La pesadilla de la hora de comer con un/a peque con altas capacidades: 7 Pasos para mejorar su relación con la comida

A veces neofobia alimentaria y altas capacidades van de la mano por la hipersensibilidad sensorial propia de muchos de estos peques

La hipersensibilidad sensorial propia de las altas capacidades hace que, en muchas ocasiones, neofobia alimentaria y altas capacidades vayan de la mano.

Incluso sin llegar a esos extremos, muchas niñas y niños con altas capacidades tienen un comportamiento muy quisquilloso en la mesa, pudiendo haber texturas, olores y sabores que no aceptan o platos que no quieren ni probar. Esto hace que la hora de la comida presente a menudo retos únicos para las familias con peques con altas capacidades.

Neofobia alimentaria y altas capacidades

El rechazo a determinados grupos de alimentos, a texturas concretas o a sabores y olores que a menudo manifiestan estos niños y niñas puede explicarse entendiendo la hipersensibilidad sensorial propia de las altas capacidades.

Una de las mayores paradojas de la alta capacidad intelectual tiene que ver con las emociones, la sensibilidad y las sensaciones que ellos viven de forma amplificada.

 

Neofobia alimentaria y altas capacidades

 

De hecho, según las investigaciones de la psicóloga estadounidense especializada en superdotación Leta Hollingworth, el 90% de los niños superdotados tienen una sensibilidad muy alta. El psicólogo y psiquiatra polaco Kazimierz Dabrowski, conocido por sus investigaciones en este campo, asegura que estos niños tienen una gran intensidad emocional (debido a la cual incluso «a menudo son acusados de ser melodramáticos», según el experto). Y según la psicóloga francesa Jeanne Siaud-Facchin, autora de varios libros sobre este tema,

«los superdotados no solo son esos seres dotados de una inteligencia aguda e hiperactiva. También son, y a caso sobre todo, personalidades con una sensibilidad extrema, con una reactividad emocional hipertrofiada. Sorprendentemente hiperestésicos (todos los sentidos están desarrollados), los superdotados perciben lo que ha escapado a los otros, entienden lo que no se ha comprendido, ven lo que los demás no verán jamás, oyen lo que nadie ha oído nunca…»

Es por tanto, evidente que la hipersensibilidad de las niñas y niños con altas capacidades no atañe solo al plano emocional, sino también al sensorial que tanto tiene que ver con el proceso de alimentación, ya que comer implica ver, oler, tocar, saborear, sentir…

 

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En estos casos, un/a dietista-nutricionista con experiencia en neurodivergencia y un/a especialista en psicología infantil experto/a en altas capacidades pueden trabajar conjuntamente para proporcionar a las familias estrategias para que la hora de comer sea más llevadera y agradable tanto para los padres como para sus hijos con altas capacidades.

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5 Pasos para mejorar la relación con la comida de nuestro/a hijo/a con altas capacidades

Reconocer y aceptar los rasgos y características distintivos de un niño superdotado, y ser proactivo a la hora de abordar y satisfacer sus necesidades individuales, puede ser decisivo para ayudar al niño no sólo a superar los retos de la hora de comer, sino también a prosperar en su desarrollo y bienestar generales.

Además, abordar necesidades y sensibilidades específicas y estar abierto a tratar rasgos de personalidad distintos puede hacer que la experiencia de la hora de comer sea más positiva tanto para el niño como para su familia.

 

Neofobia alimentaria y altas capacidades

 

Abordando estas cuestiones, podemos aliviar el estrés y las posibles dificultades que pueden surgir durante la hora de la comida con una niña o un niño de altas capacidades. Con paciencia, comprensión y apoyo, podemos ayudarles a mejorar su relación con la comida y mucho más.

Y es que, desde establecer una rutina hasta gestionar necesidades dietéticas específicas, pasando por tratar problemas sensoriales y superar las demandas de atención, alimentar a un peque con altas capacidades puede ser una tarea difícil para muchas familias. Veamos algunos de los consejos que ofrecen nuestros profesionales en estos casos.

1. Establecimiento de una rutina

Cuando se trata de afrontar el reto diario de la hora de comer con una niña o un niño superdotado, es crucial establecer una rutina consistente. Las niñas y los niños con altas capacidades suelen agradecer estructura y previsibilidad en su vida diaria, también cuando se trata de sus comidas.

