11 Cosas que NO debes hacer si quieres que tu bebé duerma mejor

El sueño infantil es una de las cuestiones que más preocupa a los padres y muchas veces asaltan las dudas sobre si lo estaremos haciendo bien o mal para ayudarlos a dormir. Te contamos 11 cosas que NO debes hacer si quieres que tu bebé duerma mejor.

¿Cómo hacer que tu bebé duerma mejor? ¿Qué se le puede dar a un bebé para que duerma tranquilo? ¿Cómo cansar a un bebé para que se duerma? ¿Cómo dormir a un bebé rápido? Probablemente, muchos papás y mamás se plantearán a diario estas preguntas si tienen un bebé o peques en casa que no acaba de dormir del todo bien. En la Tribu CSC cuentas con un equipo de profesionales que puede ayudarte a resolverlas, entre los que se encuentran la psicóloga y especialista en sueño infantil, Rafi López. 

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Saltarse las siestas, entre las cosas que NO debes hacer si quieres que tu bebé duerma mejor

Uno de los mayores errores en lo referente al sueño del bebé es pensar que si no duerme la siesta, dormirá mejor por la noche. Pero nada más lejos de la realidad…

Los bebés y niños pequeños necesitan dormir una serie de horas al día, en función de su edad, y no hacerlo les puede provocar gran irritabilidad y malestar. Asimismo, pueden llegar a la noche tan sobrepasados que les resulte muy difícil conciliar el sueño. Por ello, es importante estar atento a las señales de sueño para acostarlos antes de que sea tarde.

Cansarlo mucho durante el día para que llegue cansado a la noche

Es cierto que los niños tienen mucha energía y necesitan hacer ejercicio físico e ir al parque a moverse y socializar con los amigos. Pero esto no significa que llenemos su tarde con actividades extraescolares para cansarlos. Cuando un niño está cansado en exceso, su cerebro y su cuerpo se encuentran sobrecargados.

¿La consecuencia? Están irritables, llorosos y les cuesta más tranquilizarse y conciliar el sueño. Y cuando lo hacen, suelen tener un sueño intranquilo con múltiples despertares nocturnos.

Cosas que NO debes hacer si quieres que tu bebé duerma mejor: Usar pantallas

Diferentes estudios han demostrado que usar pantallas unas horas antes de dormir afecta directamente al sueño tanto en el tiempo como en la calidad, provocando somnolencia diurna.

La luz solar y artificial afecta a la producción de melatonina, una hormona que se produce en nuestro cerebro y que regula los ciclos de sueño y la vigilia. Pero la de estos dispositivos es además luz azul, una de las que más influye en este proceso. Además, los niños y niñas tienen las pupilas más grandes y las lentes más transparentes, lo que ayuda a que la luz de la pantalla penetre más.

De hecho, si se compara el efecto de la luz en los adultos y en los niños, «la supresión de melatonina es prácticamente el doble de intensa en estos últimos», subraya la pediatra de CSC Gloria Colli.

Sin rutinas

Las rutinas son fundamentales para los peques ya que gracias a ellas son capaces de anticiparse a lo que va a ocurrir a continuación para así tener seguridad, tranquilidad y confianza. Así, si todas las noches después de bañarnos y cenar, nos lavamos los dientes y leemos un cuento, saben que el siguiente paso es dormir y lo harán más conformes. La ausencia de rutinas tiene el efecto contrario. Si no saben lo que va a ocurrir a continuación, puede que quieran seguir jugando en lugar de ir a la cama.

Ruidos y luces fuertes

El ambiente para dormir es clave y a nuestros peques les costará mucho más conciliar el sueño si hay ruidos fuertes o luces blancas. En su lugar, podemos optar por música suave y luces tenues y cálidas.

Abrigarlo en exceso

La mayoría de los niños se destapan por la noche. Y como no es recomendable usar sábanas o mantas por el riesgo de asfixia, tendemos a abrigarlos en exceso con sacos para asegurarnos que no pasen frío. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los bebés tienen el mismo frío (y calor) que los adultos. Abrigarlos en exceso puede provocar fiebre y la aparición de sudamina.

