Una pequeña selección de 25 cuentos que son imprescindibles en la infancia de todo niño o niña, y que harán que los más peques de la casa adoren los libros. Y es que promover la…
Los niños que empiezan a leer por placer en la primera infancia, es decir, a una edad temprana tienden a obtener mejores resultados en las pruebas cognitivas y a tener una mejor salud mental en la adolescencia, según ha descubierto un reciente estudio de más de 10.000 jóvenes adolescentes en Estados Unidos.
En el estudio, publicado en Psychological Medicine, investigadores del Reino Unido y China descubrieron que 12 horas a la semana era la cantidad óptima de lectura y que esto estaba relacionado con una mejor estructura cerebral, lo que puede ayudar a explicar los hallazgos.
¿Qué importancia tiene la lectura en la primera infancia?
¿Por qué es importante que los niños lean? ¿Qué estimula la lectura en la primera infancia? Sabemos que la lectura tiene muchísimos beneficios para los niños y las niñas. Por ejemplo, les ayuda a desarrollar su creatividad e imaginación, a aprender sobre el mundo que les rodea, mejora su vocabulario y su riqueza lingüística, su memoria y su concentración. Todo ello contribuye a una mayor agilidad mental y aumento de su cultura, beneficiándolos tanto personal como académicamente.
La lectura desarrolla el aprendizaje basado en el pensamiento, les permite adquirir y perfeccionar el lenguaje y la comunicación, contribuye a una ortografía y redacción buenas, fomenta la creación y el desarrollo de ideas sobre los temas que leen, les relaja y entretiene, les aporta un hobby saludable y beneficioso, les ayuda a conocer otras realidades y a empatizar con distintas formas de ser a través de los personajes y sus historias.
Pero además, leer por placer en la primera infancia, sin imperativos, fomenta el arraigo del hábito lector, lo que aumenta las horas de lectura de los peques y el número de obras y temáticas por las que se interesan, lo cual les proporciona muchos otros beneficios que los acompañarán durante toda la vida. Así lo han descubierto los investigadores en un reciente estudio.
La niñez y la adolescencia son momentos clave para establecer hábitos cognitivos saludables, ya que el cerebro está en desarrollo
A diferencia del lenguaje hablado, que se desarrolla rápida y fácilmente en los niños pequeños mediante la mera escucha, la lectura es una habilidad que se enseña, se adquiere y se desarrolla mediante el aprendizaje a lo largo del tiempo. Es decir, requiere constancia.
La importancia de leer por placer en la primera infancia radica en que esta es un momento clave. Durante la niñez y la adolescencia el cerebro se desarrolla, por lo que este es un momento importante para establecer comportamientos que apoyen el desarrollo cognitivo y promuevan una buena salud cerebral.
Sin embargo, hasta ahora no estaba claro qué impacto tenía alentar a los niños a leer desde una edad temprana en su desarrollo cerebral, cognición y salud mental en el futuro. Para investigar esto, científicos de las universidades de Cambridge y Warwick, en el Reino Unido, y de la Universidad de Fudan, en China, analizaron datos de la cohorte Adolescent Brain and Cognitive Development (ABCD) en los EE. UU., que reclutó a más de 10.000 adolescentes.
El equipo analizó una amplia gama de datos, incluidos entrevistas clínicas, pruebas cognitivas, evaluaciones mentales y conductuales y escáneres cerebrales, comparando a jóvenes que comenzaron a leer por placer a una edad relativamente temprana (entre 2 y 9 años) con aquellos que comenzaron a hacerlo más tarde o nunca lo habían hecho. Los análisis controlaron muchos factores importantes, incluido el estatus socioeconómico.
De los 10.243 participantes estudiados, poco menos de la mitad (48%) tenían poca experiencia en la lectura por placer o no comenzaron a hacerlo hasta más tarde en su infancia. La mitad restante había pasado entre 3 y 10 años leyendo por placer.
Asocian leer por placer en la primera infancia con un mejor rendimiento cognitivo y bienestar mental en la adolescencia
El equipo encontró un fuerte vínculo entre leer por placer a una edad temprana y un desempeño positivo en la adolescencia en pruebas cognitivas que medían factores como el aprendizaje verbal, la memoria y el desarrollo del habla, y en el rendimiento académico escolar.