Establecer un horario regular para el desayuno, la comida, la merienda y la cena puede proporcionar a estos peques una sensación de seguridad y estabilidad. Además, tener una rutina predecible a la hora de comer puede ayudar a minimizar cualquier posible ansiedad o resistencia que pueda surgir en torno al acto de comer.

Por eso, un enfoque a considerar es designar horas específicas para las comidas y ceñirse a ellas lo máximo posible. Esto significa desayunar, comer, merendar y cenar a la misma hora cada día. En el caso de un niño de 3-4 años, por ejemplo, se recomienda comer entre las 13:30 y las 14:00.

 

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Teniendo en cuenta el horario de las comidas y dándoles prioridad en el horario diario, los padres pueden crear una sensación de orden que puede beneficiar a un niño superdotado durante el momento, a menudo tumultuoso, de la hora de comer.

Además del horario de las comidas, es importante crear una estructura coherente para la propia rutina de la comida. Esto puede incluir pasos específicos como lavarse las manos antes de comer, sentarse a la mesa y entablar una conversación.

Para una niña o un niño superdotado, esta estructura puede proporcionar un conjunto claro de expectativas para el comportamiento a la hora de comer y crear un entorno tranquilo y organizado para que el niño disfrute de su comida.

Horarios razonables

Cuando se trata de una niña o un niño superdotado, es esencial no sólo establecer una rutina para las comidas, sino también asegurarse de que el horario de las comidas y los tentempiés es razonable para poder cumplirlos. Así, proporcionaremos a los peques una sensación de previsibilidad, necesaria y especialmente beneficiosa para estos niños, que suelen necesitar una gran coherencia y orden en sus actividades diarias.

Además, mantener intervalos razonables entre las comidas y los tentempiés es importante para evitar problemas como el hambre excesiva, que puede provocar irritabilidad y resistencia a comer. Teniendo esto en cuenta, es importante ofrecer tentempiés sanos y satisfactorios a intervalos apropiados para garantizar que una niña o un niño superdotado se alimente adecuadamente y no se acerque a la hora de comer en un estado de hambre extrema.

 

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En el caso de un niño de 3-4 años, generalmente se recomienda ofrecer un tentempié por la mañana, la comida, un tentempié por la tarde y la cena, con unas horas entre cada uno. Este enfoque estructurado, pero flexible, de las comidas y los tentempiés puede ayudar a garantizar que un niño superdotado esté bien alimentado y se sienta cómodo a la hora de comer.

2. Necesidades dietéticas específicas: ¿Qué comen los niños superdotados?

Para los padres de niñas y niños superdotados, abordar y adaptarse a las necesidades y preferencias dietéticas específicas es un aspecto importante para garantizar que sus hijos tengan una experiencia positiva y satisfactoria a la hora de comer.

Algunos peques superdotados pueden tener sensibilidades sensoriales acentuadas que afectan a los tipos de alimentos y texturas con los que se sienten cómodos, mientras que otros pueden tener restricciones o preferencias dietéticas relacionadas con sus capacidades excepcionales.

Comprender y respetar estas necesidades dietéticas específicas es crucial, y puede implicar trabajar estrechamente con un pediatra o un especialista en nutrición para desarrollar un plan de comidas completo e individualizado para el niño.

En algunos casos, los niños superdotados pueden tener una mayor conciencia de la importancia de la nutrición y manifestar un gran interés por determinados alimentos u opciones dietéticas. Fomentar y apoyar estas preferencias, dentro de los límites de una dieta equilibrada y sana, puede capacitar al niño para que se haga cargo de sus hábitos y preferencias alimentarias.

 

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Además, tener en cuenta la presentación de las comidas y la inclusión de una variedad de sabores y texturas puede hacer que la experiencia de comer sea más agradable y atractiva para un niño superdotado.

Esto puede implicar incorporar una amplia gama de alimentos coloridos y visualmente atractivos, así como ofrecer al niño oportunidades de participar en la preparación de la comida y en la selección de los ingredientes.

3. Comunicación positiva, significativa y estimulante

Hay estrategias que pueden emplearse para que la transición a la mesa sea una experiencia más suave y positiva, tanto para la niña o el niño con altas capacidades como para sus padres. Una de ellas consiste en implicar al niño en el proceso de compra y preparación de la comida, poniendo la mesa, ayudando en tareas sencillas de preparación de la comida o dando su opinión sobre el menú del día.

