El trauma infantil aumenta el riesgo de dolor crónico en la edad adulta

Más de mil millones de niños están expuestos a experiencias infantiles adversas cada año. Las personas que han tenido un trauma infantil tienen mayor riesgo de experimentar dolor crónico y discapacidad en la edad adulta, según un nuevo estudio.

La investigación, publicada en el European Journal of Psychotraumatology, ha sido realizada por expertos de Canadá, Australia y Dinamarca, y revisa investigaciones realizadas a lo largo de 75 años, en las que participaron 826.452 adultos.

Los investigadores llevaron a cabo una revisión sistemática que incluyó 85 estudios. De ellos, los resultados de 57 estudios podrían agruparse en metanálisis.

Los nuevos hallazgos subrayan la urgencia de abordar las experiencias infantiles adversas (ACE), eventos potencialmente traumáticos que ocurren antes de los 18 años, y tomar medidas para mitigar su impacto a largo plazo en la salud de las personas.

Las personas que han tenido un trauma infantil tienen mayor riesgo de experimentar dolor crónico y discapacidad en la edad adulta

Los hallazgos revelan que las personas que han estado expuestas a diversas formas de eventos traumáticos en la infancia tienen un mayor riesgo de experimentar dolor crónico y discapacidad relacionada con el dolor en la edad adulta.

El dolor crónico es una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo. Condiciones dolorosas a largo plazo, como dolor lumbar, artritis, dolor de cabeza y migraña, pueden afectar el funcionamiento diario de una persona hasta el punto de que no pueda trabajar, comer adecuadamente o participar en actividades físicas.

«Existe una necesidad urgente de desarrollar intervenciones específicas y sistemas de apoyo para romper el ciclo de adversidad y mejorar los resultados de salud a largo plazo para aquellas personas que han estado expuestas a traumas infantiles», dice el autor principal del estudio, el Dr. André Bussières, de la Escuela de Terapia Física y Ocupacional de la Universidad McGill, en Canadá.

Investigaciones anteriores han indicado una relación positiva entre la exposición a ACE y el dolor crónico en la edad adulta. Sin embargo, todavía existen lagunas en el conocimiento, en particular sobre qué tipo de ACE se asocian con afecciones específicas relacionadas con el dolor o si existe una relación dosis-respuesta.

«Una comprensión más matizada de la relación precisa entre las ACE y el dolor crónico permitirá a los profesionales de la salud y a los formuladores de políticas diseñar estrategias específicas para ayudar a disminuir el impacto a largo plazo de la adversidad en la vida temprana en la salud de los adultos», afirma el profesor Jan Hartvigsen, de la Universidad del Sur de Dinamarca, también autor del estudio.

La actual investigación ha descubierto que, en concreto, corren mayor riesgo aquellos sometidos a abuso físico, y que el impacto acumulativo de la exposición a múltiples ACE aumenta aún más el riesgo.

Resultados de la investigación

Los investigadores encontraron que:

• Las personas expuestas a una ACE directa, ya sea abuso o negligencia física, sexual o emocional, tenían un 45% más de probabilidades de informar dolor crónico en la edad adulta en comparación con las que no estuvieron expuestas.
• El abuso físico infantil se asoció con una mayor probabilidad de informar tanto dolor crónico como discapacidad relacionada con el dolor.
• Las probabilidades de informar dolor crónico o discapacidad relacionada con el dolor en la edad adulta aumentaron con la exposición a cualquier ACE directo, solo o combinado con ACE indirectos.
• El riesgo de informar dolor crónico en la edad adulta aumenta significativamente si se trata de la exposición a una ACE a cuatro o más ACE.

La mitad de la población infantil mundial está expuesta a experiencias infantiles adversas cada año: Son más de mil millones de niños

Las ACE pueden afectar a un niño o adolescente directamente a través del abuso o negligencia física, sexual o emocional, o indirectamente a través de la exposición a factores ambientales como la violencia doméstica, vivir con abuso de sustancias o la pérdida de los padres.

«Estos resultados son extremadamente preocupantes, particularmente porque más de mil millones de niños (la mitad de la población infantil mundial) están expuestos a ACE cada año, lo que los pone en mayor riesgo de dolor crónico y discapacidad en el futuro», incide Bussières.

Asimismo, estos hallazgos «subrayan la urgencia de abordar los EACE, especialmente a la luz de su prevalencia y sus repercusiones en la salud«, afirma el profesor Jan Hartvigsen, de la Universidad del Sur de Dinamarca, también autor del estudio.

Los autores proponen que las investigaciones futuras profundicen en los mecanismos biológicos a través de los cuales las ACE afectan la salud a lo largo de la vida, con el objetivo de profundizar en su comprensión y desarrollar formas de mitigar su impacto.

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Entre ellos/as se encuentra la psicóloga perinatal Mamen Bueno y la docente, logopeda y psicóloga infantil Elena Mesonero.

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