El aire contaminado puede afectar negativamente las puntuaciones de los exámenes de los niños, según un estudio de Yale

Un estudio transversal de la Escuela de Salud Pública de Yale, publicado en JAMA Network Open, desvela que la contaminación del aire tiene un efecto negativo en el rendimiento académico de los niños.

Utilizando datos del Centro de datos de investigación educativa de Carolina del Norte, los investigadores rastrearon a 2,8 millones de estudiantes de escuelas públicas en Carolina del Norte entre 2001 y 2018 y midieron su exposición a PM 2,5, también conocida como partículas finas, que se encuentra en el aire contaminado.

La exposición a largo plazo al aire contaminado provoca resultados adversos en el rendimiento académico de los niños

Si bien investigaciones anteriores han demostrado una asociación entre la contaminación del aire y los resultados adversos en el rendimiento académico de los niños, se han basado en muestras relativamente pequeñas o menos representativas y han enfrentado desafíos a la hora de tener en cuenta los factores de confusión no observados.

«La mayor fortaleza de este estudio es que [seguimos] a cada estudiante en Carolina del Norte en esos años, durante todo el período que estuvieron en las escuelas públicas «, explica Emma Zang, coautora del estudio y profesora asistente de sociología, bioestadística y asuntos globales en Yale.

«Creo que es realmente increíble porque en realidad es el primer estudio que utiliza este tipo de datos de población, cubriendo a todo el mundo. Se ha demostrado que la contaminación del aire afecta a muchas cosas, pero el efecto de la contaminación del aire en el rendimiento académico de los estudiantes sigue siendo relativamente nuevo», añade la investigadora.

Las niñas y los menores de familias étnicas o con menores recursos son los más afectados

El estudio también encontró que las notas de las pruebas de las minorías étnicas y las niñas se vieron afectados de manera desproporcionada por los niveles de PM 2,5.

«Las puntuaciones de matemáticas de las niñas mostraron una susceptibilidad considerablemente mayor a la exposición a PM 2’5, al igual que los puntajes de lectura de los estudiantes con bajos ingresos familiares. En comparación con los estudiantes blancos, los estudiantes de razas y etnias minoritarias tendieron a verse más afectados por el mismo nivel de exposición a PM 2,5«, subrayan los investigadores en sus conclusiones finales.

«Las mujeres y las minorías étnicas raciales se enfrentan al sexismo estructural y al racismo estructural», afirmó Zang. «Hay muchas políticas que no son amigables con las mujeres y las minorías étnicas. Entonces, cuando están expuestas al mismo nivel de contaminación del aire, no tienen los recursos para amortiguar las influencias negativas«.

Según la investigadora, las poblaciones más privilegiadas pueden tener más recursos que les permitan vivir en un mejor ambiente y también rodearse de mejores recursos, como en casas con purificadores de aire. «Este es otro punto que se ha encontrado en estudios anteriores», sostiene la experta.

Las investigaciones futuras en esta área, dijeron los investigadores, implicarían analizar si los hallazgos son aplicables a otras regiones, y también las razones detrás de las disparidades raciales y étnicas y las diferencias sociales y sexuales.

Importantes impactos adversos para la salud

«Lo que queremos enfatizar aquí es que a pesar del nivel relativamente bajo de contaminación ambiental de PM 2,5 en los EE. UU. en comparación con otros países, todavía hay importantes impactos adversos para la salud«, subraya Kai Chen, autor principal del estudio, profesor asistente de epidemiología (salud ambiental) en la Escuela de Salud Pública de Yale y director de investigación en el Centro de Yale sobre Cambio Climático y Salud.

«Los estudiantes que viven en áreas por debajo del estándar actual de calidad del aire de concentración anual de PM 2,5 (12 microgramos por metro cúbico) todavía se ven afectados negativamente por la contaminación del aire en lo que respecta a sus notas en los exámenes «, explica Chen. «Deberíamos apuntar a fortalecer el estándar anual de PM 2,5 para proteger mejor a nuestros niños».

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