar la dieta de tus peques o necesitas asesoramiento profesional para realizar cambios en el menú de la familia, en la Tribu CSC puedes consultar online a la dietista-nutricionista Rebeca Pastor.

¿Qué alimentos ayudan a mejorar el desarrollo cognitivo en niños?

Realmente no se puede establecer un tipo de alimento concreto en la relación entre desarrollo cognitivo e infancia. Existen más bien grupos de alimentos que tienen un impacto importante en él.

Por ejemplo, el consumo de ácido graso insaturado Omega-3 mejora el rendimiento cognitivo (memoria, concentración, funcionamiento neuronal). Este se encuentra en el pescado azul, las nueces, el marisco o el aceite de soja.

Por su parte, los alimentos ricos en triptófano (como la leche, los huevos o el pescado) mejoran la sensación de bienestar.

Asimismo, alimentar correctamente el cerebro de los niños es importante teniendo en cuenta la gran cantidad de energía que este necesita para funcionar (20% de lo que consumimos). De ahí, la importancia de los hidratos de carbono complejos (como las patatas, los cereales o la pasta).

En contraposición, un déficit de calcio o una falta de hierro puede impactar negativamente en el funcionamiento del cerebro. Así que es recomendable el consumo de legumbres, verduras de hojas verdes, soja, frutos secos, etc. Y la dieta MIND contiene muchos de estos alimentos.