Estos niños también tenían un mejor bienestar mental, según lo evaluado mediante una serie de puntuaciones clínicas e informes de progenitores y docentes, mostrando menos signos de estrés y depresión, así como una mejor atención y menos problemas de conducta como agresión y incumplimiento de reglas.
Los niños y niñas que comenzaron a leer por placer antes también tendieron a pasar menos tiempo frente a la pantalla (viendo televisión o usando su smartphone o tablet, por ejemplo) durante la semana y los fines de semana en su adolescencia, y también tendieron a dormir más.
Cuando los investigadores compararon los escáneres cerebrales de los adolescentes, encontraron que aquellos participantes que habían comenzado a leer por placer a una edad temprana mostraban áreas y volúmenes totales del cerebro moderadamente más grandes.
Esto, en particular, afectaba a áreas del cerebro que desempeñan papeles críticos en las funciones cognitivas. Otras regiones del cerebro que fueron diferentes entre este grupo fueron aquellas que previamente se había demostrado que se relacionaban con una mejor salud mental, comportamiento y atención.
«La lectura no es sólo una experiencia placentera: está ampliamente aceptado que inspira el pensamiento y la creatividad, aumenta la empatía y reduce el estrés. Pero además de esto, hay evidencia de que está relacionado con importantes factores de desarrollo en los niños, mejorando su cognición, salud mental y estructura cerebral, que son piedras angulares para el aprendizaje y el bienestar futuros«, explica la profesora Barbara Sahakian, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Cambridge
12 horas de lectura a la semana marcan la diferencia, ni una más ni una menos
Los investigadores encontraron que 12 horas a la semana de lectura por placer está relacionado con una mejor estructura cerebral en la adolescencia.
Es la cantidad óptima definida por las conclusiones de la investigación para encontrar efectos positivos en los niños más adelante, en la adolescencia. Más allá de esto, no parece haber beneficios adicionales, según los investigadores.
Más de 12 horas podría ser contraproducente
Es más, hubo una disminución gradual en la cognición a partir de las 12 horas de lectura semanales, lo que, según los investigadores, puede deberse a que pasan más tiempo sedentarios y menos tiempo en otras actividades que podrían ser enriquecedoras cognitivamente, incluidos deportes y actividades sociales.
«Animamos a los padres a hacer todo lo posible para despertar el placer de la lectura en sus hijos a una edad temprana. Si se hace bien, esto no sólo les dará placer y disfrute, sino que también ayudará a su desarrollo y fomentará hábitos de lectura a largo plazo, que también pueden resultar beneficiosos en la vida adulta», incide el profesor Jianfeng Feng de la Universidad Fudan en Shanghai y la Universidad de Warwick en Reino Unido.
Pero ojo, porque hablamos de alentar a leer por placer, ya que obligar a leer puede ser contraproducente.
Obligar a leer es contraproducente: Recomendaciones para incentivar a leer por placer en la primera infancia y la adolescencia
Pero, ¿cuándo se lee un libro por placer ¿Qué es el placer por la lectura? Jorge Luis Borges decía que «el verbo leer, como el verbo amar, no soporta el imperativo». Algo con lo que está de acuerdo Lourdes Morán, directora técnica de IBBY México/A leer (una asociación sin fines de lucro con 40 años de experiencia en la formación de comunidades de lectores en México). «No importa cuántas veces digamos ¡lee!, el conjuro no transformará a los no lectores en lectores. La magia no ocurre a la voz de mando«, explica Morán en Animal Político.
Trabajar el «vínculo afectivo con la lectura» desde la familia
La experta, en cambio, indica que inculcar el hábito lector desde pequeños y dejarles escoger sí da buenos resultados: «En IBBY México/A leer sabemos que la magia sí ocurre cuando propiciamos que el futuro lector elija su propio camino. Y ¿cómo sucede esto? De la manera más sencilla: leyendo».
