¿Por qué los adolescentes no son conscientes del peligro? La fábula de la invencibilidad

Es probable que muchos progenitores se pregunten por qué sus hijos adolescentes asumen todo tipo de riesgos ignorando los peligros que conllevan. Es la fábula de la invencibilidad o ilusión de la invulnerabilidad, un sesgo cognitivo propio de la adolescencia.

¿Qué es la fábula de la invencibilidad?

La fábula de la invencibilidad es la creencia irracional que tienen los adolescentes de ser inmunes a los peligros, que no les puede pasar nada malo y tienen el control sobre todas las situaciones. Por la misma razón de sentirse especiales y únicos, se sienten invencibles y creen que no van a sufrir ningún tipo de daños aunque asuman riesgos. Ni las reglas ni los peligros les afectan y, por ello, corren riesgos innecesarios. Aunque es propio de la adolescencia y su intensidad puede variar entre adolescentes, también puede ocurrir en el caso de algunos adultos.

Esta creencia se basa en la distorsión cognitiva, un error de pensamiento que nos hace interpretar la realidad de forma errónea. Así, tienen relaciones sexuales sin protección, consumen drogas pensando que no pasará nada ni provocará adicciones o conducen bajo los efectos del alcohol o a gran velocidad, convencidos de que no tendrán un accidente de tráfico. ¿Qué factores influyen en la fábula de la invencibilidad en los adolescentes?

• Desarrollo cerebral. El cerebro está en proceso de maduración, sobre todo la corteza prefrontal, encargada de las funciones ejecutivas como la toma de decisiones o la evaluación de riesgos. Pero esta área se desarrolla más lentamente que otras, sin alcanzar su plenitud hasta los 25 años. Así, los adolescentes se dejan llevar más por sus emociones que por la razón, eligiendo lo que les apetece por encima de lo que les conviene.
• Hormonas. Dentro del núcleo accumbens o “centro del placer” se libera dopamina cuando se produce una gratificación. En los adolescentes se libera más cantidad, de forma que alcanzar la recompensa prima sobre el riesgo.
• Influencia social y pertenencia al grupo. Los adolescentes necesitan sentirse parte del grupo y buscan la aprobación de sus iguales. Esto les puede llevar a asumir conductas arriesgadas para impresionar al resto sin valorar los peligros que pueden conllevar.
• Inmadurez, falta de experiencia y autoestima, lo que les puede llevar a asumir riesgos innecesarios.
• Su propia personalidad y egocentrismo. Si son personas impulsivas, tienen mayor probabilidad de cometer imprudencias.

¿Qué pueden hacer los progenitores ante la fábula de la invencibilidad de sus hijos adolescentes?

La adolescencia es una etapa complicada para los jóvenes (y sus progenitores) y, por ello, necesitan sentirse acompañados y apoyados, a pesar de que no siempre lo expresen o digan justo lo contrario. Aunque la fábula de la invencibilidad es un fenómeno común durante la adolescencia, es cierto que no siempre es fácil de identificar.

Si observas comportamientos temerarios en tu hijo o hija o una actividad desafiante que se repite con frecuencia, es probable que esté en plena fábula de la invencibilidad. Y como adultos responsables, debemos velar por su seguridad y desarrollo, ayudándoles a madurar y a ser responsables. ¿Qué podemos hacer si nuestro hijo o hija adolescente se siente invencible y asume riesgos sin analizar sus consecuencias?

• Habla con él. La comunicación es clave en cualquier momento de la vida de nuestros hijos, también en la adolescencia. Además, debemos establecer un clima de confianza en el que se sientan libres de poder contarnos cualquier cosa, escucha sus preocupaciones y respeta sus opiniones.
• Explícale los riesgos de su comportamiento y sus consecuencias con información objetiva sin emitir juicios de valor.
• Establece normas y límites respetuosos.
• Ayúdalo a desarrollar el pensamiento crítico, evaluando situaciones y analizando los posibles riesgos de cada una de ellas.
• Da ejemplo. Los hijos e hijas tienden a imitarnos siempre desde que son pequeños y hasta la edad adulta, pasando por la adolescencia. Por ello, compórtate de forma prudente y segura y asegúrate de que tu hijo o hija sea consciente de ello.

Junto a la fábula de la invencibilidad, es habitual también entre los adolescentes la fábula personal. Se trata de la sensación de que nadie los entiende, motivo por el que se sienten unos incomprendidos. Todo lo que viven es especial y nadie lo ha vivido como ellos nunca antes. Por suerte, estas creencias distorsionadas son propias de la adolescencia y acaban a medida que los jóvenes van desarrollando su personalidad y su pensamiento se adecua más a la realidad.

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