9 Consecuencias de educar desde el chantaje emocional y 5 estrategias para evitarlo

El chantaje emocional forma parte de la educación de muchos niños y niñas. Sin embargo, tiene importantes consecuencias para su desarrollo. 

¿Qué es el chantaje emocional con los niños y niñas?

A pesar de ser una forma de educación represiva, es cierto que muchas veces caemos en él casi sin darnos cuenta porque, de alguna forma, son parte de la educación antigua y tradicional. Con el miedo, el castigo o la amenaza, muchos padres y madres consiguen que sus hijos hagan lo que les dicen. Sin embargo, es probable que desconozcan las consecuencias que pueden tener para su educación y, lo que es más importante, en su relación con ellos.

Es probable que muchos hayamos vivido esta educación patriarcal y conductista, que se puede combatir tomando conciencia. Porque al fin y al cabo, usar herramientas como el chantaje con los peques pone en evidencia la falta de habilidad y recursos para negociar límites respetuosos con ellos.

Pero, ¿qué es el chantaje emocional? Básicamente, consiste en manipular o presionar a otra persona para hacer algo que queremos. Y, además, genera miedo a sufrir una consecuencia desagradable en caso de no cumplir la orden.

Es cierto suele ser efectivo las primeras veces que se usa devolviéndonos el control de la situación, sin embargo no genera ningún tipo de aprendizaje ni a corto ni a largo plazo. Así, les decimos exactamente qué tienen que hacer y cómo, amenazándoles si no lo hacen así. Y esta forma, no solo aprenden con miedo, sino que eliminamos su capacidad para tomar decisiones y realizar cosas por sí mismos.

Muchos padres y madres manipulan y usan el chantaje emocional con sus hijos sin darse cuenta de ello. Son habituales frases como “Si no te portas bien, los Reyes Magos no te traerán nada” “Si no me das un beso, no te doy un regalo”, “Si sacas buenas notas, te compro una bici”. Chantajes como estos además de no ser éticos, son irrespetuosos y, lo que es peor, sus resultados no se mantienen a largo plazo. Infundirles miedo y temor para tratar de modificar su conducta no sirve para nada y, lo que es peor, es perjudicial para los peques.

Consecuencias de educar desde el chantaje emocional

El chantaje emocional se basa en la amenaza y el sometimiento y, por tanto, es complicado extraer de él algún aprendizaje positivo. De hecho, los chantajes no sirven para educar: cambian las conductas en ese momento concreto, pero no hay un cambio real ni una motivación interna ni duradera.

Si educas a tus peques con chantajes, les enseñas que para obtener algo, tienen que dar otra cosa a cambio. Si no dan, no reciben. Y no solo en cualquier cosa material, sino también en el amor de su padre y/o su madre. Muchas veces recurrimos a ellos cuando ya no sabemos cómo conseguir que los peques nos obedezcan. Sin embargo, la mayoría de las veces, los chantajes no son efectivos porque van acompañados de amenazadas que no se cumplen. Algo tan sencillo como que no dejamos a los peques sin regalos en Navidad ni los dejamos de querer si no recogen la habitación.

Por todo ello, el chantaje emocional tiene importantes consecuencias para los niños y niñas. Entre ellas, se encuentran:

1. Al decirles lo que tienen que hacer y cómo, les dejamos sin posibilidad de elección, lo que los convertirá en personas dependientes o rebeldes.
2. Puede afectar a su confianza, autoestima y comportamiento. De hecho, puede dejar secuelas negativas de forma permanente.
3. Los peques imitan la conducta y, por tanto, se puede volver en contra. Si los peques ven que el chantaje da resultado, pueden acabar usándolo ellos también para obtener lo que desean.
4. Los peques tienden a evitar los sentimientos desagradables y podrían tratar de enmascararlos cuando se sienten manipulados. Así, se pueden convertir en personas frías sin empatía. 
5. Interfiere en su crecimiento emocional y social. Si aprenden a socializar desde el chantaje y la manipulación en lugar del respeto y la empatía, puede afectar a su forma de relacionarse con los demás. Además, pueden convertirse en personas retraídas y aisladas.
6. Crecen como personas inseguras con dificultad para tomar decisiones. Además, se sienten incapaces de tener éxito y alcanzar sus metas.
7. Son personas infelices ya que piensan que para recibir amor tienen que sacrificarse y vivir situaciones que no desean.
8. Pueden provocar problemas de salud mental ya que pueden llegar a sentirse estresados, ansiosos y sufrir depresión a largo plazo.
9. Afecta a la relación con los progenitores a largo plazo. En el momento en el que el peque sea consciente de que los adultos han usado el chantaje emocional, comenzará a desconfiar de ellos.

Estrategias para evitar educar desde el chantaje emocional

Los adultos olvidamos muchas veces que nuestro ritmo frenético no es el mismo que el de los niños y niñas. Así, muchas veces queremos que hagan las cosas a la primera. Sin embargo, debemos ser conscientes de que ellos tienen otro ritmo y están aprendiendo de forma constante de todo lo que hacen.

Al educar desde el amor, dejando de lado el chantaje, es probable que ellos mismos elijan comportamientos que les favorecen. Solo así crecerán siendo más autónomos y con mejor autoestima. Además, hay algunas estrategias para evitar educar desde el chantaje emocional a los niños y niñas.

1. Acompáñalos. En lugar de ordenarles hacer algo, lo ideal es acompañarlos y ayudarles a hacerlo.
2. Sé ejemplo. Los niños y niñas aprenden por imitación. Tú eres su mejor ejemplo. Si te lavas los dientes todas las noches antes de dormir y ellos te ven, es probable que te acaben pidiendo el cepillo de dientes para hacerlo también.
3. Escúchalos, negocia con ellos y dale diferentes opciones. Empatiza con sus necesidades y diferéncialas de las tuyas.
4. Comenta las consecuencias de su acción. En lugar de usar chantajes o castigos, explica que lo que está haciendo tiene una consecuencia relacionada (“Si no nos vamos ya del parque, se hará tarde y te tendrás que dar una ducha rápida y no un baño”). Es decir, toda acción tiene una consecuencia, positiva o negativa, y debemos explicársela con anterioridad.
5. Valora su esfuerzo ya que le motivará a repetir la conducta.

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