El maltrato provoca alteraciones neurobiológicas en las etapas tempranas del desarrollo del cerebro de los menores que lo sufren. Es la principal conclusión de una investigación del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona.…
La forma en que se recuerda y procesa el maltrato infantil puede tener un mayor impacto que la experiencia misma en la vida futura y en la salud mental de las víctimas.
Es la conclusión de un gran estudio longitudinal del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia (IoPPN) del King’s College de Londres y la City University de Nueva York, publicado en JAMA Psychiatry. Los investigadores siguieron a 1.196 participantes hasta los 40 años para investigar cómo las experiencias de maltrato infantil (abuso o negligencia) influyen en el desarrollo de trastornos emocionales en la edad adulta.
Los participantes fueron entrevistados sobre sus experiencias retrospectivas de maltrato infantil y su salud mental actual y pasada. Luego fueron nuevamente entrevistados para medir el curso de los síntomas de depresión y ansiedad presentes.
No recordar el maltrato previene trastornos de salud mental
El estudio encontró que los adultos jóvenes que informaron retrospectivamente experiencias de maltrato infantil antes de los 12 años tuvieron un mayor número de episodios depresivos o de ansiedad durante la década siguiente que aquellos que no recordaban el maltrato, incluso si tenían un expediente judicial oficial.
Por el contrario, los participantes que tenían un registro oficial de maltrato infantil, pero ningún recuerdo retrospectivo de la experiencia, tuvieron un número similar de episodios de trastorno emocional en la edad adulta que aquellos sin experiencia de maltrato.
«Nuestro estudio revela que la forma en que una persona percibe y recuerda las experiencias de abuso o negligencia infantil tiene mayores implicaciones en los trastornos emocionales futuros que la experiencia misma«, manifiesta Andrea Danese, profesora de Psiquiatría infantil y adolescente en King’s IoPPN y coautora del estudio.
Los investigadores explican que esto podría deberse a que los trastornos emocionales pueden sesgar negativamente los recuerdos, haciendo que los participantes sean más propensos a recordar eventos negativos.
La intervención psicológica temprana en casos de maltrato infantil previene problemas emocionales futuros
En su investigación, los autores sugieren que los médicos pueden utilizar las experiencias autoinformadas por los pacientes para identificar a las personas en riesgo de desarrollar problemas de salud mental, incluso en ausencia de evidencia documentada.
«Los hallazgos muestran que, incluso en ausencia de evidencia documentada de maltrato infantil, los médicos pueden utilizar la información proporcionada por sus pacientes para identificar a aquellos con mayor riesgo de sufrir dificultades de salud mental posteriores.
Los hallazgos también sugieren que las intervenciones tempranas que ayudan a afrontar los recuerdos del abuso y/o la negligencia pueden prevenir problemas emocionales más adelante», señala Danese.
Danese incide en que una mejor comprensión de cómo los recuerdos del maltrato infantil se mantienen y exacerban con el tiempo, y de cómo estos afectan el funcionamiento diario, «podría proporcionar nuevos conocimientos para desarrollar intervenciones efectivas».
¿Qué es el abuso y negligencia infantil?
Según los especialistas, el maltrato infantil incluye abuso físico, sexual, psicológico/emocional o negligencia por parte de los cuidadores contra un menor de 18 años. Puede ser perpetrado por familiares, cuidadores, personas de confianza o extraños.
¿Qué factores contribuyen al abuso infantil y la negligencia?
Según el MSD, la negligencia y el maltrato «son resultado de una compleja combinación de factores individuales, familiares y sociales». Pero hay ciertos factores de riesgo que pueden hacer que el progenitor o progenitores sean más propensos a descuidar o maltratar a un menor:
- Ser progenitor soltero.
- Padecer estrés económico o inseguridad alimentaria.
- Tener un trastorno por consumo de sustancias.
- Sufrir un problema de salud mental (como un trastorno de la personalidad o una baja autoestima)
- Una combinación de estos factores.
Si bien, la negligencia se identifica con una frecuencia 12 veces mayor entre los menores que viven en la pobreza frente a los que no, «todos los tipos de maltrato, incluyendo el abuso sexual, se producen dentro de todos los grupos sociales y económicos«.
Por otra parte, los progenitores primerizos, adolescentes y los que tienen varios hijos menores de 5 años también corren mayor riesgo de maltratar a sus hijos; así como aquellas personas que han sufrido violencia de pareja o maltrato infantil.
¿Qué provoca la negligencia infantil? ¿Y el abuso infantil?
Los especialistas sostienen que el abuso y la negligencia infantil pueden llevar a consecuencias de por vida que pueden manifestarse como dificultades educativas y cognitivas, de desarrollo y conducta, así como emocionales (baja autoestima, depresión, ansiedad, problemas afectivos, aislamiento, etc.) o de salud física (diabetes, presión arterial alta, daño cerebral, migrañas, bronquitis crónica, enfermedad gastrointestinal y síndrome de fatiga crónica, entre otras enfermedades).
Además, las personas adultas que sufrieron maltrato físico o abuso sexual cuando eran menores son más propensos a maltratar a sus propios hijos o a abusar de ellos.
Asimismo, a veces hay problemas en el vínculo afectivo y el tipo de apego y no se consiguen desarrollar lazos emocionales intensos entre padres e hijos.
Si quieres más información o necesitas asesoramiento profesional, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Entre ellos/as se encuentran las psicólogas Mamen Bueno y Elena Mesonero.
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