Un 15% de la población en edad reproductiva de los países occidentales es estéril, según las cifras que ofrece la Sociedad Española de Fertilidad (SEF). En España se calcula que alrededor de un millón de…
María (nombre ficticio) y su pareja decidieron someterse a un tratamiento de fertilidad para tener un hijo. En un solo ciclo se quedó embarazada y tienen otro embrión congelado desde febrero de 2022.
Pasado el primer año, hay que decidir si se dona a otra pareja, a la investigación o si se paga para seguir conservándolo. Aunque también se podría destruir, lo cierto es que no es fácil ya que hay que reunir varios requisitos. Ante la falta de proyectos de investigación, a María y a su pareja, como a tantas otras, las dudas les asaltan ya que ella siente a ese embrión como un hijo propio y, de hecho, piensa que lo sería si la clínica hubiera elegido al embrión que quedó congelado y no a su hija ya nacida.
En España hay cerca de 700.000 embriones congelados, de los que el 10% (60.005) están abandonados, según el Instituto Bernabéu. Las familias dejan de pagar y se desentienden de ellos, dejándolos en manos de las clínicas, que no saben qué hacer con ellos.
P: ¿Qué supuso para vosotros que te quedaras embarazada tras el tratamiento por FIV?
R: Para nosotros nuestra pequeña de 11 meses es un sueño cumplido. Poder estar con ella, criarla, verla crecer…
Nuestra pequeña de 11 meses es un sueño cumplido. Poder estar con ella, criarla, verla crecer…
P: ¿A cuántos ciclos te sometiste?
P: Soy afortunada, solo 1 del que pude gestar a mi hija. Aunque el embarazo fue duro y finalmente tuvieron que inducirme el parto que terminó en una cesárea. El motivo de la inducción se debió a que fui
diagnosticada de preeclamsia y tuvieron que ingresarme en la UCI. Nada que ver con el parto que deseaba.
Soy afortunada, solo me sometí a un ciclo del que pude gestar a mi hija
P: ¿Te informaron expresamente desde el primer momento de cada una de las fases del proceso? ¿O está dentro de los consentimientos informados que casi nadie lee?
R: Sí, la doctora que nos acompañó desde el inicio nos lo explicó todo con detalle. También nos dieron el documento y nos explicaron punto por punto.
P: ¿Cómo es el proceso de tratamiento de FIV?
R: Se requieren varias pruebas. En mi caso, una citología, un estudio de fertilidad, una analítica de sangre, una resonancia magnética de la pelvis, ya que tenía 3 miomas muy grandes y la valoración del útero (para saber si estaba en ante o retroversión). En el caso de mi pareja un seminograma, un test de portadores Q-Carrier plus, un estudio citogenético en sangre y una analítica de sangre.
Una vez terminada esta fase, enviamos nuestras fotos, la clínica eligió una donante lo más parecida a mí, a la que hicieron pruebas para descartar patologías importantes. Posteriormente ella realizó un tratamiento de estimulación ovárica durante 15 días, le extrajeron los óvulos, que fueron inseminados con los espermatozoides de mi pareja y se cultivaron durante 5 días los preembriones. Yo seguí mi ciclo menstrual natural, me hicieron dos ecos para valorar el endometrio y a los 5 días posteriores del período me transfirieron el embrión. Unos días después, me programaron una analítica de sangre para confirmar o descartar el embarazo. ¡Dio positivo! Estuve unas semanas más aplicándome progesterona. A día de hoy somos padre y madre de una personita extraordinaria.
P: ¿La clínica conserva el embrión congelado un tiempo determinado y después tienes que decidir qué hacer?
R: Sí, concretamente un año y después decides si lo quieres conservar, donar a otra pareja o bien cederlo para investigación. A partir del segundo año, si lo quieres conservar tienes que pagar una cuota anual, que también te dan la opción de pagar mes a mes. En nuestro caso, pagamos 41 euros al mes.
La clínica conserva el embrión congelado un año y después decides si lo quieres conservar, donar a otra pareja o bien cederlo para investigación
P: ¿Tenías claro desde que empezaste qué ibas a hacer con los embriones sobrantes? ¿O la duda ha surgido cuando vence el plazo?
