Cuando das el pecho tu bebé y tienes que suplementar por algún motivo, uno de los riesgos de hacerlo con biberón es que tu peque acabe rechazando el pecho. Es lo que se conoce como el síndrome de confusión tetina-pezón.
Por qué puede darse el síndrome de confusión tetina-pezón
No hay una sola razón, y puede ser que pase por varios factores, o por Hay varios factores que pueden influir en que esto ocurra:
1. La succión del pecho es diferente a la succión del biberón
Con el pecho el bebé tiene que ordeñar pezón y areola, presionándolos hacia el paladar. Con el biberón no hace ese gesto, sino que absorbe como si se tratara de una pajita, mientras utiliza la lengua para detener el flujo de leche, presionando hacia adelante sobre la apertura de la tetina.
Esto quiere decir que son mecanismos de succión diferentes, con un uso de musculatura diferente y que puede hacer que el bebé se confunda y luego, al volver a mamar, intente hacer lo mismo que hace con el biberón.
2. El flujo de leche del biberón es más rápido
Sucede también que el flujo de leche del biberón es más rápido que la leche que sale directamente del pecho. En el pecho, el bebé tiene que esperar más para que comience a fluir la leche (el pecho no empieza a segregar leche en cuanto el bebé mama, sino unos momentos después), y trabajar más para sacar la leche del ‘final’ de la toma, la más rica en grasa.
En el biberón, la leche cae nada más empezar a comer. Además, el bebé no tiene que hacer demasiado esfuerzo, y este es relativamente constante porque la grasa de la fórmula le llega durante toda la toma. Su estómago se llena más rápidamente (hay bebés que en pocos minutos se toman un biberón entero) y esto hace que la señal de saciedad que debe llegarle al cerebro aparezca tardíamente (cuando se da cuenta ya está llenísimo) y por ese motivo, tomen más cantidad de la que necesitan realmente.
Si aparece la confusión tetina-pezón, ¿qué ocurre?
Si se da dicho fenómeno, puede llegar un momento en que el bebé ‘se pelea con el pecho’ (como en una crisis de lactancia). Coge, suelta, vuelve a coger, tira con la cabeza hacia atrás, llora… y sólo se calma cuando se le da el biberón. De esta forma, se va reduciendo el tiempo que el bebé pasa al pecho, hasta que finalmente llega un momento en que no quiere tomar más (suele coincidir con la crisis de los tres meses).
Es cierto que hay bebés que toman biberón y pecho sin problemas (de hecho, cuanto más se retrase la incorporación de tetinas mucho mejor), pero hay otros que con la administración de un solo biberón pueden empezar a rechazar el pecho.
El biberón que (no) interfiere con la lactancia materna
Por todo esto, los fabricantes hacen todo lo posible por diseñar el biberón o tetina que no interfiera con la lactancia materna, y cada vez más se utiliza como reclamo dicha característica (es muy habitual que en las farmacias recomienden unos u otros porque sean más respetuosos con el patrón de succión del bebé amamantado).
El más conocido es el Medela Calma, que es uno de los que se anuncia como el biberón que No interfiere con la lactancia.
Siento comunicarte que aunque sí está estudiado para que el bebé tenga que succionar, el flujo de este biberón interfiere (y mucho) con la lactancia materna.
Para empezar, debemos distinguir goteo de flujo. Goteo es la salida de leche sin presión, al poner el biberón boca abajo. Flujo es la velocidad de la leche una vez que sale por la tetina.
Muchas veces, tendemos a confundir los términos y pensamos que un biberón que no gotea es un biberón de flujo lento, y no es así.
En el caso de este biberón es cierto que si lo vuelcas y lo pones boca abajo, no sale ni una gota. Esto tiene una ventaja y es que el bebé debe hacer el vacío (succión parecida al pecho) para que empiece a salir la leche por la tetina.
