¿Qué es un juego desestructurado? El "trabajo" de cualquier peque es jugar. Desde que se despiertan por la mañana hasta que se duermen por la noche, los peques y las peques buscan posibilidades de juego…
¿Habéis oído hablar del juego sensoriomotor? Casi desde que nacen, una de las grandes preocupaciones que nos asaltan a los padres, es cómo estimular a nuestros peques. Queremos que aprendan y desarrollen todo su potencial y muchas veces nos inquieta qué materiales ofrecer, cómo preparar el espacio de juego, si tendríamos que estar haciendo algo de otra manera, etc.
Lo cierto es que, en estas primeras etapas del desarrollo, los peques aprenden de manera incidental, sin proponérselo, sin que nosotros, los adultos, tengamos que hacer nada especial. La exploración del mundo a través de su cuerpo en movimiento y mediante sus sentidos, será la vía de entrada de los primeros aprendizajes. Esto es lo que conocemos como juego sensoriomotor.
En este post explicaremos un poco más en profundidad en qué consiste esta etapa fundamental en el desarrollo, y cómo podemos fomentarla de manera sencilla en casa, preparando el espacio de juego y escogiendo los materiales más indicados en cada momento.
¿Qué es un juego sensoriomotor?
El juego sensoriomotor es la primera forma de descubrimiento del mundo que tienen los bebés. Empiezan a conocer y entender lo que les rodea mediante sus sentidos y con su cuerpo al moverse. Así, sus primeras exploraciones tienen que ver con el interés que les despierta un estímulo que ven o escuchan, eso les anima a moverse hacia él, cogerlo, agitarlo, chuparlo y lanzarlo.
Esto hace que empiecen a coordinar sensaciones y a establecer esquemas, es decir, al principio, de manera casual se meten un dedo en la boca o se caen hacia un lado intentado alcanzar sus pies y giran, esto les resulta placentero y vuelven a repetirlo una y otra vez, ajustando cada vez más sus movimientos y acciones.
Fue el psicólogo Piaget quien estudió en profundidad la manera de aprender que tienen los niños y niñas, y fue quien a llamó a esta etapa, que ocupa los dos primeros años de su vida, periodo sensoriomotor. Esta etapa de descubrimiento y experimentación del mundo a través de los sentidos, es el motor y base del desarrollo físico, cognitivo y emocional de nuestros peques. Para ellos, cada nuevo objeto, sonido, olor o textura es una oportunidad de descubrir algo nuevo.
Por ejemplo, cuando tu bebé sacude un sonajero, está descubriendo que al mover su mano ocurre un sonido; cuando mete un juguete en su boca, está explorando su textura, temperatura, forma y sabor. Estas experiencias no solo le resultan placenteras, sino que construyen las bases para habilidades futuras como el razonamiento, el lenguaje y la resolución de problemas.
Beneficios del juego sensoriomotor
Esta primera etapa del desarrollo, a la que muchas veces se le da poca importancia, tiene múltiples beneficios para los niños y niñas:
- Desarrollo físico. Mientras un bebé estira sus brazos para alcanzar un juguete, se agarra los pies, se pone y quita el chupete, coge trocitos de comida para alimentarse o comienza a gatear detrás de una pelota, está fortaleciendo sus músculos, desarrollando su coordinación y afinando su motricidad global y manipulativa.
- Desarrollo sensorial. A través del juego, los sentidos van recibiendo información que les hace ir madurando y a la vez, esto hace que la interacción del bebé con el mundo sea más ajustada y precisa. Un bebé que explora objetos con distintas texturas, colores o sonidos está aprendiendo a procesar la información sensorial, algo crucial para interactuar con el mundo.
- Comprensión del mundo que le rodea. Cada vez que un niño o una niña interactúa con su entorno, está aprendiendo cómo funciona. Por ejemplo, cuando tira un objeto al suelo y lo busca para volver a tirarlo repetidamente, o cuando utilizar una caja de permanencia introduciendo la pelota en el cajón una y otra vez, está experimentando conceptos como causa y efecto.
