4 Razones por las que no es recomendable hablar a los peques con diminutivos

Decir palabras en diminutivo como "cochecito", "manzanita" o "zapatito" hace que los peques tengan dificultad para decodificar y pronunciar las palabras, especialmente si tienen problemas de lenguaje

¿Por qué no hablar con diminutivos? Cuando nos dirigimos a las niñas y niños pequeños las personas adultas tenemos la costumbre de usar diminutivos, pero no es lo más recomendable para el aprendizaje del lenguaje.

Las primeras etapas de desarrollo de nuestros peques son fascinantes. Es casi mágico observar la cantidad de habilidades que van adquiriendo y la velocidad a la que lo hacen. En poco más de años y media pasamos de tener un bebé totalmente dependiente de nuestros cuidados a una personita que se desplaza por toda la casa, explora sin parar, se puede comunicar de manera efectiva y nos indica sus deseos, lo que le gusta y lo que no.

Durante el primer año, suele ser la adquisición de los diferentes hitos motores lo que más nos sorprende y a lo que más atención prestamos. Que nuestro bebé voltee, se mantenga sentado, gatee o comience a andar parece guiar su desarrollo global, pero lo cierto es que a la par que van apareciendo todas estas habilidades, nuestro bebé va “creciendo” en otras muchas áreas, y nuestro papel acompañándole día a día es muy importante.

El lenguaje en las primeras etapas de desarrollo

Nuestro bebé, desde el mismo momento de su nacimiento, puede comunicarse con nosotros. Utiliza el llanto y otros sonidos, expresiones faciales, movimientos de sus manos para indicarnos que tiene hambre, sueño, que está incómodo o algo le duele.

 

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Y también, desde ese mismo momento, es capaz de atender a nuestra voz. Si le hablamos o le cantamos, podemos ver cómo que queda quieto, atento, escuchándonos. Si está quejándose o llorando, es muy posible que deje de hacerlo cuando le hablamos.

Poco a poco, con el paso de las semanas, estas habilidades van a ir refinándose y haciéndose más maduras y complejas, así empezará a sonreír cuando nos dirigimos a él, y puede empezar a hacer sonidos para pedir que le digamos cosas o para llamarnos si salimos de su campo visual.

Hacia los 10 ó 12 meses de edad, nuestro peque ya es capaz de entender muchas palabras cotidianas e incluso puede que empiece a decir algunas como mamá o papá, teta o agua.

Si desde una etapa tan precoz nuestro bebé está inmerso en estímulos auditivos, y expuesto al lenguaje, pensemos cómo de importante puede ser que el modelo que le facilitemos sea adecuado.

¿Por qué no hablar con diminutivos?

Las personas adultas hablamos a los bebés, aunque no nos respondan, porque nos sale así, ¡y es imposible no hacerlo! ¿Cómo no mostrarle las cosas, cantarle o decirle lo preciosa que es, a esa personita que nos mira sonriente y con los ojos bien abiertos, observándonos bien atenta?

 

Niños y lenguaje: ¿Por qué no hablar con diminutivos?

 

No obstante, hay algo que en lo que solemos caer la mayoría de nosotros cuando hablamos a un bebé, y es hacerlo con diminutivos (“Mira ese perrito como corre”, “¿quieres agüita?”) o con palabras que inventamos o repetimos imitando el lenguaje infantil (“gua gua” por perro, “miau” por gato, “bibi” por biberón, “tatos” por zapatos, etc.). Y lo cierto es que, aunque nos salga de manera casi automática, no es lo más recomendable para estimular el desarrollo del lenguaje de nuestro peque.

4 Razones por las que no es recomendable hablar a los peques con diminutivos

  1. Puede generarles confusión, pensando que se habla así y que ese objeto u animal se denomina de esta manera incorrecta.
  2. Si utilizamos diminutivos para nombrar las palabras que enseñamos a nuestro bebé, estamos haciendo la palabra más larga de lo que es y, por tanto, más difícil de decodificar/entender para nuestro peque.
  3. También se aumenta la dificultad para aprender y repetir estas palabras.
  4. Cuando los bebés empiezan a hablar, algo que suelen hacer habitualmente es acortar las palabras a sus últimas sílabas. Si las palabras que escucha terminan siempre en “ita” o “ito”,  eso será lo que nuestro peque empiece a decir, y no podremos entender qué es lo que quiere decirnos, con la consiguiente frustración que esto puede provocarle. Hay peques que incluso pueden enfadarse y/o llorar y sentirse mal si les hablamos repitiendo palabras que ellos pronuncian mal, porque pueden sentir que nos estamos riendo de ellos.

Todo esto, además, se acentúa en el caso de los peques y las peques que tienen problemas de lenguaje.

 

Niños y lenguaje: ¿Por qué no hablar con diminutivos?

 

Esto no quiere decir que tengamos que mantener conversaciones de astrofísica con nuestro pequeño o nuestra pequeña, ni utilizar un lenguaje muy enrevesado y difícil de comprender para él/ella. Hablar como lo hacemos habitualmente, utilizando un lenguaje correcto, pero adaptándolo a la edad de nuestro/a pequeño/a interlocutor/a sería lo más adecuado.

¿Cómo podemos hacer esta adaptación?

  • Nos colocaremos a su altura, para que pueda vernos bien la cara.
  • Hablaremos un poquito más despacio de lo que lo haríamos con un adulto, pero sin modificar la entonación o el ritmo, de manera que no quede forzado ni artificial.
  • Pronunciaremos las palabras correctamente, como hemos comentado, de manera que el peque aprenda el nombre correcto de cada cosa.
  • Utilizaremos frases simples, adaptándonos a cada etapa del desarrollo de nuestro peque. Si es bebé, necesitará que frases más cortas y sencillas, que si tiene 3 ó 5 años.
  • Dar el modelo adecuado cuando se equivoque, pero sin corregirle directamente. Por ejemplo, si el se refiere a sus zapatos como “patos” y nos dice que quiere ponerse los “patos azules”, nosotros podemos responderle “muy bien, vamos a buscar los zapatos azules”.
  • Dejarle hablar, sin interrumpirle, permitiéndole decir lo que desea, sin anticiparnos o corregirle antes de haberle dado tiempo a intentarlo él, es muy importante.
  • Y hablarle mucho, todo el día. Desde antes de que él pueda hablarnos, le explicaremos lo que vamos hacer con él y sobre él (“bebé, te voy a limpiar la nariz con este pañuelo”; “ahora nos vamos a cambiar el pañal porque está sucio, toma tu pañal”, etc…); si vamos por la calle o a hacer la compra, le mostraremos todo lo que nos rodea. Las canciones, las rimas y los cuentos sencillos son grandes aliados para estimular de manera adecuada el desarrollo de un lenguaje adecuado en nuestro peque.

 

Niños y lenguaje: ¿Por qué no hablar con diminutivos?

 

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