Daño cardíaco: Otra razón para reducir el uso de pantallas en los niños

Un nuevo estudio sobre niños y pantallas alerta de que el tiempo excesivo frente a las pantallas promueve el sedentarismo en la infancia y los menores sedentarios tienen mayor riesgo de sufrir daños cardíacos en la edad adulta temprana.

¿Cómo afecta el uso de pantallas en los niños?

¿Qué pasa cuando los niños ven mucha pantalla? ¿Cuáles son los efectos de las pantallas en el cerebro del niño? Los efectos del uso prolongado de pantallas durante la infancia se han estudiado extensamente en los últimos años. La evidencia indica que el abuso infantil de pantallas es perjudicial tanto para el desarrollo neurológico como para la socialización.

Pero ¿por qué los niños no deben ver pantallas? El tiempo excesivo frente a pantallas a edades tempranas tiene efectos psicológicos y emocionales. Hay estudios que relacionan el uso abusivo de pantallas en la infancia con problemas en el desarrollo y el lenguaje o repercusiones sobre el sueño infantil. Otros trabajos se centran en cómo el uso excesivo de pantallas puede provocar trastornos del aprendizaje neurocognitivo en las primeras etapas de la formación de la personalidad en la infancia.

Pero pasar demasiado tiempo frente a pantallas también tiene un importante impacto sobre la salud física. En este sentido, otras investigaciones se han centrado en las consecuencias para la salud física de los niños del uso intenso de pantallas, por ejemplo, el sedentarismo. En este sentido, existe un vínculo demostrado entre el uso excesivo de pantallas y el aumento del sedentarismo entre los niños. Y es que, sobre todo, el exceso de tiempo frente a pantallas (televisores, videojuegos, móviles y tablets) durante la infancia y la adolescencia conduce a un estilo de vida sedentario.

Ahora, a todos los anteriores motivos para limitar el tiempo que las niñas y los niños pasan delante de la televisión, los videojuegos y el teléfono móvil o la tablet se añade una nueva dimensión: según el nuevo estudio de la Universidad del Este de Finlandia en Kuopio dirigido por Andrew Agbaje (médico, epidemiólogo clínico y pediátrico, e investigador de Harvard) y presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología 2023, los menores sedentarios tienen un mayor riesgo de sufrir daños cardíacos en la edad adulta temprana.

Según Agbaje, investigador principal del grupo de investigación urFIT-child donde se estudian, entre otras cosas, las relaciones causales entre la actividad física y el comportamiento sedentario con diversas enfermedades como el síndrome metabólico y la estructura y función cardíaca desde la niñez hasta la edad adulta, la inactividad durante la infancia prepara el terreno para ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares más adelante en la vida, incluso si el peso y la presión arterial están dentro de los rangos normales.

El tiempo excesivo frente a la pantalla aumenta el peso del corazón

La investigación analizó los efectos acumulativos del tiempo sedentario en el corazón, extrayendo datos de Children of the 90s, un estudio multigeneracional histórico que es único en su amplitud y profundidad de alcance. El equipo de Agbaje realizó un seguimiento de la salud y los estilos de vida de 14.500 bebés nacidos en 1990 y 1991 hasta su vida adulta.

De los menores incluidos en el estudio, a 766 (el 55% de ellos niñas y el 45% niños) se les pidió que monitorizaran su actividad durante 7 días con un reloj inteligente a los 11 años. Posteriormente, se les pidió que repitieran el mismo proceso a los 15 años, y después nuevamente a los 24 años.

Paralelamente, se tomó un análisis ecocardiográfico del ventrículo izquierdo de cada sujeto a los 17 y 24 años, que luego se ajustó por altura, sexo, presión arterial, grasa corporal, consumo de tabaco, actividad física y nivel socioeconómico.

Los resultados indicaron que a los 11 años los sujetos eran sedentarios durante un promedio de 362 minutos por día. En la adolescencia (15 años) esto aumentó a 474 minutos por día y luego subió a 531 minutos por día en la edad adulta (24 años). El tiempo sedentario aumentó en un promedio de 2,8 horas por día durante los 13 años del estudio. Gran parte de este tiempo sedentario lo pasamos frente a las pantallas.

Lo más grave es que la ecocardiografía registró un aumento en el peso del corazón entre los jóvenes que se correlacionaba directamente con el tiempo de sedentarismo. Una vez que llegaron a la edad adulta, esto aumentó la probabilidad de sufrir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Esta relación directa entre el tiempo de inactividad acumulado y el daño cardíaco fue independiente del peso corporal y la presión arterial.

Niños y adolescentes tienen que moverse más

Es bien sabido que los estilos de vida sedentarios aumentan el riesgo de enfermedades metabólicas (como la obesidad -que se ha duplicado entre los menores en España en los últimos años– y la diabetes tipo 2), enfermedades neurodegenerativas y enfermedades cardiovasculares en las personas adultas.

El nuevo estudio muestra que el comportamiento sedentario a una edad muy temprana (especialmente el tiempo sin restricciones frente a una pantalla) puede conducir a una aparición más temprana de enfermedades cardiovasculares en la edad adulta.

Por este motivo, es de suma importancia que las familias alienten a niños y adolescentes a moverse más y limiten el tiempo que pasan frente a pantallas, por ejemplo, viendo la televisión, o utilizando las redes sociales y los videojuegos.

Los especialistas inciden en que la lista de factores de riesgo cardiovascular conocidos y convencionales (como el tabaquismo, la diabetes, la hipertensión, una alimentación insana, sobrepeso, etc.) debería revisarse y actualizarse como resultado del estudio para incluir el tiempo acumulado dedicado a actividades sedentarias.

Si quieres más información sobre el tiempo recomendado de uso de pantallas en niños o necesitas asesoramiento profesional sobre las consecuencias del abuso de pantallas o cómo limitar el tiempo de pantalla de nuestros/as hijos/as, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Entre ellos/as se encuentra la pediatra Gloria Colli y el enfermero de pediatría Armando Bastida.