Tras cumplir el primer año de vida, la leche deja de ser la principal protagonista en la alimentación del bebé para dejar paso a otros alimentos. ¿Qué pasa entonces con la lactancia? ¿Seguimos ofreciendo leche…
Si tenéis un bebé de más de 6 meses pronto descubriréis (si no lo habéis descubierto ya) que muchos bebés de vuestro entorno, con una edad similar, ya están comiendo yogures.
Cuando se inicia la alimentación complementaria es muy frecuente que algunos bebés no coman demasiado bien (a veces puede que coman un poquito de varias cosas, pero poco en general). Así que es bastante común llegar a pensar que, por aquello de que el peque coma algo más, podríamos darle yogur.
De hecho, es una pregunta que mucha gente me ha hecho en los últimos años y una duda frecuente en nuestra Tribu: ¿Le tengo que dar yogur a mi hijo? Y una vez cumple el año, ¿le debo dar leche de vaca?
Además de la duda, están las preguntas y los juicios de la gente del entorno: «¿No come yogur? Pues el mío se los come a pares», «¿No le das ningún lácteo? ¡Con lo importantes que son!» o «¿Y cómo es que el tuyo no come yogur? ¡Si es muy sano!». Y a partir del año: «¿Cómo que aún no toma leche de vaca?».
Todos estos comentarios hacen dudar aún más a los progenitores que, de tanto oírlo y verlo a los demás, acabamos pensando que nosotros estamos haciéndolo mal, y que le van a provocar alguna carencia o déficit por no dárselo.
No necesitan comer yogur ni beber leche de vaca
La realidad es que no, un bebé amamantado no necesita comer yogures. De hecho, aunque a partir de los 9 meses pueden comer un poco de yogur de vez en cuando (y me refiero a yogur natural normal y corriente, y no a los yogures de bebé que cuestan mucho más y que además tienen azúcar), no hay razón para disminuir la cantidad de leche materna que toma el bebé para sustituirla por un derivado de la leche de vaca.
Tampoco necesita sustituir la leche materna por leche de vaca. Es más, es contraproducente. Porque ¿qué es mejor, la leche materna o la de vaca? La evidencia nos demuestra que la leche materna que alimenta a los bebés «grandes», aunque a veces se la califica de «aguachirri» incluso por parte de algunos pediatras, resulta que aporta más energía que la leche de vaca.
De hecho, la leche materna no pierde nutrientes NUNCA. Por eso en las Recomendaciones sobre lactancia materna del Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría hablan, literalmente, de la «superioridad de la leche materna», ya que se trata de un alimento que se adapta a las necesidades nutricionales del niño en cualquier etapa, siendo el único alimento que existe que es personalizado, único y exclusivo para cada bebé.
A partir del año los bebés pueden empezar a beber leche de vaca entera, pero con la leche de vaca sucede exactamente lo mismo que con el yogur: si puede recibir leche materna, siempre es mejor una toma de pecho que sustituirla por otro lácteo menos adaptado.
Por lo tanto, quitarle un poco de leche materna, el alimento más nutritivo del mundo, para darle un yogur o un vaso de leche de vaca no tiene ningún sentido.
¡Pero tiene que comer otras cosas!
Correcto. Un bebé de más de 6 meses tiene que comer otras cosas. Más concretamente alimentos reales (no ultraprocesados): verduras, hortalizas, fruta, carne, pescado, legumbres, pan, arroz, pasta, huevo…
Esto sí tiene más sentido, porque disminuyes un poco el aporte lácteo para aumentar poco a poco la ingesta de alimentos que aportan cosas diferentes a la leche.
Pero quitar leche materna para dar una leche de peor calidad no tiene sentido, a menos que madre y bebé apenas se vean en todo el día y haga pocas tomas en el total del día.
Si el peque o la peque va a dejar de tomar leche materna, que sea porque en sustitución va a tomar alimentos de otro tipo (naturales, reales), o porque de vez en cuando le apetezca un poco de leche o un yogur (tampoco pasa nada si el peque los toma puntualmente porque le apetezca probarlos).
¿Y si hace muy pocas tomas?
Mientras el niño haga unas 4-5 tomas de lactancia materna al día no necesita otros lácteos. Si hace menos, entonces sí se debe considerar la posibilidad de dar leche, yogures y otros alimentos ricos en calcio como las legumbres o las espinacas, las acelgas y el puerro, entre otros.
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Entre ellos/as se encuentra la pediatra Gloria Colli, la dietista-nutricionista Rebeca Pastor y la asesora de lactancia materna Inma Mellado, que además de IBCLC, es Monitora de La Liga de la Leche, Máster en Nutrición Pediátrica y presidenta de la Asociación Española de Consultoras Certificadas en Lactancia Materna.
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