Un 25% de las urgencias por motivo psiquiátrico del Hospital Universitario Vall d'Hebron (Barcelona) entre 2015 y 2017 se debió a autolesiones en adolescentes. Hoy hablamos de las causas de este suceso aprovechando que el…
Un estudio de la Universidad de Carolina del Norte (NC University) indaga sobre las razones por las que han aumentado las cifras de conductas suicidas entre adolescentes.
La clave no está en que se haya producido un incremento excesivo. Los cambios en los protocolos han ayudado a detectar más casos.
Ideación suicida en adolescentes
Las cifras crecientes sobre conductas suicidas en niños y adolescentes están generando una verdadera preocupación sobre la salud mental infanto-juvenil. La pandemia del Covid-19 y lo que ha venido después ha provocado más casos de depresión y ansiedad en niños y niñas, aunque los especialistas inciden en que no es el único factor desencadenante. Muchos expertos llevan tiempo alertando acerca de las conductas suicidas en jóvenes y autolesiones en adolescentes.
La ideación suicida hace referencia a pensamientos acerca de la voluntad de quitarse la vida, con o sin planificación. La amenaza suicida es la expresión verbal o no verbal, que manifiesta la posibilidad de una conducta suicida en un futuro próximo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio es uno de los factores más importante de la morbilidad en los jóvenes. Según los datos existentes, el suicidio es la cuarta causa principal de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años.
Hay informes que ratifican que es una tendencia al alza. Sin embargo, ¿la subida de las cifras indican que estamos viviendo un aumento significativo de este tipo de casos? Eso es lo que se han preguntado 2 expertas de la Universidad de Carolina del Norte, en EEUU. Ambas han indagado sobre el aumento de informes de conductas suicidas en menores de entre 10 y 18 años en el Estado de Nueva Jersey.
¿Por qué aumentan los informes de conductas suicidas en adolescentes?
«Una de las razones por las que hicimos este estudio fue comprender mejor lo que estaba sucediendo con respecto al aumento informado en el comportamiento suicida entre los jóvenes«. Lo afirma Adriana Corredor-Waldron, coautora de este reciente estudio y profesora de Economía en la Universidad de Carolina del Norte.
Una década antes de la pandemia del coronavirus ya existía una crisis de salud mental entre adolescentes y niños y niñas. Una crisis que se ha visto incrementada en la era post-covid. Sin embargo, este informe apunta a que ese aumento se debe a los cambios en la forma en la que los profesionales de la salud detectan y clasifican estos casos.
Un mejor trabajo de identificación de los jóvenes en riesgo
Las autoras de este estudio creen que existe una tasa alta de suicidios, pero también que estos están saliendo a la luz porque se han introducido cambios a la hora de abordar los casos que llegan a los hospitales.
«En Nueva Jersey, que es el estado en el que nos centramos, la tasa de visitas al hospital por autolesiones e intentos de suicidio cambió muy poco durante los 12 años que estudiamos. En cambio, hubo un aumento significativo de niños y adolescentes diagnosticados con ideación suicida (que tenían pensamientos suicidas). Y este aumento en los diagnósticos de ideación suicida se asoció con cambios en la forma en que los proveedores de atención médica detectan e informan estos comportamientos«.
El estudio pone el acento en lo importante de «profundizar en los detalles» por parte de los profesionales sanitarios: «Esta marcada tendencia al aumento de las conductas suicidas puede en realidad reflejar el hecho de que estamos haciendo un mejor trabajo a la hora de identificar a los jóvenes que necesitan tratamiento«.
Cambios en los protocolos para detectar mejor conductas suicidas en adolescentes
Para realizar este informe, las investigadoras analizaron datos de todas las visitas de niños y niñas de 10 a 18 años en Nueva Jersey entre 2008 y 2019. Durante este período (12 años), hubo un aumento de diagnósticos de ideación suicida. Y el momento en que se produjeron mayores diagnósticos se relacionó con dos factores: recomendaciones revisadas de detección y cambios en la «codificación» de la ideación suicida.
En 2011, el Departamento de Salud y Servicios Humanos estadounidense animó a los profesionales de atención médica a realizar pruebas de detección de depresión en niñas y mujeres de 12 años o más.
Estas recomendaciones se establecieron como pautas y se estandarizaron. A finales de 2016, entraron en vigor nuevas regulaciones para codificar los datos de los pacientes que exigían que se registrara un código para la ideación suicida cada vez que se presentaba como un síntoma. Incluso si el diagnóstico principal era un trastorno del estado de ánimo.