«La lectura amorosa y permanente pone al niño en contacto con el mundo del imaginario y le ayuda a construir su yo interno por lo que estas lecturas provocan en sus emociones. Conforme van creciendo, los niños responderán a esas lecturas con su propia interpretación. Si son respetadas y aceptadas, sabrán que lo que construyen tiene sentido, tiene valor y, nuevamente, la lectura será ese espacio seguro y amoroso donde reciben al mundo que traen los libros y pueden expresarse con toda libertad. La relación afectiva entre un padre o cuidador que lee a un pequeño se fortalece y se construye sobre puentes sólidos y llenos de imaginación«.
Elegir obras adecuadas a sus intereses y curiosidades, según la edad
Morán resalta la importancia de respetar el momento madurativo, acompañando el proceso de aprendizaje de la lectura de los elementos más adecuados según la etapa de desarrollo de los niños y niñas:
«A partir de nuestra experiencia sabemos que entre los 0 y los 5 años, la lectura de nanas, rimas, poemas, cuentos cortos relacionados con lo cotidiano y lo fantástico serán el vehículo ideal para este vínculo afectivo con la lectura.
Cuando los niños comienzan a leer, tienen una gran curiosidad por leer todo lo escrito: anuncios, marcas, su nombre… En estas edades hay una gran curiosidad por todo lo que les rodea. Quieren saber el porqué de las cosas. La socialización se ha vuelto importante y requieren de la aceptación de sus pares.
Les gustan los cuentos que estimulen su sentido de narración y su imaginación. Siempre sugerimos que es importante ofrecerles libros atractivos, de lenguaje sencillo, apoyados por ilustraciones que les faciliten la comprensión de la trama. Su curiosidad puede ser satisfecha con libros informativos que hablen de aquello que les es cercano: animales, autos, aviones, costumbres familiares, etc.«
Seguir leyéndoles, aunque ya sepan leer solos
«Muchos piensan que, al aprender a leer, ya no necesitan que se les lea. Al contrario, la compañía en el descubrimiento de las letras, las frases, las oraciones –’yo te leo y tú me lees’-, pueden asegurar que la relación con la lectura continúe teniendo el componente amoroso que la vuelve entrañable«, incide Lourdes Morán.
Pero ¿qué pasa si nuestro hijo no ha conseguido leer por placer en la primera infancia? Tranquilidad, no todo está perdido…
El adolescente lector: Terror literario, aventuras y obras con conciencia social
«Conforme se van acercando a la pre-adolescencia, de cuarto a sexto de primaria, tienen una personalidad más definida y un lenguaje más complejo. Disfrutan el desarrollo de su pensamiento y razonamiento y todo aquello que signifique ingenio y humor. Buscan identificarse con los personajes, vivir aventuras y sentirse mayores.
En muchos casos les gusta experimentar emociones como el miedo o el suspenso. También comienzan a interesarse por el mundo que los rodea, los temas sencillos y complejos de la convivencia social.
Acompañarlos en estas lecturas, alentar que escojan aquello que les llama la atención y no lo que creemos que “deben leer” es fundamental para que la lectura continúe siendo significativa para ellos», explica Morán.
Pero en el caso de que nuestros hijos e hijas lleguen a la adolescencia sin el hábito lector adquirido, no todo está perdido. Según Morán:
«Si los niños y jóvenes no han vivido este proceso desde la primera infancia, aún se puede buscar con ellos su camino lector. Con ellos, no sirve destacar con énfasis el valor práctico que tiene el saber leer, puesto que lo que los puede persuadir de acercarse a los libros no es la promesa de ser grandes e importantes en un futuro, sino la recompensa inmediata de hallar en los libros un mundo placentero.
Revisar qué leemos con ellos, cuáles son sus gustos, los temas que les apasionan y acompañarlos a escogerlos, leer con ellos, apoyarlos en el encuentro con textos o significados difíciles, hablar de lo leído sin juzgar, escuchando lo que ellos interpretan y alentándolos a buscar ese placer en otros libros, otros textos, otros soportes, es la mejor manera de acercarlos a la lectura».
Y, sobre todo, «nunca, nunca usar el imperativo. Que leer sea un placer, no un deber».
¿Cómo se practica la lectura por placer?: 9 Tips para incentivar a leer por placer a los más peques
Pero ¿cómo se da la lectura en la primera infancia? ¿Qué hacer para motivar a los peques que no se acercan a un libro de forma voluntaria? Nuestro equipo de expertos/as en desarrollo infantil y crianza respetuosa ofrece algunos consejos para alentar el amor por la lectura desde edades tempranas, no obligándoles a que lean de forma rutinaria, sino que sea esta una actividad por la que sientan curiosidad y ganas.