Otra estrategia eficaz consiste en aprovechar la hora de la comida para establecer una comunicación positiva y significativa. Entablar con el niño conversaciones desenfadadas y agradables, y prestarle toda la atención, puede hacer que el acto de sentarse a comer resulte más atractivo y gratificante para una niña o un niño superdotado.

Además, utilizar la hora de la comida como una oportunidad para enseñar al niño la importancia de una alimentación sana y de la nutrición, de una manera positiva y sin presiones, puede ayudar a fomentar una actitud positiva hacia la hora de la comida.

 

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También es importante tener en cuenta la creación de un ambiente agradable y cómodo en la mesa, libre de distracciones innecesarias o fuentes de estrés. Esto puede ayudar a los peques a asociar la hora de comer con experiencias positivas y agradables, lo que hará que estén más dispuestos a participar e implicarse en el proceso de sentarse a comer.

Comunicación y conexión

En medio de los diversos retos que pueden surgir durante la hora de la comida con un niño superdotado, es importante reconocer y aprovechar la oportunidad de comunicación y conexión significativas que puede proporcionar la hora de la comida.

Entablar conversaciones abiertas y positivas con el niño y escuchar activamente sus pensamientos y sentimientos, no sólo puede hacer que el acto de comer sea más agradable para el niño, sino que también puede reforzar el vínculo entre los padres y el niño.

La hora de comer puede ser una valiosa oportunidad para que el niño comparta sus experiencias, exprese sus ideas y tenga un sentimiento de pertenencia y conexión con la familia. Para un niño superdotado, que puede tener un rico mundo interior y pensamientos y emociones complejos, esta forma de comunicación abierta y sin prejuicios puede ser especialmente valiosa.

Creando una atmósfera cálida y acogedora en la mesa, y mostrando un interés genuino por la perspectiva del niño, los padres pueden fomentar una sensación de seguridad y bienestar emocional que puede repercutir positivamente en la relación del niño con la comida y la hora de comer.

 

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También es importante considerar la hora de comer como una oportunidad no sólo para comunicarse con el niño, sino también para modelar actitudes y comportamientos positivos hacia la comida y la alimentación.

Demostrando un enfoque sano y equilibrado de las comidas, y haciendo de la hora de comer un momento de disfrute, unión y experiencias compartidas, los padres pueden inculcar valiosos hábitos y valores a su hija o hijo superdotado, sentando las bases para toda una vida de hábitos alimentarios positivos y gratificantes.

Ofrecer conversaciones estimulantes

La hora de comer con un niño superdotado también puede poner sobre el tapete la cuestión de las demandas de atención. Los niños superdotados suelen tener un intelecto agudo y una curiosidad natural, lo que puede dar lugar a un alto nivel de energía mental y una necesidad de estimulación. Esto puede manifestarse como una dificultad para sentarse quieto y prestar atención durante la comida, sobre todo si el niño está más interesado en explorar nuevas ideas o conceptos que en comer.

Para abordar esta cuestión, los padres pueden considerar la posibilidad de incorporar a la rutina de la comida conversaciones o actividades estimulantes y que inciten a la reflexión, que permitan al niño o a la niña comprometer su intelecto al tiempo que satisface la necesidad práctica de alimentarse.

 

 

Esto puede incluir actividades como adivinanzas o rompecabezas apropiados para su edad, o incluso conversaciones sobre temas que despierten la curiosidad intelectual del niño. Al canalizar la energía mental del niño en una dirección positiva y constructiva, los progenitores pueden ayudar a minimizar la inquietud y la falta de atención durante las comidas.

También es importante ser comprensivo con la necesidad de estimulación mental del niño y encontrar un equilibrio entre ofrecer oportunidades para el compromiso intelectual y establecer expectativas de comportamiento durante la comida.

Este equilibrio puede ayudar a evitar que la hora de la comida se convierta en una fuente de conflicto o frustración tanto para el niño como para los padres y, en su lugar, convertirla en un momento de conexión significativa y de nutrición, tanto física como intelectual.