Esa característica está muy bien. Sin embargo, una vez que el bebé hace el vacío y sale la leche, el flujo de salida es muy alto. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que una vez que el bebé se está tomando la leche en ese biberón, lo hace de una manera muy rápida (mucho más que al pecho), y esta velocidad de flujo sí que interfiere con la lactancia materna porque el bebé podría acabar prefiriéndolo antes que el pecho.
«Yo es que le doy el suplemento pero con el Calma, que no interfiere con la lactancia»
Esta frase es muy habitual entre madres que dan suplementos a sus bebés, y sinceramente, me da muchísima rabia cuando veo a tantas engañadas por el marketing de esta empresa.
Por desgracia sí que lo hace, y he visto muchos casos de bebés que han acabado prefiriendo el biberón al pecho.
Entonces, ¿cuál es el que no interfiere con la lactancia?
La respuesta es ninguno. Aún no se ha inventado el biberón que no interfiere con la lactancia materna.
Todos los biberones (tetinas) interfieren en mayor o menor medida con la lactancia materna. Por eso siempre se recomiendan otros métodos para suplementar antes que la opción del biberón.
Sin embargo, para muchas familias, el biberón es la opción más cómoda y por eso voy a incluir algunas recomendaciones para elegir la tetina que menos interfiera con la lactancia:
- Debe ser de flujo lento. Para ello, elegiremos una tetina que ponga 1. Nos olvidamos de los meses que tenga el bebé y de lo que recomiende el fabricante. Elegiremos la tetina de flujo más lento o posición 1. Huiremos también de las tetinas multiposiciones (1,2,3), porque aunque las pongamos en la posición 1, el flujo de esta será mayor que una tetina que sea ‘simplemente’ 1.
- La posición de la boca. La tetina debe ser de base ancha, para que el bebé apoye sus labios en dicha base con la boca lo más abierta posible. Si la tetina es estrecha, la apertura de la boca es menor, y luego puede hacer lo mismo al pecho, provocando dolor en las tomas.
- No es necesario que la tetina sea anatómica. Es decir, de estas que están aplastadas por un lado. De hecho, es mejor que sea redonda, para que el bebé sea el que decida con su lengua la posición de la misma.
- El material es importante. Mejor tetinas de silicona a las de caucho. Son más limpias y duraderas. Hay que tener en cuenta además que no sean rígidas, sino que sean lo más flexibles posible.
Una vez que tenemos esto en cuenta, alimentamos al bebé según el método Kassing, que es una forma de hacerlo que hace que el flujo sea aún más lento y ayuda a evitar la confusión tetina-pezón.
Y para terminar, simplemente advertir de que debemos ser críticas para no dejarnos engañar por el marketing. Que no es necesario comprarse el biberón más caro.
Todos los biberones pueden interferir con la lactancia, y por eso es necesario estar informada y conocer de primera mano cuáles son las características de las tetinas que menos interfieren.
Para hablar de todo ello, y contaros algunas cosas más, como por qué hay que calentar el agua antes de preparar el biberón, o cómo dejarlos preparados para la noche, hemos impartido un Seminario Online titulado «Cómo alimentar al bebé con biberón»:
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Que bien te explicas Carmen!! Gracias por tus explicaciones. muak!!
Me alegro mucho que te haya sido de utilidad!
Un abrazo
Hola Carmen;
Muchas gracias por la información. Me resulta muy útil todo lo que publicas.
Quería saber tu opinión sobre la terina ZERØ.ZERØTM de suavinex. Tengo una bebé de 1 mes i me gustaría poder tener una alternativa por si en algún momento no puedo darle el pecho.
Normalmente usamos la técnica jeringa-dedo, pero en algunos casos es un poco complicado.
Simplemente para tener una opción en caso de necesidad.
Muchas gracias.
Un saludo,
Xisca
Buenas dias Carmen mi bebe tiene cuatro meses y queria comenzar con vasito de aprendizaje de mum q te parece?