1. Crear un ambiente y un espacio de lectura en un rincón de casa
Para ello, pueden servirnos unos cojines puestos en el suelo y una alfombra mullida, una lámpara o un lugar luminoso cerca de una ventana, un sofá en un rincón tranquilo y con buena luz en un espacio íntimo y que no sea de paso…
2. Leerles nosotros
Según este estudio de la Universidad de los Andes sobre la funcionalidad de la literatura infantil y las estrategias que favorecen el aprendizaje natural de la lectura en los niños, «escuchar cuentos constituye una fuerte motivación para que el niño desee querer aprender a leer. Al asociar la lectura con placer, los niños quieren aprender a hacerlo también«.
3. Dar ejemplo
Los investigadores del anterior estudio, inciden en que «con frecuencia se le habla al niño de la importancia que tiene la lectura, pero con nuestras acciones le demostramos que valoramos más otras actividades». Por tanto, es importante reservar algún momento del día para leer también nosotros, nuestros propios títulos, y que nuestros hijos e hijas nos vean hacerlo, ya que actúan la mayor parte del tiempo por imitación, incluso de manera subconsciente. Si queremos que nuestros hijos lean, es mejor hacerlo nosotros que decírselo a ellos.
4. Ofrecer una estantería o una caja llena de cuentos a su alcance
De esta forma, permitimos a nuestros hijos e hijas que elijan por sí mismos, a su gusto. Si tienen a su disposición cuentos como una opción más de entretenimiento, es más fácil que opten por ellos. Por eso es importante que tengan cuentos siempre a su alcance, igual que el resto de materiales y juguetes, como un elemento más de divertimento y aprendizaje.
Podemos poner una estantería baja, reservar algunas baldas bajas de una estantería ya existente o colocar cajas o cestas con cuentos en sitios estratégicos, donde sepamos que ellos pasan más tiempo, como su habitación o el salón, para que se sientan invitados a leer y fomentar así en ellos una mayor curiosidad y afición por la literatura.
5. Buscar ratos de lectura en familia, incluso aunque ya sepan leer solos
Podemos leer un cuento juntos a una hora concreto (como a la hora de dormir), o leer nosotros nuestro libro y ellos el suyo en el rincón de lectura. También compartir un pasaje de la obra que cada uno estemos leyendo, en cualquier momento en el que nos venga bien o surja.
6. Fomentar la lectura comprensiva mediante conversaciones
Muy importante también, es animarles a exponer sus conclusiones después de leer con ellos, para asegurarnos de que entienden y asimilan lo leído para ir midiendo su capacidad comprensiva.
Podemos, además preguntarles cómo se sentirían ellos en la misma situación que el protagonista, si les parece bien o mal la conducta de los personajes e incluso qué hubieran hecho ellos en su lugar. De esta forma iremos ayudándoles a desarrollar la empatía y estaremos propiciando su desarrollo emocional y reflexivo.
7. Compartir lo que leemos y dialogar sobre ello
Muy pocas veces hacemos con los libros lo mismo que con las películas: comentar nuestras impresiones sobre ellos. Esto se debe a que en tanto el cine es, por lo general, un disfrute colectivo, el libro es un hábito mucho más íntimo y privado. Sin embargo, al compartir lo mucho que nos ha gustado un libro, su argumento o las reflexiones o emociones que nos genera, al igual que hacemos (o deberíamos hacer) al llegar a casa al compartir las anécdotas más destacable de lo que nos sucede en nuestro día a día, se pone de relieve el valor de la literatura por todo cuanto lo que esta nos aporta. Y ese es un ejemplo y un hábito que calará poco a poco en nuestros hijos e hijas, si somos constantes.
