Un nuevo estudio publicado en JAMA Network Open explora el vínculo entre el bajo peso al nacer, la edad gestacional y los problemas cognitivos futuros de los niños, demostrando cómo el peso relativo al nacer de…
Este post se publicó originalmente el 28/09/2022 y ha sido actualizado en fecha 26/11/2024
El acrónimo CIR hace referencia al concepto crecimiento intrauterino retardado. Si estás embarazada y te han dicho que tu bebé es CIR, significa que no está creciendo en tu útero todo lo que necesita. ¿Y si mi bebé viene con el crecimiento intrauterino retardado? Os explicamos qué provoca esta circunstancia y las consecuencias que puede tener.
Saber que tu futuro hijo tiene crecimiento intrauterino retardado puede generarte mucha preocupación y estrés. Por eso, es importante una asistencia médica adecuada e incluso el apoyo emocional de su entorno (y profesional, llegado el caso). Si quieres más información o necesitas asesoramiento profesional, en la Tribu CSC puedes consultar a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Y es que un bebé CIR requiere un seguimiento exhaustivo de la embarazada y un control ecográfico para vigilar la evolución del feto.
¿Qué significa crecimiento intrauterino retardado?
Se habla de crecimiento intrauterino retardado (CIR) cuando hay un retraso en el desarrollo y crecimiento del feto. Es decir, cuando su tamaño está por debajo de los límites considerados normales.
¿Cuáles son esos límites? Según esta revisión publicada por la Federación Española de Matronas, se trata de un concepto que «no está bien definido». La OMS recomienda un percentil 10 como límite a partir del cual los fetos se consideran pequeños para su edad gestacional. «Pero partiendo de la premisa de que debe existir un proceso limitante del potencial del crecimiento del feto, sería más correcto considerar un CIR en los neonatos con un peso y/o longitud con una desviación estándar (DE) ≤2, que equivaldría al percentil 2,28, lo que supone una prevalencia del 3-7%», señala la Federación Española de Matronas.
Tipos de crecimiento intrauterino retardado
Según nuestra matrona Sara Caamaño, se suele clasificar el crecimiento intrauterino retardado por estadios. En concreto son cuatro y «van de mayor gravedad a menor dependiendo de la afectación del flujo de las arterias uterinas». Se miden distintas variables para encuadrar cada caso en su estadio correspondiente.
En la revisión publicada por la Federación de Matronas, por otro lado, se distingue entre dos tipos de crecimiento intrauterino retardado:
- CIR tipo 1: Implica una reducción del potencial de crecimiento desde el inicio del embarazo, por lo que afectará al peso, la talla y el perímetro encefálico.
- CIR tipo 2: Disarmónico. Se produce por una insuficiencia uteroplacentaria en el tercer trimestre del embarazo. Solo afecta al peso fetal y al perímetro abdominal. «El feto presenta un cuerpo desnutrido, puesto que conserva la longitud del fémur y el perímetro cefálico normal».
Otros especialistas diferencian entre CIR simétrico y asimétrico. El primero afecta a todas las partes del bebé y el segundo coincide con el tipo 2 (cerebro y cabeza del tamaño esperado, y resto del cuerpo pequeño).
Especialistas de endocrinología diferencian en la Revista Española de Pediatría entre los términos bajo peso neonatal, pequeño para la edad gestacional (PEG) y retraso de crecimiento intrauterino (RCIU). Según los autores se usan de manera indistinta, pero no lo son:
- Bajo peso neonatal: Recién nacido que tiene un peso inferior a 2,5 kilogramos, «sin considerar la edad gestacional ni la etiología».
- Recién nacido PEG: Aquel que no ha podido llegar a un umbral antropométrico específico y arbitrario, a una edad gestacional determinada. «Es un concepto meramente estadístico, que es asignado, según autores, a niños con un peso y/o longitud al nacer que se sitúa por debajo del umbral fijado».
- Bebé RCIU o CIR: Aquel que no ha alcanzado su potencial de desarrollo genético dentro del útero.
Estos especialistas recomiendan el uso del término CIR para referirse a la etapa fetal, y recién nacido PEG tras el parto.
¿Qué provoca esta situación?
Existen diversos factores que influyen en el retraso del crecimiento intrauterino. Por ejemplo, está asociado a problemas con la placenta o el cordón umbilical. «En general una formación e irrigación insuficiente de la placenta produce que no llegue un flujo adecuado al bebé», especifica nuestra matrona. Y esto, según Sara Caamaño, se debe a distintas causas.
