El ajetreado día a día de los peques (y los horarios de los adultos), hace que muchas veces lleguen tan cansados a la tarde-noche que acaben pidiendo dormir directamente saltándose la comida. Pero, ¿qué pasa…
Hay peques a los que les gusta o necesitan dormir más de lo habitual, lo que provoca que aparezcan las temidas rabietas a la hora de despertarse. ¿Cómo despertar a un niño dormilón para evitar los berrinches?
¿Por qué hay niños y niñas a los que les cuesta despertarse?
Igual que hay bebés y niños muy dormilones, hay otros peques que necesitan dormir menos. Al fin y al cabo, y aunque existan unas tablas sobre lo que deben dormir los bebés según su edad, cada persona es diferente y tiene unas necesidades concretas que hay que conocer y respetar.
Pero si a nuestro peque le cuesta trabajo despertarse por las mañanas y cada día lo hace con una rabieta, es señal de que algo está pasando. Por ello, es importante consultar siempre a un especialista. En la Tribu CSC puedes hacerlo con la especialista en sueño infantil Gemma López o la psicóloga infantil Elena Mesonero.
Además, en ocasiones, la resistencia a levantarse puede indicar que el peque tenga algún problema más allá del sueño. Por ejemplo, que haya alguna situación grave en el colegio o que rechace una situación familiar determinada (como una separación de sus progenitores). Así, no querer levantarse no es más que su forma de huir de una situación que no acepta.
¿Cómo despertar a un niño dormilón?
Por norma general, para despertarse bien, es importante dormir bien. Así, es importante conocer bien el sueño de nuestro hijo o hija y cambiar los hábitos de sueño en caso de ser necesario. Pero además, podemos seguir una serie de recomendaciones para conseguir despertar a un niño dormilón y evitar las rabietas.
1. Acuéstalo antes
Cuando un peque no duerme por la noche, es probable no solo que despierte con una rabieta, sino que durante el día esté enfadado e irascible. Si a tu peque le cuesta levantarse todas las mañanas, quizás es porque necesita dormir más. Puedes tratar de acostarlo media hora antes cada día e ir probando hasta que la hora de despertar sea algo más sencilla.
2. Establece una rutina de sueño
Las rutinas de sueño son clave para organizar el día a día de los peques. Gracias a ellas, se sienten más tranquilos y seguros por saber lo que va a pasar a continuación. Si tras la ducha y cena, saben que toca lavarse los dientes, leer un cuento y dormir, es probable que tengan un sueño más reparador.
3. Crea un ambiente seguro
Evita el uso de pantallas al menos 2 horas antes de dormir, así como los ruidos y las luces fuertes. En su lugar, puedes optar por luces tenues y cálidas.
Además, la habitación debe estar a una temperatura de entre 18 y 21ºC para dormir bien. Abrigar en exceso al bebé o peque puede perjudicar el sueño, además de provocar fiebre y sudamina.
4. Crea buenos hábitos de sueño y respeta sus siestas
Los bebés y niños necesitan dormir de día y de noche. Atrás queda la vieja creencia de que si se saltan la siesta, dormirán mejor por la noche. De hecho, lo único que pasará es que llegarán sobrecansados y les cueste más conciliar el sueño. Eso sí, ten en cuenta que no deben dormir muy tarde la siesta para que no se una con la hora de acostarse por la noche.
5. Cuida la alimentación
Es importante evitar alimentos estimulantes como la cafeína o la teobromina presentes en el chocolate o el cacao y las bebidas con azúcar. En el lado opuesto, hay alimentos ricos en melatonina, triptófano y serotonina que ayudan a conciliar el sueño. Entre ellos, el pollo, el pescado, los huevos, lácteos y frutas como los plátanos o las cerezas. Entre las verduras, se encuentran los aguacates, las espinacas, el tomate, el brócoli, la zanahoria y los frutos secos.
6. Juegos
Puedes probar diferentes juegos para conseguir que tu peque se levante más animado por las mañanas. Proponle estiramientos divertidos imitando a los animales, masajes en la espalda haciendo formas que tienen que adivinar, música tranquila para despertar o invítalo a despertar al despertador antes de que suene.
7. Evita los movimientos bruscos
Como levantar las persianas, encender la luz o quitarle las sábanas. Despertar así al peque puede activar una respuesta de estrés y provocar que despierte de mal humor. En su lugar, puedes acariciarlo, susurrarle palabras o tocarle el pelo. Una vez despierto, puedes cogerlo en brazos y darle mimos para que el momento sea lo más relajado posible.
8. Hazle una pregunta sencilla
Una pregunta que se pueda responder con una sola palabra. Al plantearle cuestiones como «¿Te quieres poner la camiseta azul?» se empezarán a activar diferentes estructuras de la corteza cerebral poniendo en marcha el cerebro.
9. Levanta ligeramente la cabeza
Para ponerlo en posición vertical durante unos segundos para activar el cerebro. El cerebro cuenta con el órgano llamado sistema reticular ascendente que se activa al estar en posición vertical y se desconecta cuando estamos tumbados.
Además, involucrar a tu hijo o hija en cualquier decisión importante del día a día, lo hará sentir parte de las rutinas familiares y de la toma de decisiones, lo que facilitará que también participe a la hora de cumplirlas. Así, puedes preguntarle cada noche cómo quieres que lo despiertes a la mañana siguiente.
¿Cómo despertar a un bebé dormilón? ¿Cómo despertar a alguien dormilón? ¿Cómo despertar a un niño con sueño pesado? ¿Cómo despertar a un niño que está durmiendo? Si tienes más dudas sobre el sueño infantil o la salud infanto-juvenil, en la Tribu CSC cuentas con un equipo de expertos/as que pueden ayudarte a resolverlas. Entre ellos, se encuentra la especialista en sueño infantil, Gemma López.
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