Cuando la noticia de un embarazo llega a nuestro entorno, interpretamos que se trata de un acontecimiento motivo de alegría. La mayoría de las mujeres viven el embarazo y el posparto de manera positiva, a…
Un equipo de investigadores suecos de la Universidad de Estocolmo concluye que tener un permiso de maternidad más largo es un factor protector de la salud mental para la madre reciente.
Las conclusiones del estudio titulado «El efecto del permiso de paternidad en la salud mental de los padres: una revisión sistemática» han sido publicadas en The Lancet Public Health y se basan en una revisión de 45 estudios de 5 bases de datos distintas de varios países de altos ingresos económicos.
La transición a la paternidad/maternidad: Un momento de estrés, cambios y nuevas preocupaciones y desafíos
Según los investigadores «la transición a la paternidad puede ser estresante, ya que denota un cambio importante en la vida que ocurre en un corto período de tiempo». En este sentido, las mujeres experimentan cambios biológicos y soportan la carga física debido al embarazo y el parto, «mientras que ambos padres enfrentan muchos desafíos relacionados con la crianza de los hijos, incertidumbres profesionales y presiones financieras debido al tiempo libre en el trabajo y la reducción de ingresos».
Estos factores, según los autores del estudio, son estresantes y pueden repercutir en la salud mental de ambos progenitores:
«Estos factores estresantes pueden exacerbar o desencadenar problemas de salud mental, incluidos trastornos de salud mental comunes (p. ej., depresión y ansiedad) y otros resultados psiquiátricos en el período posparto y más allá. A nivel mundial, la prevalencia de los trastornos de salud mental comunes en el período posparto oscila entre el 10 % y el 20 % entre las madres y hasta un 10% entre los padres«.
El permiso de paternidad/maternidad es un permiso de ausencia con protección laboral para los padres y madres empleados después del parto. En el caso de España, el permiso de la madre y del padre/pareja están equiparados para promover la igualdad y la corresponsabilidad familiar. Este permiso a los progenitores sirve tanto para cuidar a su bebé como para adaptarse a las nuevas circunstancias vitales y, en el caso de la madre, para promover su recuperación física.
«Podría ayudar a aliviar los síntomas de salud mental al prevenir o reducir el estrés asociado con el parto y la infancia», –mencionan los autores, que en el caso concreto de las madres, inciden además en que podría ayudarlas «a recuperarse del embarazo y el parto y prolongar la duración de la lactancia, lo que a su vez podría fomentar el vínculo con el bebé«.
Además, la baja remunerada de ambos progenitores permite a ambos «mantener su vínculo con el mercado laboral a través de la protección del empleo», al mismo tiempo que fomenta «un equilibrio más equitativo entre la vida laboral y familiar en el hogar con implicaciones potenciales para sus niveles de estrés».
Un permiso de maternidad prolongado previene la aparición de síntomas depresivos, ansiedad y agotamiento
Según los investigadores, la carga física y mental propia del postparto se acrecienta cuando los progenitores tienen bajas de paternidad y maternidad demasiado cortas, así como permisos no remunerados.
Aunque contar con el apoyo de la pareja en la crianza se reconoce ampliamente como un factor protector frente a los problemas psicológicos de las madres, los investigadores no han hallado una asociación tan significativa entre la duración del permiso de paternidad del padre y su salud mental o la de las madres. «La mayor duración del permiso generalmente se asoció con un menor riesgo de mala salud mental materna, incluidos síntomas depresivos, angustia psicológica y agotamiento» –inciden en su estudio– «Sin embargo, la asociación entre el permiso de los padres y los resultados de salud mental de los padres fue menos concluyente, al igual que el efecto indirecto del uso del permiso de los padres en la salud mental de las parejas«.
Aunque a la hora de estudiar las causas de los distintos trastornos mentales en las madres y padres recientes se han de analizar diversos factores implicados, esta revisión de estudios pone se centra en la importancia de que los países cuenten con permisos de maternidad y paternidad remunerados y prolongados, dados sus importantes beneficios.
Los trastornos de salud mental durante el postparto
Los trastornos psicológicos postparto son relativamente frecuentes. Entre ellos, la melancolía postparto (o «baby blues») y la depresión postparto (DPP) son las complicaciones psiquiátricas más frecuentes y, aunque las cifras varían según los países, de acuerdo al estudio de The Parenting Index, 5 de cada 10 mujeres en todo el mundo afirma haber experimentado al menos baby blues tras el parto. En concreto, en España, la cifra supera el 40%.
Estudios anteriores muestran que los trastornos perinatales han sido identificados en mujeres de todas las culturas, edades, nivel social y raza. Es más, las investigaciones científicas han demostrado que los trastornos perinatales pueden aparecer meses o incluso un año después después del parto.
Aunque frecuentemente se utilice el término «depresión posparto» para describir los trastornos perinatales, existe todo un espectro de trastornos que pueden aparecer durante el embarazo y posparto. Estos incluyen:
- Depresión/ansiedad en el embarazo: Se estima que hasta un 11% de mujeres embarazadas sufrirán síntomas de depresión y/o ansiedad, de moderados a severos, durante la gestación.