Hay factores relacionados con la mujer embarazada o con el propio bebé que influyen en el crecimiento intrauterino retardado. Entre ellos:
- Consumo de alcohol, tabaco o drogas por parte de la madre.
- Infecciones como citomegalovirus, rubeola, toxoplasmosis o sífilis.
- El consumo de algunos medicamentos.
- Enfermedades autoinmunitarias, como el lupus.
- Anemia o problemas de coagulación.
- Presión arterial alta (hipertensión).
- Trastornos o malformaciones congénitas del bebé.
- Embarazo múltiple (mellizos o trillizos).
- O una pobre vascularización en el momento de la formación y desarrollo placentario.
¿Cómo se detecta un crecimiento intrauterino retardado?
A lo largo del embarazo, la futura mamá es sometida a diversos controles y pruebas que, entre otros aspectos, van controlando el crecimiento del bebé dentro de la barriga. Entre esas pruebas están las ecografías, que son la principal vía para detectar la existencia de un crecimiento intrauterino retardado. Gracias a ellas, se pueden detectar otros problemas relacionados con la placenta, el líquido amniótico o el flujo de sangre a través del cordón umbilical.
En el caso de que el personal sanitario lo crea conveniente y exista sospecha de CIR o de PEG, se puede recurrir a la ecografía doppler que es una prueba de ultrasonido con la que se valora el flujo de sangre en las arterias y venas más importantes, tanto de la madre como del bebé. Está recomendada para madres con complicaciones como diabetes, hipertensión, problemas de la placenta, etc.
Y también cuando hay sospecha de estar frente a un caso de crecimiento intrauterino retardado. Si se trata de un bebé CIR, la doppler saldrá alterada, aunque pueden aparecer distintos estadios.
¿Cómo se trata el retraso de crecimiento intrauterino?
Según las autoras de la revisión publicada por la Federación Española de Matronas citado antes:
«No existe un tratamiento efectivo para los casos de CIR confirmados por ecografía. Se debe mantener una actitud expectante y realizar controles periódicos del feto. Se han estudiado diversos tratamientos, como la administración de estrógenos, que al aumentar el flujo sanguíneo a la gestante podrían aumentar el aporte fetal de nutrientes, pero no se han encontrado evidencias al respecto».
Tampoco hay pruebas con respecto al uso de betamiméticos, la expansión del plasma o el uso de ácido acetilsalicílico. Por otro lado, según las autoras, tampoco parece que la dieta tenga un «efecto determinante», si bien «se aconseja una alimentación equilibrada e hipercalórica en casos de desnutrición». Ni hay evidencia que la oxigenoterapia continua a la gestante implique que aumente el aporte de oxígeno al bebé CIR.
En cuanto al reposo hospitalario o domiciliario en cama, es una medida «ampliamente indicada», pero «no tiene una evidencia científica comprobada, aunque para el embarazo múltiple se ha sugerido un ligero aumento del crecimiento fetal». Es por eso que se suele recomendar un reposo relativo, preferentemente decúbito lateral izquierdo.
Nuestra matrona añade que «llevar una vida saludable también puede ayudar, haciendo ejercicio de intensidad moderada; alimentándose correctamente, especialmente prestando atención a las grasas y proteínas de calidad y u consumo de sal en niveles normales por la población».
Por último, señala que cada vez existe una «más clara relación» entre el déficit de vitamina D con los trastornos placentarios.
Consecuencias para el bebé
Las consecuencias del crecimiento intrauterino retardado para el bebé son diversas y se pueden dar a corto o largo plazo. Estos bebés son más «susceptibles» a experimentar complicaciones neonatales. Estas consecuencias pueden ser muy graves.
A corto plazo, por ejemplo, pueden sufrir asfixia perinatal y problemas adaptativos, como el síndrome de aspiración meconial, y alteraciones metabólicas. Tendrá déficit de nutrientes y son más propensos a sufrir alteraciones neurológicas, retrasos del lenguaje, visomotores y de sociabilidad.
A largo plazo se relaciona el retraso del crecimiento intrauterino con el síndrome metabólico, hipertensión arterial, enfermedades cardíacas, obesidad o diabetes tipo 2.
Es importante, pues, un control adecuado durante el embarazo y en el posparto, una alimentación saludable y no consumir alcohol, tabaco o drogas, así como consultar con los profesionales sanitarios si la mujer tiene alguna enfermedad crónica o toma medicamentos.
Si tienes cualquier duda, en la Tribu CSC cuentas con un equipo de expertos/as en salud infantil y crianza respetuosa que puede ayudarte a resolverlas.
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