La adversidad temprana afecta al desarrollo del cerebro infantil

Los investigadores han encontrado evidencia que sugiere que los niños expuestos a niveles elevados de adversidad durante la infancia exhiben un patrón acelerado de desarrollo cerebral durante los años preescolares.

Para cuantificar eficazmente el impacto de la adversidad temprana, el equipo de investigación adoptó un marco de puntuación creado por la profesora Patricia Silveira en la Universidad McGill, para producir una puntuación compuesta de ELA que considerara factores que se extienden a lo largo de una población.

Estos factores se centraron en las exposiciones experimentadas antes del nacimiento, abarcando la salud física y mental de la madre durante el embarazo, así como la estructura familiar y las circunstancias financieras. Cuando sumamos o combinamos diferentes factores de riesgo, obtenemos una mejor predicción del resultado de un niño.

Utilizando esta puntuación compuesta, el equipo de estudio estratificó la cohorte de nacimiento GUSTO en diferentes niveles de exposición acumulativa a la adversidad infantil. Luego se examinó el ritmo de desarrollo del cerebro en niños expuestos a diferentes niveles de experiencias infantiles adversas.

La mayoría de los trastornos de salud mental tienen sus raíces en la infancia

Para evaluar el ritmo del desarrollo del cerebro durante la infancia, el equipo del estudio utilizó resonancias magnéticas multimodales. Estos escáneres cerebrales por resonancia magnética se obtuvieron de 549 niños en 3 momentos (4’5, 6 y 7,5 años de edad), lo que permitió al equipo de estudio examinar el vínculo entre la adversidad infantil temprana y el desarrollo del cerebro de manera longitudinal.

Como la mayoría de los trastornos de salud mental tienen sus raíces en la infancia, el estudio de las trayectorias de desarrollo de manera longitudinal es muy relevante.

En este estudio, se midió el potencial de neuroplasticidad de un niño, la capacidad del cerebro para adaptarse y reorganizarse para aprender, recuperarse de lesiones y adaptarse a nuevas experiencias.

Dirigido por el Dr. Tan Ai Peng, investigador principal del Instituto de Ciencias Clínicas de Singapur (SICS) de A*STAR y médico del Hospital Universitario Nacional, junto con el Dr. Chan Shi Yu, investigador del SICS de A*STAR, el estudio encontró que la exposición a niveles altos de adversidad temprana está relacionado con un desarrollo cerebral acelerado entre las edades de 4’5 y 6 años.

¿Cuál es el efecto de una niñez temprana adversa en el comportamiento?

Cuando los menores se exponen a adversidad en la vida temprana, el cerebro infantil experimenta un desarrollo acelerado para adaptarse a las circunstancias adversas.

Este ritmo acelerado de desarrollo del cerebro podría conducir a un mayor riesgo de resultados adversos para la salud cognitiva y mental.

El estudio, «La influencia de la adversidad en la vida temprana en el acoplamiento de la conectividad cerebral estructural y funcional durante la infancia», publicado en Nature Mental Health, concluye que la exposición a la adversidad temprana es un factor de riesgo reconocido de malos resultados de salud a lo largo de la vida.

Esto incluye un mayor riesgo de deterioro cognitivo, así como el desarrollo de trastornos de salud mental, como los trastornos depresivos mayores.

Incluso la exposición al la adversidad temprana en el período prenatal, como los problemas de salud física y mental de la madre durante el embarazo, desencadena cambios en el ritmo de desarrollo del cerebro durante la infancia, más prominentes durante el período preescolar, una ventana de tiempo crucial mediante la cual el aprendizaje y la adaptación dependientes de la experiencia sientan las bases para la función cerebral futura.

El «desarrollo cerebral acelerado» es un mecanismo de adaptación

Estudios anteriores sugieren que el «desarrollo cerebral acelerado» es un mecanismo de adaptación a los desafíos de la vida temprana y puede mediar en la asociación entre la adversidad durante la infancia y una mala salud mental y resultados cognitivos negativos más adelante en la vida.

Según los investigadores, en la primera infancia se espera que el cerebro sea menos especializado y más adaptable, por lo que el patrón acelerado de desarrollo cerebral es probablemente un mecanismo adaptativo cuando se expone a señales ambientales que requieren «madurez».

Aunque esto pretende ser un «mecanismo de protección» contra la adversidad, tiene implicaciones negativas a largo plazo, ya que da como resultado una ventana más corta de neuroplasticidad y aprendizaje adaptativo.

Los años de preescolar, una ventana clave

En particular, los resultados de este estudio señalan el período entre las edades de 4’5 y 6 años como una ventana potencial para que la intervención temprana mejore los resultados de los niños que estuvieron expuestos a experiencias infantiles adversas.

«Nuestro estudio proporcionó evidencia de que la exposición a los desafíos de la vida temprana afecta el ritmo del desarrollo del cerebro durante la niñez. Esto, a su vez, tiene efectos significativos en los resultados futuros de salud cognitiva y mental.

Si podemos desarrollar herramientas de detección para detectar el desarrollo cerebral acelerado, podremos podremos implementar intervenciones antes y prevenir las consecuencias en cascada del desarrollo cerebral acelerado para la salud mental«, afirmó el Dr. Tan Ai Peng.

De cara al futuro, los investigadores han identificado áreas importantes para futuras investigaciones: determinar si los efectos de adversidad infantil en el desarrollo cerebral acelerado durante la niñez preparan el escenario para el envejecimiento cerebral prematuro en etapas posteriores de la vida, y la efectividad de las estrategias de intervención que podrían mitigar los efectos de adversidad temprana, como la promoción de la resiliencia psicológica a través de la terapia cognitivo-conductual.

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