Asimismo, alentarles a compartir lo que leen y las impresiones que les genera, no solo les ayuda a dotar a la literatura de un componente de interacción social maravilloso, sino que les ayuda a poner en valor la literatura por lo mucho que esta aporta a su formación humana y a sus conocimientos. Además, su exposición de ideas y reflexiones nos ayuda a conocer a nuestros propios hijos y a no sentirnos desconectados de sus intereses a medida que van creciendo. Asimismo, el diálogo mutuo crea un puente generacional que refuerza el vínculo afectivo de la familia en torno a una pasión compartida.
8. Motivarles a leer dentro de la funcionalidad del día a día
Leer una receta, una etiqueta de un alimento o de un producto, las instrucciones de un juego o de un aparato, un tutorial de bricolaje, la lista de la compra, las matrículas de los coches, los nombres de las calles, los rótulos de los comercios o un mensaje de un familiar. ¡Da igual el qué! Si observan que la lectura es una herramienta útil, integrada en su día a día, disfrutarán mucho más de ella que si lo ven como una obligación o un deber.
Se trata de hacerlo en un contexto concreto como algo espontáneo y no obligado. Por ejemplo, vamos caminando por la calle y les preguntamos «¿dónde está la panadería? Siempre me despisto… ¿tú puedes verla?» o entramos en el supermercado y les decimos «tenemos que comprar champú, pero no se dónde está, ¿me ayudas a encontrarlo?» o «¡Anda, un comercio nuevo! ¿Cómo se llama esa tienda?».
Así, de forma sutil, les vamos pidiendo que busquen determinados pasillos o productos en las estanterías. Además de hacerles sentir válidos (a los peques les encanta cooperar) irán interiorizando el valor práctico de la lectura.
9. Dejarles elegir
Por más que a nosotros nos gusten las novelas históricas, es poco probable que nuestros peques se aficionen a ellas con 5 años. Y los cuentos clásicos son maravillosos, pero aunque nosotros hayamos crecido con ellos, a menudo en la actualidad los valores que transmiten son poco coetáneos. Si queremos fomentar leer por placer en la primera infancia de nuestros hijos e hijas, en lugar de imponerles nuestras preferencias, es mucho mejor y más eficaz que sus lecturas encajen con las temáticas que más les interesan.
En el caso de los niños y niñas a los que les cuesta el aprendizaje de la lectura y/o no les gusta nada leer y cuesta motivarles, suele funcionar probar con los álbumes ilustrados, los cómics y las novelas gráficas. Asimismo, hay peques cuyos intereses versan sobre temáticas muy concretas, como los unicornios, los dinosaurios, los animales, la naturaleza, las ciencias, los monstruos o los fantasmas (hay obras infantiles «de miedo» muy bien adaptadas a la edad del público al que van dirigidas), a los que podemos tentarles con estos temas.
Incluso aunque su lectura parezca muy monotemática, lo importante es que lean. Da igual el qué o cómo. Durante la primera infancia se dan etapas de intereses muy intensos (especialmente en peques con altas capacidades) que es importante saber reconocer, acompañar y alentar desde la familia.
Si quieres más información o necesitas un asesoramiento profesional más concreto y extenso sobre estos temas, en la Tribu CSC puedes consultar online a la docente, logopeda y psicóloga infantil Elena Mesonero, miembro del equipo CSC.
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12 Cuentos para regalar y fomentar leer por placer en la primera infancia
En cualquier caso, estar al tanto de las novedades editoriales para conectar con los intereses de nuestros hijos e hijas, y compartirlas con ellos para saber qué títulos les apetece más leer y dejarles elegirlos, es importante para incentivar leer por placer en la primera infancia.
Las montaña de libros más alta del mundo (+3 años)
Este es uno de los álbums ilustrados más destacables de la siempre genial Rocío Bonilla. A través de él conocemos la historia de Lucas, un niño que siempre ha soñado con volar y cada año en Navidad o cuando apaga las velas de su cumpleaños, desea un par de alas. Pero la frustración es siempre la misma, porque no consigue volar con nada de lo que le regalan… Hasta que un día su madre le dice que hay otras maneras de volar… como leer. Y una vez que Lucas comienza a leer, ¡descubre que es verdad! Y así alcanza cotas de altura inalcanzables e inimaginables… Una preciosa y divertida historia sobre la magia de la lectura que es a menudo utilizada en las aulas de infantil y primaria para fomentar leer por placer en la primera infancia.
