Cuidados del recién nacido en el primer mes de vida (II)

Los recién nacidos necesitan todo tipo de cuidados que van desde el piel con piel a la restricción de visitas en casa

La llegada de un recién nacido a casa conlleva todo tipo de atención y cuidados. Tantos, que muchas veces podemos pensar que nos falta información para hacerlo lo mejor posible. ¿Sabes cómo cuidar a un bebé de un mes? Repasamos todos los detalles para que lo afrontes con total tranquilidad cuando llegue el momento.

Piel con piel con un bebé de un mes

Practicar piel con piel con nuestro bebé recién nacido tiene importantes beneficios no solo para él, sino también para la mamá. Al practicarlo, ayudaremos a establecer la lactancia materna: al sentir el calor y el olor de su mamá, el recién nacido buscará de forma instintiva el pecho y tendrá acceso a él siempre que lo necesite. De esta forma, favorecemos también la subida y la producción de la leche materna.

Además, ayudaremos a regular la temperatura del recién nacido. Al tenerlo cerca también contribuimos a sincronizar la respiración y a sufrir menos apneas, tendrá mayor estabilidad cardíaca al escuchar el latido de la madre (o del padre), estará más relajado y, por tanto, llorará menos. También se consiguen mejores niveles de glucosa en la sangre.

 

 

Por su parte, al practicar piel con piel, la mamá sufre una subida de oxitocina, lo que favorece el vínculo con su bebé y una mayor sensación de bienestar.

Pero los beneficios no son solo inmediatos. El contacto piel con piel mejora también las habilidades cognitivas y ejecutivas y el desarrollo físico años después del nacimiento.

Portear a tu bebé es una excelente opción para practicar piel con piel con él. Mamá y bebé estaréis más relajados y felices, además de favorecer el vínculo y, por tanto, un desarrollo emocional más saludable. A ello se suma que el porteo ayuda al pequeño a liberar los gases y a evitar la plagiocefalia postural, entre otros muchos beneficios. Y recuerda que si te practicaron una cesárea, también puedes portear de forma segura.

 

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¿Colecho sí o no desde el nacimiento?

Aunque está demostrado que practicar colecho tiene importantes beneficios para los bebés, la realidad es que no hay consenso sobre cuándo empezar a hacerlo. La recomendación general establece que, si el bebé no es amamantado, debe dormir en su propia cuna de colecho los tres primeros meses.

Sin embargo, Unicef asegura en su guía sobre sueño infantil que no hay riesgo de practicar colecho desde el nacimiento siempre que se realice de forma segura con niños sanos nacidos a término y con buen peso. Además, recuerda que es fundamental seguir una serie de recomendaciones básicas. Eso sí, el organismo advierte de que hay excepciones a la hora de realizarlo, como ocurre en el caso de los bebés prematuros.

 

 

Sin visitas en casa con un bebé de un mes

Con la llegada del Covid, las visitas en casa con un recién nacido se han restringido considerablemente. Sin embargo, debería ser la recomendación siempre. Es cierto que los familiares y amigos más cercanos desean conocer al bebé cuanto antes, pero los padres deben aprender a decir que «no» a estas visitas, especialmente los primeros días y, sobre todo, en casa.

Un bebé de un mes no necesita a nadie más que a sus padres. Pasa de un mundo tranquilo en el interior de su madre, a conocer los ruidos, la luz y a sentir necesidades básicas como comer. Además, aunque pueda parecer un desahogo que alguien más sostenga al bebé en brazos, no todos los brazos calman por igual.

 

 

Los padres primerizos también experimentan un cambio brusco: de ser una pareja, pasan a ser tres, con un pequeño que necesita todo tipo de atenciones. El orden de prioridades cambia radicalmente y hay que adaptarse a la nueva vida de tres. A ello se suma la mamá, en pleno postparto, con las alteraciones físicas y emocionales que se sufren en esta nueva etapa.

Los enormes cambios que se suceden casi sin hay tregua, invitan a que se eviten todo tipo de visitas. El papá, la mamá y el recién nacido necesitan conocerse y establecer el vínculo sin necesidad de nadie más.

 

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Lejos de brazos extraños

Prácticamente a todo el mundo le gusta coger en brazos a un bebé de un mes y sentirlo cerca. Pero, ¿y a él? Un recién nacido necesita contacto continuo, sí, pero no de cualquier persona.

