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Un nuevo estudio encuentra un vínculo entre los hábitos de sueño en la adolescencia y los problemas de conducta.
Los problemas de salud mental afectan a un porcentaje importante de niños y adolescentes en todo el mundo, siendo los problemas de conducta unos de los más prevalentes. Los problemas de conducta en la adolescencia pueden provocar trastornos de conducta, lo que contribuye a resultados de salud adversos, discapacidad, disminución de la calidad de vida e incluso mortalidad prematura.
Conexión entre el cronotipo y los problemas de conducta
Una nueva investigación, publicada en la revista Chronobiology International, examina si la asociación del cronotipo (los hábitos naturales de una persona a la hora de acostarse y despertarse) con los problemas de conducta de los adolescentes está mediada por el jetlag social (el desfase horario social es el desajuste entre el cronotipo natural y los tiempos de sueño-vigilia impuestos por las obligaciones sociales).
Según los autores principales del estudio, la estudiante de posgrado de la Universidad de Michigan, Mia Qihan Zhu, y el profesor de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de la UM, Eduardo Villamor, existe una conexión entre el cronotipo y los problemas de conducta.
Los investigadores descubrieron que tanto el cronotipo tardío («vespertino») como el desfase horario social estaban relacionados con un aumento de los problemas de conducta. Este cronotipo corresponde a aquella persona que rinde mejor por la noche, pero necesita prolongar el descanso hasta bien entrada la mañana. Su horario de sueño acostumbra a ser entre las 3 y las 11 de la mañana.
Los adolescentes que se acuestan tarde y se levantan tarde muestran más problemas de conducta
Los problemas de conducta se evaluaron a través de los cuestionarios Youth Self-Report (YSR) y Child Behavior Checklist (CBCL) completados por los padres. «La vespertinidad se asoció con puntuaciones más altas en problemas de conducta en comportamiento«, inciden los autores, los cuales incluyen «comportamiento de externalización, comportamiento de internalización, problemas de atención, problemas sociales y problemas de pensamiento«.
«Las asociaciones del cronotipo con quejas somáticas y problemas sociales fueron más fuertes en los niños que en las niñas. El cronotipo posterior se relacionó con el desfase horario social, pero el desfase horario social se asoció con quejas somáticas y problemas de atención. En conclusión, el cronotipo más tardío se asocia con problemas de conducta en la adolescencia«, escriben los investigadores.
¿Cómo afecta el trastorno del sueño en el comportamiento? Aunque la relación entre cronotipo y comportamiento no se explica por el desfase horario social, los autores inciden en que sería interesante investigar si las intervenciones sobre el desfase horario vespertino o el desfase horario social podrían tener un impacto en el desarrollo de problemas de conducta.
Por otra parte, en el desfase horario social hay dos elementos:
- Uno, relacionado con los patrones naturales de sueño de una persona;
- Y otro, con los patrones de sueño reales impuestos por las obligaciones sociales.
Para los autores, comprender cada componente podría ayudar a identificar formas de mejorar su desajuste y sus consecuencias.
Problemas de conducta en la adolescencia
Los problemas de conducta en la adolescencia se clasifican en dos grupos principales:
- Conductas de externalización (tendencia a comportarse agresivamente o romper las reglas).
- Conductas de internalización (comportamientos más depresivos, ansiosos o retraídos).
Otras categorías importantes son el pensamiento, la atención y los problemas sociales. Algunas de estas categorías predicen el desarrollo de trastornos específicos en el futuro. Por este motivo, los investigadores se centraron es estas conductas.
Según los autores, los progenitores y médicos deben aumentar su conciencia sobre los problemas del sueño en niños y adolescentes, ya que podrían estar relacionados con problemas de conducta.
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Problemas de salud asociados
Debido a que el cronotipo tardío también se ha relacionado con otros problemas de salud, incluidas enfermedades crónicas como la diabetes y las enfermedades cardíacas, evaluar el impacto de las intervenciones en niños y adolescentes para promover el horario de acostarse temprano podría ser una importante prioridad de investigación, señalan los autores.
Los problemas de sueño también afectan a las neuronas. Pero ¿cómo los trastornos del sueño afectan el sistema nervioso?
Según los especialistas del NIH,
«sin sueño no puede formar ni mantener las vías del cerebro que le permiten aprender y crear nuevos recuerdos y es más difícil concentrarse y responder rápidamente. El sueño es importante para un número de funciones cerebrales, lo que incluye cómo se comunican las células nerviosas (neuronas) entre sí.»
Es por ello que los expertos inciden en que la calidad del sueño, así como dormir suficiente y a las horas correctas, es tan esencial para la supervivencia como la comida y el agua.
«El sueño afecta los diferentes tipos de tejidos y sistemas del cuerpo, así como sus funciones, incluyendo el cerebro, el corazón, los pulmones, el metabolismo, la respuesta inmunitaria, el estado de ánimo y la resistencia a las enfermedades», señalan desde el NIH.
Las investigaciones muestran que la falta de sueño crónica o tener una mala calidad de sueño aumentan el riesgo de trastornos de salud física y psicológica como presión arterial alta, enfermedades cardiovasculares, diabetes, depresión y obesidad.
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