El increíble niño comelibros (+3 años)
El fantástico Oliver Jeffers nos regala la fabulosamente ilustrada historia de Enrique, un niño al que le encantan los libros, pero no como a cualquier niño pueden gustarle… Una singular obra de fantasía sobre la pasión devoradora por los libros y el conocimiento que contienen que aliente a los niños y niñas a alimentar sus cerebros.
Ñac Ñac, el monstruo comelibros (+3 años)
Ñac-ñac, el monstruo comelibros es todo un éxito de Emma Yarlett (El banquete de los monstruos, El correo del Dragón, Pepa Pimienta, No abras este libro) y ya se ha convertido en uno de los personajes favoritos de los niños y niñas contemporáneos (incluso más allá de los 6 años). Y es que es un monstruo que se alimenta de libros y cuyo rastro hay que seguir a través de los mordiscos que va dejando en las páginas de este álbum interactivo para conseguir atraparle antes de que se zampe otros cuentos.
Tiene unas divertidas ilustraciones a todo lujo de detalle y es de fácil comprensión. Presenta varios niveles de lectura, para irse adaptando a la habilidad lectora de los peques, acompañándoles así durante mucho más tiempo. De esta forma, podemos, por ejemplo, leer las oraciones que aparecen en el primer nivel de lectura de sus páginas (la historia de Ñac-Ñac) o adentrarnos en las aventuras que nos va desvelando el pequeño monstruo a través de su paso por varios cuentos tradicionales (Ricitos de oro, Caperucita Roja, y Jack y las habichuelas mágicas). Además, existe toda una saga de cuentos que pueden hacer las delicias de los más pequeños si se convierten en fans de este simpático monstruo.
El cuento que quería ser leído (+3 años)
Cuando el último bibliotecario se ha ido a dormir a casa y la biblioteca cierra sus puertas… ¡los libros cobran vida y cuentan historias de sus aventuras! Pero el libro Dino nunca ha sido prestado y sueña con encontrar a alguien con quien compartir su historia… Un tierno álbum ilustrado que fomenta la curiosidad por las bibliotecas y las aventuras que aguardan ser leídas entre sus estanterías.
La coleccionista de palabras (+3 años)
Ganador del premio Moonbeam Children’s Book Awards en 2011, este álbum nos trae una historia dulce y mágica sobre la belleza de las palabras. La protagonista, una niña llamada Luna, con una afición muy especial (coleccionar palabras) que compartirá su amor por las letras y hará del mundo un lugar mejor en el que vivir en una época en la que los seres humanos están olvidando las palabras bellas porque estaban demasiado ocupados y ya no les dan importancia… aunque compartirlas es fuente de alegría y felicidad.
La biblioteca de Orazio (+4 años)
En las colinas de Sicilia, es la hora de la siesta y todo está en calma, pero de repente se oye un extraño zumbido… Es la biblioteca de Orazio, un antiguo maestro de escuela que recorre los pueblos de las colinas en su biblioteca de 3 ruedas para proporcionar lecturas en las poblaciones aisladas. Lo relevante de esta historia es como la pasión por la lectura une a personajes muy diversos, ya que todos ellos leen a pesar de tener intereses muy distintos: el viejo coronel que quiere aprender a cultivar tomates, la florista que lee bonitas historias a su anciana madre enferma, los escolares apasionados por las aventuras de cíclopes y monstruos marinos…
La Niña de los Libros (+5 años)
Este álbum ilustrado nos cuenta la historia de una pequeña que navega a través de un mar de palabras para llegar a la casa de un niño, al que invita a comenzar una aventura a través de los bosques de cuentos de hadas, de las montañas de fantasía y a dormir en las nubes de las canciones. Ilustrado por el bestseller internacional Oliver Jeffers sobre unos singulares fondos tipográficos elaborados por Sam Winston a partir de extractos de los clásicos de la literatura juvenil e infantil y de canciones de cuna para niños, esta obra es un homenaje a la historia de la literatura en general. Un trabajo basado en los libros que han leído los niños y adolescentes de todas las épocas, en las historias que nos impactaron y nos influyeron. También un homenaje a los creadores del pasado, pero al mismo tiempo una inspiración para las nuevas generaciones del futuro.
