Baja edad de las pacientes con anorexia y bulimia: alcanza ya a las niñas de 9 años en nuestro país

Los investigadores llevan tiempo advirtiendo del aumento de los trastornos alimentarios y las autolesiones en chicas. En España, los trastornos alimentarios afectan ya a niñas de 9 años y, según los datos del Gobierno, casi 400.000 jóvenes que sufren este tipo de trastornos alimenticios en nuestro país.

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) afectan a niñas cada vez más pequeñas

La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia afirma que en la actualidad la edad media de las personas afectadas por TAC es de 12 años de edad. En 2008 la Asociación Española de Psiquiatría Infanto-Juvenil la situaba en torno a los 17 años.

La edad de inicio en estos trastornos graves cada vez es menor. De hecho, en los últimos 5 años ha bajado la edad media en 5 años, algo que preocupa a familias y profesionales de la salud.

«Estamos viendo casos por debajo de los 10 años», manifiesta en eldiario.es Anna Figuer, responsable de prevención de la Associació contra l’Anorèxia i la Bulímia de Catalunya, una de las asociaciones más importantes en este tipo de trastornos.

Según los últimos datos del Departament de Salut de Catalunya, ha habido un incremento del 61% en los nuevos casos entre 2018 y 2021. La asociación atiende ahora al doble de pacientes que en 2019. Aunque no existe un registro oficial, calculan que en torno a 1 de cada 10 adolescentes padece un TCA y 3 de cada 20 están en riesgo de padecerlo.

«Nos llegan problemáticas que antes eran más propias de la adolescencia, y ahora las vemos a los 9, a los 10 o a las 11 años», señala al eldiario.es Eva Ribas, miembro de la Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente. La especialista opina que la cultura de la imagen difundida por internet en las redes sociales ha homogeneizado el ideal de belleza.

«Un 34% de las adolescentes de entre 12 y 16 años han hecho dieta para adelgazar sin control médico; un 22% en el caso de los chicos. Estos datos ponen de manifiesto el peligro de las dietas sin control, puesto que suponen un desencadenante de un TCA como la anorexia o una bulimia. El dato todavía es más alarmante si observamos que más del 50% lo ha acompañado de conductas de riesgo, como vómitos, saltarse comidas o comer menos», señala la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia (ACAB).

Los especialistas recomiendan buscar ayuda profesional lo antes posible, ya que los TCA son trastornos mentales graves que causan un gran sufrimiento a quienes los padecen y a sus familias. Si quieres más información sobre cómo detectar un TCA en la infancia o la adolescencia, o necesitas asesoramiento profesional, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Entre ellos/as se encuentra la pediatra Gloria Colli y la psicóloga con experiencia en trastornos alimentarios Mamen Bueno, la dietista-nutricionista Rebeca Pastor.

Los TCA pueden provocar en las niñas problemas de salud físicos como desnutrición, pérdida de la menstruación (amenorrea) y un retraso en el desarrollo. Psicológicamente, pueden provocar un grave deterioro de la salud mental (tristeza, depresión, ansiedad, aislamiento… que a su vez aumentan los pensamientos obsesivos en relación al peso y la comida, así como la distorsión de la imagen corporal) y llegar a afectar al desarrollo de las habilidades y relaciones sociales, al rendimiento académico, provocar una crisis familiar y un estigma en la biografía de la persona que las padece.

Por todo ello, cuanto más precoz es la detección menos deterioro causa en la salud y la vida social, académica, familiar y personal de la paciente.

Niñas con anorexia y bulimia: ¿Por qué pasa esto?

Los expertos señalan que no hay un único motivo, tanto la anorexia como la bulimia tienen un origen multifactorial, pero parece ser que los cánones estéticos que las menores encuentran sobre todo en las redes sociales a las que se tiene acceso a cada vez más corta edad juega un papel importante.

No en vano, hay estudios que revelan cómo estas influyen en la imagen corporal de las niñas. Otro estudio, publicado en Jama Pediatrics, alertaba del descenso en la edad de las niñas que se ven afectadas por un TAC y revelaba que el 22% de menores presenta desórdenes alimentarios.

Una de las hipótesis que planteaba esta investigación era, precisamente, la relación de la infancia con las redes sociales y todo lo que ello implica, puesto que las niñas se ven expuestas a contenidos inadecuados a una edad muy temprana.

Según las investigaciones, un mayor tiempo de uso de las redes sociales que habitualmente consumen nuestros/as hijos/as, se asocia con una mayor probabilidad de desarrollar estos trastornos alimenticios.

Según los datos de uno de los estudios pioneros realizados con adolescentes españoles, Instagram es la red social que más afecta a la percepción de la autoimagen en los jóvenes, llegando a aumentar el riesgo de padecer un TCA en un 20% entre sus usuarios, Tik Tok la sigue de cerca.

Educar en el uso de redes sociales

Los especialistas proponen educar en un correcto uso de las redes sociales, ya que estas ocupan una parte importante del tiempo y el ocio de niños, adolescentes y jóvenes.

Educar a los niños en el uso de las pantallas, de forma positiva, y ayudarles a construir una autoestima saludable es fundamental para prevenir este tipo de trastornos. Prevenir es vital, ya que sufrir un TCA a edades tan tempranas tiene importantes consecuencias para la salud física y mental de nuestros/as hijos/as.

Desde la Universitat Oberta de Catalunya también proponen difundir información de calidad sobre salud mental, para contrarrestar los mensajes perjudiciales para la autoestima, la autopercepción y la salud de los menores.

Trabajar la prevención desde casa

Para los expertos, la prevención de los TCA desde el hogar implica que las familias trabajen con sus hijos e hijas de la misma forma que para prevenir cualquier otro trastorno: cuidando y fortaleciendo la salud emocional en nuestros/as hijos/as desde pequeños.

Todos los seres humanos tenemos inseguridades. Estas son normales dentro del proceso de desarrollo y también existirán en la edad adulta, pero es importante trabajar la autoestima educar desde la infancia e inculcar en nuestros peques la capacidad de buscar ayuda si lo necesitan.

Asimismo, también es fundamental educarles para identificar conductas de riesgo y enseñarles a huir de entornos, personas y actitudes tóxicas.

Por último, los especialistas recuerdan que los progenitores transmiten con su propia actitud y conducta mucho más que con sus aleccionamientos. A menudo, que las personas adultas con hijos/as trabajen en su propio desarrollo personal es la mejor inversión que pueden hacer para sus hijos/as. Al fin y al cabo, somos su mayor espejo.