El calor extremo puede ser peligroso durante el embarazo: Cómo cuidarte tú y a tu bebé

El calor extremo tiene importantes riesgos para la mujer embarazada y el bebé. Por ello, es importante evitarlo y prestar atención a los síntomas de un golpe de calor.

¿Cómo afecta el verano en el embarazo?

Vivir un embarazo en verano tiene ventajas e inconvenientes. Y, entre estos últimos, el calor y las altas temperaturas son uno de los principales hándicaps. No en vano, la temperatura corporal de una embarazada tiende a ser ligeramente superior al resto y se puede disparar al aumentar la temperatura exterior.

Hay que tener en cuenta además que el calor extremo es ya de por sí una importante amenaza para la salud pública. Por ello, deben prestar especial atención los niños, personas mayores y enfermos y las mujeres embarazadas.

 

 

Y lo que es peor, la situación no tiene visos de mejorar. Entre los efectos más importantes del cambio climático se encuentra el aumento de la frecuencia, intensidad y duración de las olas de calor. De hecho, el año 2023 fue el más caluroso de todos los registrados hasta la fecha.

Riesgos del calor extremo en la mujer embarazada y el bebé

El principal riesgo del calor extremo es el parto prematuro (el estrés térmico podría inducir la inflamación de la decidua, la parte materna de la placenta y desencadenarlo) y la muerte fetal. De hecho, una revisión sistemática que incluyó estudios de 27 países (entre ellos Estados Unidos, China, algunos países europeos y del África subsahariana) demostró que por cada aumento en la temperatura ambiental, el riesgo aumentaba en un 5%.

Pero esta amenaza es mayor en los países en vías de desarrollo donde las mujeres suelen dedicarse a la agricultura o a otros trabajos manuales y lo hacen hasta prácticamente el final de la gestación. Así lo demuestra un estudio publicado en 2022 en The Lancet en el que se hizo seguimiento de 92 agricultoras embarazadas que trabajaban en Gambia (África).

Y descubrieron que el estrés de la madre provocado por el calor extremo se replicaba en los bebés al nacer. De esta forma, observaron que por cada grado que se incrementaba la temperatura, se producía un aumento del 17% en el estrés del feto, con una frecuencia cardíaca anormalmente alta o con un flujo sanguíneo más lento en el cordón umbilical.

 

 

Y aunque “puede parecer poco”, tal y como explica el autor principal del estudio, Matthew Chersich, lo cierto es que el cambio climático y los episodios de calor cada vez más extremos y frecuentes podrían poner en peligro a las mujeres embarazadas y a sus bebés.

Además del parto prematuro y la muerte perinatal, hay otros riesgos del calor extremo para la mujer embarazada y el bebé:

• Bajo peso del bebé al nacer.
• Disminución del flujo sanguíneo a la placenta, lo que conlleva menos nutrición y oxígeno para el bebé.
• En caso de deshidratación, los cambios hormonales podrían provocar liberación de prostaglandinas y oxitocina, lo que podría conllevar el parto prematuro.
• Daños de las células y la función de la placenta debido a que la exposición al calor puede liberar proteínas de choque térmico.

Aunque es complicado determinar en qué momento del embarazo son más peligrosas las altas temperaturas, diferentes estudios sugieren que las embarazadas pueden correr un alto riesgo de estrés térmico a medida que se acerca la fecha del parto. Mientras, otras investigaciones resaltan que cuando ocurre al principio del embarazo, el feto corre el riesgo de sufrir defectos cardíacos, de la médula espinal o del cerebro.

 

 

Por ello y para evitar estos riesgos, hay que estar muy pendientes de los síntomas de un golpe de calor para tratarlo cuando antes. Entre ellos, destacan la sudoración y piel pálida, los mareos y desmayos, dolor de cabeza, náuseas o vómitos, pulso y respiración rápida calambres musculares o aparición de sarpullido.

Entre los síntomas más graves de un golpe de calor se encuentran sed intensa, dificultad para hablar, falta de coordinación o confusión y comportamiento extraño o agresivo. En caso de aparecer cualquiera de ellos, es importante consultar cuanto antes o acudir al médico. En la Tribu CSC cuentas con un equipo de expertos/as, entre los que se encuentra la matrona Sara Caamaño que te ayudará a resolver todas tus dudas.

¿Cómo combatir el calor durante el embarazo?

Si estás embarazada o tienes un bebé muy pequeño, el mejor aliado contra las altas temperaturas es el aire acondicionado o el ventilador. Lo puedes usar incluso con recién nacidos, siempre con una serie de precauciones, como ponerlo a una temperatura en torno a 23 y 26ºC o no ubicarnos en la salida directa del aire. Además, es importante:

• Mantenerse bien hidratada bebiendo suficiente agua.
• Evita salir a la calle en las horas centrales del día. En caso de no tener más remedio que hacerlo, protégete siempre con un sombrero o gorra y no olvides la protección solar.
• Durante el día, cierra las persianas y las cortinas de casa.
• Usa ropa cómoda y amplia, de colores claros y de fibras naturales y transpirables como el algodón o el lino.
• Presta especial atención al descanso y trata de iniciar el sueño tumbada sobre el lado izquierdo para favorecer la llegada de oxígeno y nutrientes al feto.

 

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