De hecho, un estudio científico realizado por investigadores de SINC Sachine Yoshida e Hiromasa Funato, de Toho en Japón ha demostrado que estar en brazos de desconocidos provoca estrés en los bebés, lo que no solo afecta a su bienestar, sino también a su desarrollo físico-cognitivo y emocional.

Todo lo contrario ocurre en los brazos de sus padres, donde se relajan por completo. Así que sí, para los bebés, hay brazos que calman y brazos que estresan. El estudio demostró además que los bebés prefieren ser abrazados más allá de ser solo sujetados.

 

 

La hora del baño

Puede parecer que la hora del baño es especialmente relajante para los recién nacidos, pero, en muchas ocasiones, ocurre justo lo contrario.

Aunque puedes bañar a tu bebé cuando ya ha regulado su temperatura corporal (habitualmente a partir de las 24 horas de vida), las últimas recomendaciones recomiendan no bañar al bebé hasta que se caiga el cordón. Si decides hacerlo, recuerda que debes secarlo muy bien para no retrasar su caída y evitar infecciones.

Además, los pequeños nacen con el cuerpo cubierto de la vérnix caseosa, una sustancia que protege la delicada piel del bebé que debe ir desapareciendo por sí sola. Para que se beneficie de sus propiedades, merece la pena retrasar el primer baño del bebé.

 

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Recuerda que bastará con que bañes a tu pequeño dos o tres veces por semana. El baño no debe durar más de 10 minutos y debes usar jabones hipoalergénicos con PH neutro y una esponja natural (no hace falta que uses un champú para la cabeza si no tiene pelito). Para limpiar los ojos puedes usar suero fisiológico y si tiene mocos, puedes realizar lavados nasales.

Las uñas del bebé

Aunque existe la costumbre de poner manoplas al bebé nada más nacer para evitar que se arañe, la realidad es que debemos dejarle las manos libres. El motivo es sencillo: es su principal forma de estar en contacto con el mundo en este momento.

Puedes cortar las uñas desde el nacimiento, aunque deberás usar tijeras especiales para bebés con las puntas redondeadas. Y nada de limárselas, las uñas de los bebés no tienen la consistencia adecuada y podrían astillarse y dañar sus deditos.

Evita el sol directo

Es importante que expongamos al bebé a la claridad. De esta forma, controlaremos los niveles altos de bilirrubina en sangre, habituales en los recién nacidos.

 

Mentiras sobre la lactancia materna

 

Así, se puede salir a pasear con el pequeño, lo que no solo es bueno para él (y evita la ictericia del recién nacido), sino también para la mamá. Eso sí, es fundamental evitar las horas centrales del día, sobre todo en las épocas y zonas de más calor. También lo podemos poner pegado a una ventana cuando no dé directamente el sol.

En ningún caso debemos exponerlo a los rayos directos del sol. Tampoco es aconsejable el uso de cremas solares protectoras hasta que cumpla los seis primeros meses.

Cólicos del lactante

Los temidos cólicos del lactante suelen aparecer a los 15 días de vida, aunque son más frecuentes a la sexta semana y se pueden alargar hasta los tres o cuatro meses.

Aunque se desconoce su causa exacta, se caracterizan por un llanto intenso y prolongado, que no tiene causa aparente. Además, suelen ocurrir a la misma hora, coincidiendo casi siempre con el atardecer. El bebé suele encoger las piernas sobre el abdomen y cerrar los puños, manteniendo la cara enrojecida.

 

 

En muchas ocasiones, tendemos a poner al bebé en el cochecito o la cuna en cuanto dejan de mamar. Tras varias repeticiones, ellos aprenden que el pecho es la única forma de que les cojan en brazos, por lo que insisten en engancharse constantemente, lo que les lleva a comer demasiado. Esto les puede provocar más gases e incluso vomitar. Puedes evitarlo de forma muy sencilla: coge a tu bebé en brazos siempre que puedas. También puedes elegir portear a tu pequeño.

Vitamina D

Durante el primer año de vida, los bebés amamantados o aquellos que toman menos de un litro de leche de fórmula al día, deben tomar un suplemento de vitamina D.

Sin embargo, los niveles bajo de vitamina D pueden tener efectos graves como raquitismo, caries, problemas de desarrollo y enfermedades pulmonares y cardiovasculares.

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