¿Qué hago con la crema solar que compré el verano pasado?

Llega el verano, el sol y nos vamos a la playa o a la piscina. Uno de los imprescindibles es la crema solar. Encuentras un bote del año pasado, ¿qué hacer? ¿Cuánto tarda en caducar la crema solar? ¿Se puede usar? ¿Sigue siendo efectiva o es perjudicial?

¿Cuánto tarda en caducar la crema solar?

Hay diversas teorías sobre si se pueden utilizar o no las cremas solares de año en año o hay que comprar nuevos envases. Es muy común tener botes que no se hayan consumido por completo de la temporada anterior. ¿Han perdido propiedades?

Si el bote está cerrado, no pierde propiedades

Bien conservado, el protector solar no pierde propiedades. Es la conclusión de un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) que asegura que si se guarda bien cerrado en un armario a una buena temperatura y si el bote está cerrado, a los 12 meses sigue manteniendo su nivel de protección.

En el análisis, se ha comprobado que aquellos envases que no se hayan abierto, aunque estén acumulados en casa, se pueden utilizar perfectamente manteniendo todas sus propiedades. 

En este sentido, desde la OCU se recuerda la denominada PAO (Period After Opening). Es decir, la fecha en la que se supone que el producto hace efecto una vez abierto. Por tanto si está cerrado, este indicativo no se debe tener en cuenta para nada.  

¿Y qué pasa con los botes abiertos y a medio usar?

En el caso de que sí se hayan abierto y utilizado, la OCU puso a prueba los productos sometiéndolos a condiciones similares a las que tendrían en un viaje real. Es decir, temperaturas bastante elevadas, impacto del sol, e incluso bajas temperaturas, por si se hace un viaje en avión. Los resultados ponen de manifiesto que un año más tarde las cremas mantienen su nivel de protección y textura incluso si los botes han sido abiertos.

Eso sí, la OCU advierte de que en estos casos, para conservar esta eficacia, durante los 12 meses se deben seguir las siguientes indicaciones:

• Guardar el producto limpio y sin restos de arena ni otros agentes externos, ya que podrían alterar la eficacia. 
• Mantenerlas en lugares cerrados, como armarios o cajones en los que no dé el sol nunca.
• Preferiblemente la conservación debe hacerse fuera del baño, evitando la humedad. Debe ser un ambiente seco y fresco. 
• La temperatura óptima para guardarlas es de 22 grados. Obviamente no se puede mantener al pie de la letra, pero teniendo esto en cuenta, escoger las estancias más frescas de la casa. 
• Por supuesto, si, a pesar de todo, al abrir el bote no huele bien, tiene una textura más líquida o el color es diferente, el producto no se ha conservado bien y habría que desecharlo. 

Consejos sobre la protección solar en los bebés y niños

La crema solar es imprescindible en casi todas las épocas del año. Pero aún más, si cabe, en verano. De ahí que sea fundamental mantenerla en óptimas condiciones para asegurarnos de que está cumpliendo su función de protección. 

Proteger la piel del sol evita los rayos UVA y previene el cáncer de piel. Pero también es útil para retrasar el envejecimiento cutáneo y evitar que aparezcan manchas. En el caso de los bebés y los niños hay que tener especial cuidado ya que tienen una piel muy sensible. De hecho, es importante recordar que los bebés menores de 6 meses no deben exponerse directamente al sol y no se les puede aplicar crema solar de ningún tipo. La piel de los bebés es muy sensible y puede absorber los productos químicos y provocar alergias o irritaciones. 

Con más de 6 meses, sí se les puede (y se les debe) proteger del sol con cremas que sean lo más naturales posibles y reaplicarlas con la frecuencia adecuada cuando vamos a la playa o a la piscina.

Si tienes dudas al respecto, puedes consultar online a nuestra dermatóloga infantil, Mónica Roncero, en la Tribu CSC, donde además podrás asesorarte con el resto de nuestro equipo de expertos en salud materno-infantil y crianza respetuosa.