Alergia al veneno de himenópteros (o anafilaxia después de una picadura de abeja)

La alergia al veneno de abejas y avispas en niños es relativamente frecuente, aunque pocas veces deriva en una anafilaxia con el consiguiente riesgo de muerte. Analizamos qué hacer y cómo afecta a niños y adultos.

La alergia a las picaduras de abejas y avispas, de las más habituales entre los niños y niñas

Las picaduras por himenópteros (abejas y avispas) son la causa más frecuente de anafilaxia en los niños tras los alimentos, según la Asociación Española de Pediatría. Sin embargo, y a pesar de que la aparición de síntomas es muy rápida y la muerte se puede producir en los primeros 30 minutos tras la picadura, es más habitual que ocurra en adultos que en menores.

La sensibilización al veneno de abejas y avispas es bastante común, con una prevalencia en España del 10%. Sin embargo, en ocasiones, las picaduras de himenópteros pueden provocar reacciones muy graves que pueden tener un desenlace mortal: la anafilaxia. Por suerte, no es muy común: del 1,2 al 3,5% de los adultos sufre anafilaxia tras una picadura de abejas o avispas (de 4 a 20 muertes anuales en España).

Causas y síntomas de la alergia a los himenópteros

El veneno de la picadura de abeja contiene proteínas que afectan las células cutáneas y el sistema inmunitario, lo que provoca dolor e inflamación. Las reacciones alérgicas al veneno de insectos se deben a los conocidos como alérgenos (que se encuentran en el veneno), unas sustancias inofensivas que pueden provocar una reacción del sistema inmunológico en las personas alérgicas.

Por ejemplo, el veneno de la abeja melífera contiene 12 alérgenos conocidos, mientras que la avispa tiene 5. Por su parte, son raras las reacciones alérgicas a las picaduras de abejorros. Se puede ser alérgico a las avispas y a las abejas, pero es raro ya que las proteínas del veneno responsable de la alergia en ambas son diferentes.

¿Qué ocurre cuando nos pica una abeja o una avispa? Lo cierto es que las reacciones en los adultos suelen ser más intensas que las de los niños. De hecho, estos últimos tienen más probabilidad de sufrir un shock o incluso morir por una anafilaxia que los menores.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, la picadura de himenópteros solo provoca una reacción cutánea local que puede ser inmediata o retardada. Así, las picaduras de abejas y avispas pueden provocar reacciones locales extensas o sistémicas.

• Las reacciones locales aparecen a los pocos minutos en el lugar de la picadura, tienen más de 10 cm de diámetro y tardan al menos 24 horas en resolverse. Suelen provocar dolor, prurito, eritema e hinchazón.
• Por su parte, las reacciones sistémicas son menos frecuentes y suelen durar entre 5 y 10 días. Pueden ser leves, moderadas o graves. Se manifiestan con urticaria, inflamación de los ojos o boca, estornudos, picor, mucosidad nasal, lagrimeo y picor de los ojos, tos, asma, edema de laringe y shock hasta llegar a la reacción anafiláctica.

La frecuencia de reacciones alérgicas sistémicas o generalizadas graves tras estas picaduras es de un 1% en los niños, menos frecuente que en los adultos. El riesgo de reacciones sistémicas tras nuevas picaduras en un niño que ya ha sufrido una reacción previa es del 10% y habitualmente estas reacciones son de una gravedad similar o más leve que la primera. Solo el 1-3% presentan síntomas más graves tras esta nueva picadura.

Síntomas de anafilaxia después de una picadura de abeja

Sin embargo, la picadura de avispas o abejas puede ser realmente grave en caso de ser alérgicos ya que puede producir una anafilaxia.

En estos casos, puede provocar reacciones en el sistema respiratorio, digestivo y cardiovascular. Entre los principales síntomas, destacan:

• Piel: Aparición de picor agudo, enrojecimiento, urticaria, ronchas e inflamación de las mucosas.
• Aparato respiratorio: Irritación de garganta, tos, sibilancias, hinchazón de la laringe, dificultad para respirar, espasmos de los músculos bronquiales, apnea.
• Sistema digestivo: Náuseas, calambres, vómitos y diarrea.
• Síntomas circulatorios: Taquicardias, arritmias, baja tensión arterial, estrechamiento de los vasos sanguíneos, sensación de ahogamiento y paro cardíaco.