«Por ejemplo, antes de 2016, si un paciente tenía ideas suicidas y se le diagnosticaba depresión, un profesional de atención médica probablemente habría ingresado solo el código médico para la depresión», explica Corredor-Waldron. «Después de 2016, los profesionales ingresarían códigos tanto para la depresión como para la ideación suicida«.
Esto provocó un aumento significativo de los informes de ideación suicida, debido a que se lograban identificar más casos tras la recomendaciones de 2011. Pero ese incremento fue aún mayor tras 2016.
¿Qué ha pasado después de la pandemia del Covid-19?
Hay que tener en cuenta que este informe se ha desarrollado en un solo estado de EEUU. Y que, además, se desarrolló durante un periodo anterior a la pandemia. Las autoras subraya que son 2 aspectos que hay que tener en cuenta.
Por un lado, cada estado (y cada país) puede tener unos resultados diferentes. Y por otro, aún no existen datos suficientes para determinar si los incrementos de casos de conductas suicidas a raíz de la pandemia del Covid-19 se deben a un aumento real de casos o a que se le está prestando más atención a este problema. Y se están detectando más casos.
Hay que tener en cuenta que el suicidio sigue siendo un tema tabú. Dice la OMS que la estigmatización del suicidio disuade de buscar ayuda a muchas personas «que piensan en quitarse la vida o tratan de hacerlo y, que por tanto, no reciben la ayuda que necesitan». Es importante «aumentar la sensibilidad social» ante este problema para que se hable abiertamente del suicidio y ayudar a prevenirlo.
¿Cuántos suicidios de adolescentes hay en España?
Aún no existen datos de suicidios de adolescentes en España en 2023. Las últimas cifras corresponden a 2022 y fueron publicadas en junio por el Instituto Nacional de Estadística.
El número de suicidios el año pasado fue de 4.097 muertes, un 2,3% más que en 2021. Sin embargo, ha dejado de ser la principal causa externa de muerte en España. Además, tal y como destaca la Fundación Española para la Prevención del Suicidio en su web, el número de suicidios de menores de 15 años se ha reducido a casi la mitad (de 22 en 2021 a 12 en 2022).
Entre los 15 y los 29 años, el suicidio es la principal causa absoluta de muerte. Provoca 333 defunciones anuales frente a las 314 de los accidentes de tráfico o las 274 de los tumores.
En cuanto a los intentos y la ideación suicida, según la OMS, se producen unos 20 intentos por cada suicidio, «mientras que, según otros estudios epidemiológicos la ideación podría afectar a lo largo de la vida, al 5-10% de la población española«.
Factores de riesgo suicida en la adolescencia
Otro estudio realizado por investigadores del CIBERSAM, y del que os hablamos detalladamente en esta entrada del blog, recoge que entre 2019 y 2021 se produjo un aumento del 32,35% en el número de suicidios en adolescentes (de 12 a 17 años). Esto convirtió al suicidio en la primera causa de muerte entre los adolescentes y jóvenes de 12 a 29 años en España.
La pandemia del Covid influyó de forma negativa en la salud mental de la población, incluyendo niños y adolescentes. Pero las cifras crecientes de conductas suicidas en adolescentes ya se venían registrando antes. Existen, pues, otras causas que pueden estar detrás de las cifras de suicidios (o intentos) en España.
Entre los factores de riesgo que los expertos vienen señalando desde hace tiempo y que podrían estar influyendo en el aumento de las tasas de suicidio entre niños y adolescentes, se encuentra sufrir bullying o ciberbullying.
Según un estudio realizado por Save The Children, los menores que son víctimas de bullying tienen 2,23 veces más riesgo de tener pensamientos suicidas y 2,55 veces más riesgo de realizar intentos de suicido que aquellos que no lo han padecido.
Prevención y detección precoz de las conductas suicidas en adolescentes
Sea la razón que sea, la prevención del suicidio y la detección precoz de las conductas suicidas en adolescentes es fundamental. Y la mejora en los protocolos de detección por parte de los sanitarios ayudan en esta labor.
Existen distintos signos que pueden indicar que un niño o adolescente está teniendo ideación suicida:
- El descuido de su aspecto personal.
- El distanciamiento de amigos y familiares.
- Un comportamiento agresivo u hostil.
- Depresión u otros problemas de salud mental, como trastorno bipolar (enfermedad maníaco-depresiva) o esquizofrenia.
- Antecedentes familiares.
- Anterior intento de suicidio, etc.
En Criar Con Sentido Común contamos con un equipo de profesionales en salud materno-infantil y crianza respetuosa que pueden ayudarte y despejar tus dudas sobre este asunto. Puedes realizar cualquier consulta online a través de la Tribu CSC. Entre las expertas, se encuentran la psicóloga Mamen Bueno y la psicóloga infantil Elena Mesonero.
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