4. Patrones alimentarios repetitivos

Muchos padres de niñas y niños superdotados pueden encontrarse ante el reto de hacer frente a patrones alimentarios repetitivos. Algunos niños superdotados pueden desarrollar fuertes preferencias por determinados alimentos y pueden resistirse a probar cosas nuevas, mientras que otros pueden ser sensibles a la presentación o disposición de su comida. Esto puede dar lugar a que el peque consuma una gama limitada de alimentos, lo que suscita preocupación sobre la ingesta nutricional del niño y la variedad de su dieta.

Para abordar este problema puede ser necesario introducir gradualmente nuevos alimentos de forma no coercitiva y con apoyo, permitiendo que el niño se familiarice y se sienta cómodo con una gama más amplia de opciones.

 

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Además, implicar a los peques en la selección y preparación de las comidas, y hacer que la experiencia de probar alimentos nuevos sea positiva y no ejerza presión, puede ayudar a ampliar el paladar del niño y reducir la tendencia a patrones alimentarios repetitivos.

Es importante que los padres aborden esta cuestión con paciencia y comprensión, reconociendo que las preferencias alimentarias de un niño superdotado pueden estar influidas por una compleja interacción de factores, como las sensibilidades sensoriales y una fuerte necesidad de control y previsibilidad. Es decir, no es que el peque no quiera determinados alimentos, es que, literalmente no puede metérselos en la boca. Tal es su rechazo sensorial o emocional a los mismos.

Al crear un entorno positivo y de apoyo a la hora de comer, los padres pueden ayudar a su hijo superdotado a desarrollar un enfoque más variado y equilibrado de la alimentación, fomentando no sólo su bienestar físico, sino también su relación emocional con la comida.

5. Cómo gestionar los problemas sensoriales

Los niños superdotados, como muchos otros niños, pueden experimentar intensas sensibilidades sensoriales que pueden afectar significativamente a su experiencia a la hora de comer. Pueden ser especialmente sensibles a determinadas texturas, sabores u olores, y los aspectos sensoriales de la comida pueden resultarles abrumadores o aversivos.

En algunos casos, estos problemas sensoriales pueden provocar resistencia a la hora de comer y reticencia a probar una amplia variedad de alimentos, lo que complica la ya difícil tarea de garantizar que se satisfagan las necesidades nutricionales del niño.

 

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Para gestionar estos problemas sensoriales, es importante que los padres estén atentos a las sensibilidades individuales del niño y realicen los ajustes apropiados en el entorno de la comida y en la presentación de los alimentos.

Esto puede implicar servir los alimentos de formas específicas, acomodar las preferencias del niño a determinados tipos de vajilla o hacer cambios pequeños pero significativos en los aspectos sensoriales de la experiencia de comer (como ofrecer determinadas texturas en detrimento de otras).

Además, ofrecer al niño oportunidades de explorar e interactuar con una amplia gama de alimentos sin presiones y con apoyo puede ayudar a desensibilizarlo ante experiencias sensoriales difíciles y fomentar una actitud más positiva y flexible hacia la comida.

Trabajar conterapeutas ocupacionales u otros profesionales expertos en integración sensorial también puede ser beneficioso para abordar y gestionar las sensibilidades sensoriales de un niño superdotado en el contexto de la hora de comer.

Estos profesionales pueden proporcionar orientación y apoyo para desarrollar estrategias que ayuden al niño a ampliar gradualmente su tolerancia a una variedad de experiencias sensoriales, lo que conduce a una hora de la comida más relajada y placentera para el niño y la familia.

Altas capacidades y trastornos alimentarios

 

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Existen determinados factores que pueden explicar la conexión, a veces existente, entre altas capacidades y trastornos alimentarios, como las asincronías (edad cronológica-mental-emocional) que manifiestan estos peques, su mayor sensibilidad y su marcado perfeccionismo.

Profundizando las causas que pueden dar lugar al trastorno alimentario con la ayuda de un/a profesional, puede ayudarse de forma más eficaz al niño o la niña cuyo entorno, en algunos casos, no está preparado para responder a las necesidades del menor con altas capacidades, lo que aumenta su vulnerabilidad a los problemas de salud mental.

La especial atención a los aspectos socioafectivos de su desarrollo, el fomento y valoración de la creatividad en su entorno y la creación de contextos estimulantes en los que el proceso sea más importante que el resultado son medidas que pueden impactar de forma muy positiva en la prevención de los trastornos alimentarios en las niñas y los niños de altas capacidades.

 

25 abril, 2024

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