Así, los saquitos de dormir son una buena opción para asegurarnos de que nuestro bebé duerme tapado toda la noche y no corre peligro de asfixia. En este sentido, se desaconseja totalmente introducir objetos, juguetes, muñecos o peluches en las cunas. Aunque la imagen de abajo pueda resultar de lo más tierna, en realidad puede ser peligroso. La cama del bebé debe estar siempre despejada para que sea segura.

Una habitación demasiado fría o calurosa

Tanto el frío como el calor afectan al sueño infantil (y adulto). Por ello, no debemos poner la calefacción o el aire acondicionado al máximo, creando un ambiente desapacible.

Una cena abundante y con sustancias estimulantes

Lo ideal es que la cena se produzca 2 horas antes de ir a la cama y las raciones sean ser ligeras para evitar que coman mucha cantidad. De hecho, un exceso de comida puede provocar una indigestión.

Es importante evitar alimentos poco nutritivos, procesados o ultraprocesados como hamburguesas, empanados o pizzas ya que son muy ricos en grasas y en hidratos de carbono simples, sin ningún beneficio nutritivo, según explica la dietista-nutricionista de CSC, Rebeca Pastor, con quien puedes contactar en la Tribu CSC. para resolver todas las dudas sobre alimentación de tu peque.

Hay que prestar especial atención a los alimentos que tienen sustancias estimulantes como la cafeína y la teobromina, presentes en el chocolate y el cacao. Además, la proteína en exceso activa la dopamina, que puede dificultar el sueño.

Tampoco se recomiendan ya los biberones de cereales, ya que no ayudan a que los peques duerman mejor, mientras que sí aumenta el riesgo de caries y de obesidad. Asimismo, ofrecer leche por la noche tampoco ayuda al bebé a dormir mejor. No es relajante e incluso puede tener el efecto contrario, según nuestra dietista-nutricionista.

El estrés y la ansiedad dificulta al bebé dormir mejor

El ritmo de vida de los adultos nos lleva a vivir con estrés y ansiedad casi sin darnos cuenta. Y, lo peor es que esta necesidad de vivir siempre con prisas se la transmitimos a nuestros hijos. Hay que volver a casa del parque rápido, ducharse enseguida, cenar cuanto antes y dormirse porque mañana hay cole de nuevo.

Y así, nuestros peques se van acostumbrando a vivir con esa sensación de no llegar a ningún sitio en hora, cuando la realidad es que deberían llegar a la cama con la mayor tranquilidad posible para tener un sueño reparador.

Dejarlos solos

Tal y como explica la experta en sueño infantil de la Tribu CSC, Rafi López, «los bebés necesitan sentirse seguros para dormir mejor. Y no entienden que una casa o su propia habitación son lugares seguros. Para ellos, el único sitio donde están a salvo es cerca de papá o mamá. No verlos o sentirlos les genera miedo y piensan que han sido abandonados.

De hecho, el contacto físico activa la secreción de opioides y oxitocina que inducen al sueño. Cuando los bebés se despiertan por la noche, son incapaces de tranquilizarse solos; así que dejarlos llorar y no acudir a atenderlo solo va a incrementar el estrés y la agitación y más costará calmarlo después.

Ponerlo boca abajo

A pesar de que durante años la recomendación era poner a los bebés a dormir boca abajo, se demostró que esta posición estaba relacionada con un mayor riesgo del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante. Por ello, actualmente se recomienda que los bebés duerman siempre boca arriba. Tampoco se aconseja al bebé dormir boca abajo encima de la madre.

¿Qué ocurre si mi bebé se gira y duerme de lado o si mi bebé se gira y duerme boca abajo? En estos casos no sería necesario cambiarlo de posición ya que si ya han aprendido a voltearse solos podrán volver a la posición inicial por sí mismos. También es aconsejable poner al bebé a jugar a pequeños ratitos boca arriba, mientras esté activo y despierto, para fomentar su desarrollo.

Recuerda que en la Tribu CSC puedes resolver cualquier duda relacionada con tus peques gracias a nuestro equipo de profesionales. Entre ellos, se encuentra la psicóloga y especialista en sueño infantil, Rafi López, o la pediatra Gloria Colli.