- Desarrollo cognitivo. A través de actividades sencillas, los bebés comienzan a resolver problemas básicos. ¿Cómo alcanzo ese juguete? ¿Qué pasa si lo dejo caer? ¿Y si aprieto este otro? Estos son los primeros pasos hacia habilidades más complejas como el razonamiento lógico o la resolución de problemas.
- Tiempo compartido. Además de los momentos de cuidado cotidiano, poder estar en el espacio de juego de tu peque, con ella o con él, atendiendo a su actividad, describiendo qué es lo que está haciendo, y participando de su actividad cuando sea necesario, es un momento maravillo de pasar tiempo juntos, un tiempo de calma y comunicación, y muy placentero para ambos, que refuerza el vínculo familiar, imprescindible para el desarrollo emocional y afectivo de los peques.
Preparar el espacio de juego y elección de algunos materiales
La clave para un buen desarrollo sensoriomotor y para que tu peque participe de esta etapa inicial de juego, exprimiéndola lo máximo posible, es permitirle explorar. No hay más secreto ni es necesario llevarle a ninguna actividad o taller de estimulación específico.
Preparar un espacio en casa, donde el bebé pueda estar en el suelo de forma segura, para que pueda aprender sus primeros movimientos y exploración del espacio y los objetos, es muy sencillo, solo es necesaria una colchoneta firme y delgada, tapar enchufes y asegurar a la pared todo aquello que pueda caerse si el peque se agarra a ello para levantarse o trepar.
Sobre esta colchoneta podemos ofrecer, en función de la etapa de desarrollo y edad del peque, telas, cuentos blanditos, pelotas que no pesen y sean fáciles de agarrar, un rodari… para, posteriormente, incluir cubiletes apilables, formas geométricas o juegos de construcción.
Vamos a ver algunas actividades y ejemplos de juego sensoriomotor más en detalle:
Actividades de juego sensoriomotor en casa
Lo bueno de esta etapa, y en realidad, de casi cualquier etapa de juego, es que no son necesarios juguetes caros ni actividades complicadas para fomentar el juego sensoriomotor.
Aquí tienes algunas ideas sencillas que puedes poner en práctica:
Cesta de los tesoros
Llena una cesta con objetos seguros y variados, como cucharas de madera, telas suaves, esponjas o pelotas pequeñas. Anima a tu bebé a explorar cada objeto, tocándolo, sacudiéndolo o mordiéndolo. La exploración de estos elementos proporciona mucha información a múltiples sentidos: texturas variadas, pesos, temperaturas, sonidos, e incluso las primeras relaciones entre unos objetos y otros (se pueden meter unos dentro de otros, esconderlo, ponerlos en fila, apilarlos…). El cesto de los tesoros es un material de juego heurístico muy interesante para esta etapa.
Jugar con agua
Llena un recipiente poco profundo con agua y deja que tu peque salpique, trasvase el agua de un vaso pequeño a otros, introduzca muñecos, pinceles, esponjas o incluso trozos de fruta, que luego podrá ir rescatando con diversos instrumentos como cucharas, cubiletes, etc. Las mesas o bandejas de experimentación son ideales para esta actividad. Además de agua, en ellas se pueden explorar texturas como la arena, pan rallado, harinas, pasta o arroz hervidos…
Espejos
Coloca un espejo seguro frente a tu bebé para que observe su reflejo. ¡A los bebés les encanta mirarse, hacer gestos y descubrirse a sí mismos!
Explorar texturas
Proporcionar al peque materiales táctiles seguros como papel arrugado, pompones suaves o alfombras de goma, telas, cintas… Dejar que los toque, los aplaste y los mueva, ¡es de lo más divertido!
