Un informe internacional alerta de cifras récord de abuso sexual infantil en internet en 2021

Los casos detectados en 2021 superan los que se investigaron durante 15 años y las víctimas son cada vez más jóvenes

El año 2021 ha sido un año negro en cuanto al abuso sexual online a menores. La organización Internet Watch Foundation, una entidad sin ánimo de lucro europea que lucha contra esta lacra, ha alertado de que los acosadores o groomers captan a niños y niñas cada vez más pequeños (de entre 7 y 10 años) y que les coaccionan para que se graben con las cámaras web de los dispositivos familiares.

El child grooming (y de ahí la palabra «groomer») se refiere a práctica delictiva en la que un adulto contacta con un niño, niña o adolescente a través de redes sociales e internet con el objetivo de ganarse poco a poco su confianza para luego inducirle u obligarle a participar en una actividad sexual.

La Memoria de la Fiscalía de 2020 ya recogía este aumento del abuso sexual online a niños en España. Y la tendencia es al alza, a juzgar por los nuevos datos publicados este mes de enero. Es necesario tomar conciencia de este problema como padres y como ciudadanos en general. En la Tribu CSC podéis encontrar asesoramiento y apoyo en este sentido.

¿Qué dice el informe de Internet Watch Foundation sobre el abuso sexual online a niños?

La Internet Watch Foundation (IWF), que opera desde Reino Unido, muestra datos muy preocupantes sobre el abuso sexual online a niños. Sus analistas investigaron un récord de 361.000 casos en 2021 cuando entre 1996 y 2011 (15 años) se evaluaron 335.558 casos. Es decir, que en un solo año se superó la cifra de todo lo investigado en los últimos 15 años.

 

 

Se confirmó que 252.000 direcciones URL contenían imágenes o vídeos de abuso sexual infantil. Algunas de ellas tenían miles de imágenes y vídeos. La organización que lucha contra esta lacra actuó contra todas ellas.

Los expertos de la IWF alertan de que los depredadores sexuales de Internet atacan y acosan a niños cada vez más jóvenes. La pandemia del coronavirus, de hecho, se ha convertido en un aliado de estos delincuentes porque los niños están más tiempo online y son más vulnerable ante los groomers. Susie Hargreaves, directora ejecutiva de IWF, explica que:

«Los niños están siendo atacados, abordados, manipulados y siendo objeto de abuso por parte de delincuentes que trabajan a escala industrial. A menudo estos abusos ocurren en las habitaciones de los menores, en sus casas, y sus padres desconocen por completo lo que estos depredadores con conexión a internet están haciendo a sus hijos».

Los contenidos se comparten repetidamente en muchos sitios web, según la responsable de IWF, «creando un mercado despreciable». Muchos depredadores distribuyen las imágenes y vídeos a escala mundial. Se ha hallado material clasificado como de «categoría A», el nivel más grave de abuso que incluye actividad sexual con autopenetración.

Niños cada vez más pequeños e imágenes autogeneradas

Los analistas de esta organización británica han detectado que los depredadores sexuales están acosando a niños cada vez más pequeños. Resaltan que hay un fuerte aumento del contenido de abusos a niños de entre 7 y 10 años. Entre 2020 y 2021 la escalada ha sido del 235%, pasando de 8.000 casos a 27.000.

 

La pandemia multiplica los casos de abuso sexual online a niños

 

La franja de edad más vulnerable, no obstante, es la que abarca entre los 11 a 13 años. El año pasado IWF detectó 147.000 casos (un 167% más que en 2020). Los groomers buscan a niños a los que puedan manipular para que graben su propio abuso sexual en cámara, para luego conseguir que les proporcionen ese material mediante amenazas de todo tipo y posteriormente compartirlo con otros abusadores.

Se ha detectado que en 2021 alrededor de 182.000 casos investigados por la Internet Watch Foundation contenía material autogenerado. Es decir, que se creó utilizando cámaras web de los dispositivos de casa, muchas veces en las habitaciones de niños y niñas. Los depredadores manipulan, engañan y extorsionan a los menores para producir y compartir una imagen o vídeo sexual sin un adulto presente.

“Los dispositivos pueden convertirse en una puerta abierta a cada hogar. Y los niños son especialmente vulnerables porque pueden caer en las trampas de estos depredadores. Sabemos que una buena conversación entre padres e hijos puede marcar la diferencia. Puede ser clave para evitar una vida de dolor por este tipo de abusos», afirma la directora ejecutiva de IWF. 

 

La pandemia multiplica los casos de abuso sexual online a niños

 

Recomendaciones para evitar el abuso sexual online a niños

Según Susie Hargreaves, la Internet Watch Foundation está abordando este problema «a escala global» con las principales compañías de internet, los organismos judiciales y con los agentes políticos y sociales implicados en este problema. En España también hay iniciativas que buscan acabar con este problema.

«Los padres deben recibir apoyo para saber cómo abordar este tema con sus hijos y darles confianza para denunciar cualquier comportamiento inapropiado«, afirma Susie Hargreaves.

De hecho, los datos se han hecho públicos junto a una campaña del Gobierno británico que se llama Stop Abuse Together (Paremos juntos el abuso). Mientras tanto, desde la fundación hacen una serie de recomendaciones a madres y padres

  • Hablar con nuestros hijos sobre los abusos sexuales online. Habla y escucha qué les preocupa a tus hijos.
  • Establecer unas reglas básicas para el uso de las tecnologías en familia.
  • Acercarnos a las plataformas y aplicaciones que utilizan nuestros hijos e interesarnos por su vida online.
  • Conocer las herramientas que existen para ayudar a los menores a estar seguros también en internet.

 

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Y para el resto de ciudadanos:

  • Recordar que las imágenes y vídeos de abusos sexual online son un delito y que se pueden denunciar de forma anónima.
  • Se puede reportar a IWF aquellas URL que contengan o distribuyan este tipo de material.
  • Acudir a la policía si se detecta algún caso o situación que pueda estar afectando a un menor.

Y, por supuesto, no compartir ni contribuir a que esas imágenes se distribuyan.

 

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