- Depresión Posparto: según los estudios, hasta un 17,2% de mujeres en Estados Unidos y un 8% de mujeres en Europa sufre algún grado de depresión después del parto. Los síntomas son muy diversos y pueden incluir: sentimientos de enojo, miedo, culpa, falta de interés en el bebé, trastornos del apetito y del sueño, dificultad al alcanzar y en la toma de decisiones. Aunque el «baby blues» no está considerado un trastorno psicológico como tal, (ya que sus síntomas abarcan llanto sin razón específica, oscilaciones de humor, irritabilidad, impaciencia y angustia/ansiedad, suelen manifestarse en los primeros 10 días tras el parto y desaparecer sin mayores consecuencias), sí se ha observado una mayor probabilidad de padecer depresión posparto en mujeres que han experimentado melancolía posparto, por lo que si los síntomas perduran más de 2 semanas también es importante consultarlo.
- Ansiedad Postparto: Afecta a un 10% de las mujeres. Puede aparecer de forma aislada o asociada a sintomatología depresiva. Sus síntomas característicos son: preocupación constante, sentimiento “catastrófico” (sensación de que puede suceder algo malo), pensamientos acelerados, inquietud, mareos, sofocos o náuseas y alteración del sueño y/o el apetito.
- Trastorno de Pánico Posparto: Esta es una forma de ansiedad que ocurre hasta en el 11% de las madres primerizas. Los síntomas incluyen: nerviosismo, ataques de pánico reincidentes (hiperventilación, dolor de pecho, palpitaciones), preocupaciones o miedo.
- Trastorno Obsesivo-Compulsivo Posparto: Es el trastorno perinatal menos entendido y diagnosticado de todos. Se estima que hasta un 5% de las madres primerizas sufrirán los siguientes síntomas: obsesión (pensamientos persistentes o imágenes mentales repetitivas relacionadas o no con el bebé), compulsiones (hacer cosas una y otra vez para reducir el miedo y la obsesión), y un sentimiento de horror acerca de las obsesiones. Generalmente las madres que lo sufren son conscientes de que sus pensamientos son raros y muy pocas veces los ponen en práctica.
- Trastorno por Estrés Postraumático: Hasta un 6% de madres lo experimentan y los síntomas típicos incluyen: experiencia traumática del parto con una repetición del trauma vivido (a través de sueños, pensamientos, recuerdos, etc.), rechazo de estímulos relacionados con el evento (pensamientos, sentimientos, personas, lugares, detalles del evento, etc.) , y un incremento persistente de sensibilidad (irritabilidad, dificultad para dormir, hipervigilancia).
- Trastorno de Psicosis Posparto: Ocurre aproximadamente entre 1 y 4 de cada 1.000 partos. Generalmente el comienzo es rápido y los síntomas incluyen: delirios (pensamientos extraños), alucinaciones, irritabilidad, hiperactividad, insomnio, cambios de temperamento y toma de decisiones incorrectas. Existen posibles pensamientos agresivos hacia el bebé o hacia sí misma y hay un 10% de infanticidio/suicidio asociado con la psicosis posparto, por lo que resulta imperativo tratar este trastorno inmediatamente.
Cuando no hay una intervención apropiada, estos trastornos pueden prolongarse y tener consecuencias negativas tanto para la madre como para el bebé. Por ello se recomienda expresar sus sentimientos y solicitar ayuda profesional en cuanto se detecten los primeros síntomas o ante la más mínima duda.
El estado de ánimo de la madre y los síntomas de estos trastornos también tienen un impacto directo sobre la pareja que puede sentirse abrumado, confundido, enojado, y también preocupado. Por todo ello, la detección y la intervención temprana pueden proteger la salud de la madre, del bebé y de toda la familia.
Hay evidencia científica sobre la eficacia de las diversas opciones de tratamiento. Las madres con trastornos perinatales necesitan saber que no están solas, que no son las culpables y que, con la ayuda apropiada, pueden recuperarse. Si necesitas ayuda o asesoramiento profesional, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Entre ellos/as se encuentra la psicóloga perinatal Mamen Bueno y la abogada laboralista y familiar Ana Pacheco, a quien podéis consultar en caso de problema con vuestra baja por paternidad/maternidad.
En cuanto a las causas, estas suelen ser diversas. Además del estado de salud previo de la embarazada, según Mamen Bueno, influyen sus experiencias personales y también hay factores implicados a nivel social, como la falta de apoyo o la poca implicación por parte de la pareja. «Como factor protector está el contar con apoyo en la crianza», incide la especialista.
Por tanto, es lógico que se entienda como un factor estresor una incorporación temprana al entorno laboral, ya que disponer de un mayor tiempo de adaptación a la nueva realidad y a las nuevas responsabilidades, además de poder disponer de más tiempo para la propia recuperación, repercute favorablemente en la salud mental de la nueva madre.
Además, los autores del estudio también inciden en que estos trastornos pueden padecerse hasta años después del nacimiento del bebé y en el alto coste económico que suponen: «Si no se tratan, estos trastornos representan una carga económica sustancial, estimada en 14.000 millones de dólares estadounidenses por nacimientos en 2017 (hasta 5 años después del parto), solo en los EE. UU.»
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