Además, hay factores de riesgo que influyen a la hora de sufrir una reacción. Entre ellos, se encuentra el intervalo entre las picaduras, el número de picaduras, la gravedad de reacciones precedentes, la edad, enfermedades cardiovasculares y la toma de algún tipo de medicación (por ejemplo, aspirina). También hay que tener en cuenta el tipo de insecto (ya que es peor en el caso de las abejas).

En caso de sospechar de anafilaxia, es importante acudir rápidamente a un servicio de urgencias debido a la situación de riesgo que puede derivar en la muerte.

Las personas con una reacción alérgica grave a una picadura de abeja o avispa, tienede un 25 a un 65% más de probabilidades de volver a sufrir una anafilaxia si vuelve a sufrir una picadura. Por ello, es importante consultar con un especialista para contar con medidas de prevención o llevar siempre la dosis de adrenalina para inyectarla en caso de ser necesario.

¿Qué hacer en caso de picadura de abeja en niños?

En caso de que una abeja o una avispa pique a un niño o niña, es fundamentalmantener la calma. La mayoría de las veces no reviste mayor gravedad y basta con aplicar frío en la zona para aliviar el picor y bajar la hinchazón.

En caso de que el peque haya tenido reacciones alérgicas previas graves o aparece picor en los ojos, las palmas y las plantas de los pies, además de enrojecimiento en todo el cuerpo, dificultad para respirar, malestar general, palidez, náuseas o vómitos, es recomendable acudir a un centro sanitario para comprobar si es necesario recibir algún tipo de tratamiento.

En el caso de los niños y niñas, se puede administrar adrenalina varias veces de forma consecutiva cada 20 minutos, aunque será el especialista el encargado de mandar la pauta adecuada en función de la edad y el peso.

De camino al centro de salud, puede tomar antihistamínicos para los síntomas de la piel, la nariz o los ojos o broncodilatadores si tiene pitos y dificultad respiratoria siempre que se lo haya recetado previamente su pediatra.

Tratamiento de la alergia al veneno de abejas y avispas en niños y adultos

De forma general, las picaduras de abejas, avispas o abejorros se pueden tratar con frío local, crema o gel con cortisona combinada con antihistamínicos orales en caso de ser necesario. En caso de haber aguijón, se debe retirar rápidamente con mucho cuidado con los dedos o una tarjeta (nunca con unas pinzas) para no inocular más veneno.

En el caso de reacciones sistémicas a la picadura de himenópteros, la adrenalina es el principal tratamiento de elección gracias a su elevada tasa de éxito. Esta debe administrarse sin demora en caso de afectación respiratoria o cardiovascular y puede repetirse en adultos cada 10-15 minutos en caso de ser necesario. En caso de anafilaxia, los antihistamínicos y los corticoides no son útiles, aunque estos últimos sí pueden prevenir reacciones tardías.

En ocasiones, se puede prescribir el ingreso hospitalario durante 24 horas, ya que puede haber un repunte de los síntomas en unas 16-18 horas. Ocasionalmente, los pacientes pueden requerir intubación y si la adrenalina no consigue normalizar la tensión arterial, se deben administrar líquidos.

Las personas alérgicas deben llevar siempre la adrenalina autoinyectable para poder actuar con rapidez en caso de que se produjera una reacción sistemática tras la picadura de estos insectos.

Además, es importante seguir algunas recomendaciones preventivas como evitar salir en primavera o verano descalzos ya que los nidos de avispas suelen estar en el suelo; los sitios con flores y la basura; así como las ropas claras o de colores vivos y los perfumes. También es importante cubrir la mayor parte del cuerpo con ropa que no sea holgada o conducir con las ventanillas cerradas.

Para determinar la alergia es fundamental realizar la historia clínica del paciente y diferenciar siempre si se trata de una reacción tóxica exagerada o una alergia. Así, existen análisis de sangre con los que se determinan los niveles de IgE específica que no están relacionados en realidad con la gravedad de la reacción. Por ello, es necesario realizar también pruebas cutáneas con la inoculación de extractos de venenos de abeja y avispa. Debido a su riesgo, estas pruebas deben realizarse siempre bajo control médico.

En caso de confirmarse la alergia al veneno de los himenópteros y tras sufrir reacciones sistémicas moderadas o graves, se puede indicar la inmunoterapia, que previene futuras reacciones alérgicas. La inmunoterapia conlleva una dosis mensual que se prolonga durante 3-5 años.

En el 97% de los casos, los pacientes no experimentan nuevas reacciones sistémicas tras nuevas picaduras. De hecho, en la mayoría de los pacientes, los efectos de la inmunoterapia se mantienen incluso 10 años después de suspender el tratamiento.

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