¿Tu hijo tiene dificultad para tragar y alergia? Podría tener esofagitis eosinofílica

Los niños y adolescentes con alergias o eczemas que presentan dificultad para tragar podrían tener esofagitis eosinofílica. Son los resultados de un estudio publicado en la Canadian Medical Association Journal que ofrece además ayuda para diagnosticar y controlar esta enfermedad inflamatoria crónica.

¿Qué es la esofagitis eosinofílica? Causas y síntomas

La esofagitis eosinofílica consiste en una inflamación del revestimiento del esófago, lo que puede provocar lesiones y estrechamiento de la garganta. Se trata de una enfermedad del sistema inmunitario de carácter crónico, en la que un tipo de glóbulos blancos llamados eosinófilos se acumulan en el esófago.

A pesar de que se descubrió hace relativamente pocos años (a principios de los 90), a día de hoy está considerada una de las principales causas de enfermedad del sistema digestivo.

Su principal causa es una reacción alérgica a una sustancia externa, como alimentos o el polen, que entra en contacto con la mucosa del esófago. Además, los eosinófilos pueden multiplicarse en el esófago y producir una proteína que causa inflamación. Esta puede llevar a la aparición de cicatrices, estrechamiento y formación excesiva de tejido fibroso en el esófago.

Entre los principales síntomas de la esofagitis eosinofílica en adolescentes y adultos se encuentran dificultad para tragar (disfagia), atascamiento de los alimentos en el esófago, dolor en el pecho y reflujo.

En el caso de los niños, se manifiesta con dolor abdominal, acidez de estómago o reflujo, reducción del apetito, dificultad para tragar y comer, tos crónica, vómitos, o retraso en el desarrollo, que incluye crecimiento insuficiente, desnutrición y pérdida de peso.

Además, en torno al 75% de los pacientes tienen al menos algún tipo de alergia, como alergias alimentarias o ambientales, asma o eczema.

Para su diagnóstico es necesario realizar entre 4 y 6 biopsias esofágicas tomadas de al menos 2 localizaciones distintas del esófago durante una gastroscopia o endoscopia ya que la inflamación del esófago puede no estar presente en todas las biopsias.

Aunque puede presentarse en personas de cualquier edad, suele ser más común en niños de 5 a 14 años y en adultos de 20 a 45 años. Además, es de 3 a 4 veces más habitual en hombres que en mujeres.

En España, en el periodo comprendido entre 2007 y 2016, se registró una incidencia media de 13,7 casos por cada 100.000 habitantes. En los últimos años se ha detectado un aumento de la incidencia en América del Norte y Europa. Sin embargo, no se sabe si se debe a una mayor concienciación y capacidad de diagnóstico o bien se debe a un verdadero aumento de esta enfermedad.

¿Cómo tratar la esofagitis en niños?

En cuanto al tratamiento de la esofagitis eosinofílica, los especialistas recomiendan un seguimiento de la dieta, medicamentos y dilatación esofágica para prevenir complicaciones a largo plazo, reduciendo así en la medida de lo posible el impacto de la enfermedad en la calidad de vida. De hecho, aunque la enfermedad no se asociada con un aumento de la mortalidad, sí que impacta de forma negativa en la calidad de vida de las personas que la sufren.

De ahí que además de la colaboración estrecha entre el médico y el paciente, sea necesario un enfoque desde diferentes áreas que incluya cambios en la dieta y los medicamentos, en función de la gravedad de la enfermedad y el riesgo de complicaciones futuras.

En el caso de los pacientes con mayor riesgo de impacto de los alimentos, será necesaria la dilatación esofágica. Además, es recomendable consultar con un gastroenterólogo y un/a dietista-nutricionista para hacer los ajustes necesarios en la alimentación en función de la gravedad de la enfermedad.

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La esofagitis eosinofílica y los trastornos alimenticios

La esofagitis eosinofílica puede confundirse con los trastornos alimenticios en los adultos, de ahí la importancia de un diagnóstico precoz. Según los doctores Milli Gupta y Michelle Grinman de la Facultad de Medicina Cumming (Calgary-Alberta):

«Los trastornos alimentarios pueden ser difíciles de diferenciar de la esofagitis eosinofílica ya que las conductas alimentarias restrictivas, incluidas la aversión a los alimentos, la ansiedad a la hora de comer y las conductas de masticación son características de ambas afecciones».

Por ello, es fundamental un historial dietético detallado para conocer qué alimentos evita comer un paciente y por qué. Así, algunos pacientes con esofagitis eosinofílica pueden evitar comer carne y pan tras sufrir algún episodio de asfixia previo, mientras que los pacientes con algún tipo de trastorno alimenticio puede evitar consumirlos por su contenido calórico.

Además, los autores reclaman mayor investigación no solo para poder comprender la enfermedad, sino también para hallar mejores formas de diagnosticarla, tratarla y controlarla según las necesidades de cada paciente.