La biblioteca nocturna (+5 años)
Esta curiosa biblioteca abre sólo por la noche, está regida por una pequeña y simpática bibliotecaria y sus tres búho-ayudantes, y tiene un público muy especial… Kazuno Kohara crea una entrañable historia peculiarmente ilustrada en negro sobre curiosos fondos unicolores con la cantidad exacta de letra y una curiosa hitoria para que los peques comiencen a interesarse por la lectura en solitario.
Los fantásticos libros voladores del Sr. Morris Lessmore (+5 años)
The New York Times lo califica como «un trabajo visualmente impresionante» y The London Times asegura que «es muy probable que Los fantásticos libros voladores del Sr. Morris Lessmore sea considerado uno de los títulos infantiles más influyentes de principios del siglo XXI«. Y no es en vano, porque la belleza visual de esta obra, sobre quienes aman las palabras, las historias y los libros o sobre quienes disfrutan escribiendo para otros, es tan majestuosa como sorprendente es su historia.
Se trata de una más que entretenida y apasionante historia de las personas que dedican su vida a los libros y a quienes los libros les devuelven el favor. Es una alegoría conmovedora y humorística sobre los poderes curativos de una buena lectura. La trama gira en torno al amor por los libros, su capacidad para iluminar nuestras vidas y lo maravilloso que es sumergirse en la lectura.
Considerado todo una obra de arte, ha inspirado un cortometraje mudo dirigido por el autor e ilustrador William Joyce y su co-director Brandon Oldenburg, y producido por Estudios Moonbot en 2011 que ha ganado una docena de premios en festivales de cine, incluyendo el Premio del Público en el Festival de Cine de Austin, mejor corto de animación en el Festival de Cine de Cinequest; y por supuesto el galardón como Mejor Cortometraje de Animación en los premios Óscar de la 84th Academy Awards.
La curiosa librería (+5 años)
Si a vuestros peques les gusta Shinsuke Yoshitake estaréis de enhorabuena porque no son pocas las obras infantiles que este autor, caracterizado por los valores que transmite en sus páginas, tiene publicadas en castellano. La Curiosa Librería, en concreto, versa sobre los libros que hablan sobre libros, librerías y bibliotecas. Y sobre los libreros, como el protagonista, que está encantado de ayudarte con cualquier consulta que tengas.
A través de sus páginas descubriremos libros que crecen en los árboles, libros que solo pueden leerse a la luz de la luna, descubriremos cómo se celebra una boda en una librería ¡y muchas más maravillas rebosantes de ingenio y humor! Se trata, en resumen, de una celebración del mágico mundo de los libros que hará las delicias de todos aquellos que los aman.
La niña que salvó los libros (+6 años)
La genial Lisa Aisato ilustra de manera formidable una historia encantadora, poética y mágica sobre el amor por los libros. La protagonista, Anna, tiene casi 10 años y le encanta leer. Le gusta tanto que Monsen, el bibliotecario, se ha convertido en uno de sus mejores amigos. Un día, su amigo le cuenta a Anna qué sucede con los libros que nadie quiere tomar prestados de la biblioteca. Estos libros desaparecen, se destruyen…
La idea de que todo ese mundo mágico y sus habitantes se pierdan para siempre se le hace insoportable a Anna… y entonces emprende un extraordinario viaje con una misión que nadie ha logrado hasta entonces: salvar a los libros del olvido. Uno de las mejores obras sobre la magia de la literatura y el poder inspirador de su lectura. Además, es muy coetáneo con nuestra realidad y nuestra sociedad eminentemente visual, en la que cada vez más personas prefieren hacer otras cosas en detrimento de la lectura.
El libro que se sentía solo (+6 años)
Esta sencilla historia versa sobre un libro que se sentía feliz cuando lo leían o algún niño se lo llevaba a casa, pero el libro fue envejeciendo y ya casi nadie lo sacaba del estante de la biblioteca. Hasta que un día, una niña encontró el libro solitario y empezó a leer aquellas páginas gastadas… Acompañado de unas ilustraciones preciosas, esta sencilla trama alienta en los más peques la curiosidad por los títulos más viejos, aquellos que están escondidos en las bibliotecas… ¡o en las estanterías de nuestra casa!
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