Sonajeros caseros
Crea botellas sensoriales casetas llenando botellas de plástico con arroz, pasta o botones y ciérralas bien. A tu bebé le encantará agitarlas para escuchar los diferentes sonidos. Si te dan pereza las manualidades, ¡hay opciones comerciales muy bonitas y fascinantes para los peques!
Cantar, contar cuentos, rimas y moverse juntos
Canciones como “Cabeza, Hombros, Rodillas y Pies” son perfectas para combinar música, movimiento y diversión.
Algunos consejos para mamá y papá
Sigue el ritmo de tu hijo
Cada niño es único. Algunos disfrutan mucho de ciertas actividades, mientras que otros prefieren explorar a su manera. Observa lo que le interesa y permítele liderar el juego. Hay tantos bebés como personalidades puedan existir.
Así, tu hijo puede ser muy explorador a nivel motor y proporcionarle elementos para que escale, gatee o empuje pueden ser una muy buena idea, para esto, los triángulos o cubos de inspiración Pikler pueden ser geniales.
En cambio, hay bebés más interesados en la actividad manipulativa, y preferirán encajables, cubos de formas, cajas de permanencia, ensartables… Otros, adoran las imágenes, por lo que los cuentos sencillos y álbumes ilustrados pueden ser el recurso para estimular más indicado en este caso.
Crea un espacio seguro
Recuerda esto, porque es muy importante, y por eso lo repetimos: asegurándote de que el lugar donde juegue el peque esté libre de objetos peligrosos, permitirá que explore con libertad y sin riesgos, y que tú puedas estar tranquilo o tranquila, evitando tener que estar todo el tiempo detrás del peque diciéndole que no se hace tal o cual cosa, o evitando que se ponga en peligro.
Sé paciente
Puede parecer que tu hijo o tu hija hace lo mismo una y otra vez (como lanzar un objeto al suelo), pero recuerda que para él/ella cada repetición es una forma de aprender. Esto además, es especialmente interesante a la hora de jugar con él/ella evitando adelantar etapas para las que el bebé no está preparado.
Por ejemplo, si el peque aún no ha empezado a apilar objetos para hacer una torre, lo más probable es que todavía no tenga unas habilidades de coordinación adecuadas, que su manipulación no sea lo suficientemente precisa, etc. Si nosotros hacemos la torre, seguramente disfrute mucho con ella, observando cómo la hacemos y tirándola después, no obstante, esto hará que quiera que le hagamos la torre una y otra vez, y se enfade si no lo hacemos, y si él o ella lo intenta, se frustrará porque no lo logra.
Así pues, es mejor observar y esperar su iniciativa, para que podamos seguirla si nos invita a ello.
Participa activamente
Aunque el juego sensoriomotor puede ser autónomo, tu presencia y participación enriquecen la experiencia. Habla con tu bebé mientras juega, describe lo que está haciendo y responde a sus reacciones. Pero como hemos comentado, espera la invitación del peque y no te adelantes o dirijas el juego.
Una etapa para disfrutar
El juego sensoriomotor es mucho más que un simple entretenimiento. Es el primer paso en el emocionante camino del aprendizaje infantil. Al ofrecerle oportunidades para explorar el mundo que le rodea con todos sus sentidos, le estás ayudando a desarrollar habilidades esenciales que le servirán durante toda la vida. Como comentamos, se están estableciendo los cimientos sobre los que se va a construir todo el aprendizaje futuro.
Así que, la próxima vez que veas a tu bebé jugar con sus manos, tirando un juguete al suelo o tocando todo lo que encuentra, recuerda que no solo está divirtiéndose, ¡está aprendiendo! ¿Te has fijado alguna vez en su cara de máxima concentración? Muchos bebés incluso fruncen el ceño o levantan las cejas mientras exploran una pelota o cualquier otro objeto, mientras lo muerden, aprietan o lanzan.
Esta primera etapa de desarrollo es mágica, y realmente breve. ¡Disfruta de ella junto a tu peque! Porque es verdad eso que dicen que no hay nada más hermoso que ver el mundo a través de los ojos de un niño.
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