P: Bueno, la verdad es que pensaba que el primer procedimiento podría no tener éxito, así que pensé que tendría que someterme a dos intervenciones. Al salir todo bien, quise conservarlo de todos modos. En el penúltimo plazo tenía claro que lo quería guardar porque no estaba para nada preparada para donarlo y este año al vencer el plazo nos planteamos donarlo, pero no pude. Pensaba que ya tenía trabajado este dilema, pero no pude hacerlo, se me rompe el corazón.
Este año al vencer el plazo nos planteamos donarlo, pero no pude. Pensaba que ya tenía trabajado este dilema, pero no pude hacerlo, se me rompe el corazón
P: ¿Durante cuánto tiempo pueden permanecer congelados en los bancos?
R: Hasta que yo cumpla los 50 años.
P: Apenas existen proyectos de investigación para los embriones congelados. Pero, ¿y la opción de destruir el embrión?
R: No es fácil ya que se requieren varios requisitos. Tener 51 años, una enfermedad física o psíquica que impida la gestación, complicaciones patologías obstétricas en una gestación anterior o la defunción de la mujer.
P: ¿Muchas personas sienten que a ese embrión como hijo o piensan que, en realidad, el embrión congelado podría haber sido el hijo ya nacido…
R: Este es mi caso y el motivo de esta entrevista. Por edad y salud no es recomendable quedarme de nuevo embarazada y aunque me haría muy feliz, mi pareja no quiere otro hijo o hija. Hablé con la psicóloga de la Tribu CSC Mamen Bueno para pedirle consejo. Cada vez que creo que ya estoy preparada para donarlo para fines reproductivos (así lo acordamos con mi pareja), me echo para atrás porque se me parte el alma. El motivo es que siento el embrión que nos queda como mi criatura. Pienso que podría ser mi hijo o hija ahora si la clínica lo hubiera elegido en vez del otro…
Siento el embrión que nos queda como mi criatura. Pienso que podría ser mi hijo o hija ahora si la clínica lo hubiera elegido en vez del otro…
P: El peso y el dilema emocional es enorme. Habrá quien piense que tiene la carga genética de la pareja (con lo que supone, tiene otro hijo al que no se conoce y su hijo/a un hermano), pero también quien considera que ha sido gestado/criado por otra mujer y por tanto, no hay ninguna relación más allá de los genes… Y a la vez quien desea darle la oportunidad de vivir…
R: Mi pareja no concibe el embrión que tenemos congelado como un hijo o una hija, ya que no es ni será gestado por mí. En cambio, no lleva mi carga genética y yo sí lo siento como mi hijo o hija. En mi caso, mi deseo es darle la oportunidad de vivir, de que pueda tener una familia, pero cuando pienso en ello, me saltan las lágrimas, como ahora, porque esa familia no seremos nosotros… Y entonces empieza la rumiación: ‘quiero quedarme embarazada, pero no. Además, mi pareja no quiere otro hijo o hija, lo pasó muy mal en el parto, tiene miedo de que me pase algo, de que nuestra hija se quede sin madre.
Mi deseo es darle la oportunidad de vivir, de que pueda tener una familia, pero cuando pienso en ello, me saltan las lágrimas, como ahora, porque esa familia no seremos nosotros
Yo me siento muy cansada, ya me cuesta cuidar de una, ¿cómo voy a tener otro hijo o hija? No puedo por salud, ya soy mayor. ¿Y si lo probase? ¿si saliese bien? Qué feliz sería. Pero ¿y mi futuro laboral? He dejado de trabajar para estar con mi bebé, si hago lo mismo con otro hijo o hija, estoy muerta laboralmente… Pero lo que realmente quiero es quedarme de nuevo embarazada, ese es mi deseo real, pero no es objetivo. Y vuelta a empezar…
P: ¿Y sabes qué vas a hacer?
R: Sé lo que tengo que hacer, pero no puedo. ¿Por qué nadie habla de esto? Al menos yo no he leído sobre ello. He buscado por internet y no he encontrado nada. Cuando sientes lo que yo siento, hay que pasar un duelo porque existe una renuncia que en realidad es una pérdida de algo muy amado, de un potencial ser que sientes como parte de ti.
Para mí, ese embrión, lo siento como mi criatura, no puedo destruirlo, no puedo donarlo
Yo no tengo creencias religiosas, creo en el derecho al propio cuerpo y por tanto al derecho del aborto. Y aun así, para mí, ese embrión, lo siento como mi criatura, no puedo destruirlo, no puedo donarlo. Siento mucha pena…
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