Tengo un adolescente en casa. Me está sirviendo para hacer prácticas porque en un par de años tendré tres. Así que, más vale ir pillando el truco a esta etapa para que no me atropelle.…

Los cambios psicológicos en la adolescencia modifican el pensamiento, las emociones y las conductas de los adolescentes; como mecanismo de adaptación a la transición hacia la vida adulta y las nuevas y más complejas competencias que esta requiere.
Cambios en la adolescencia: ¿Cuánto duran?
Según Juluis Warren, “la adolescencia es como una casa en tiempo de mudanza: un desorden temporal”. Y es que ya la palabra adolescencia tiene su origen en el latín “adolecere”, o lo que es lo mismo “crecer hacia la madurez”.
La etapa de la adolescencia es una transición de la niñez a la edad adulta. Es una época en la que se producen muchos cambios y el/la adolescente tiene que adaptarse a ellos. La adolescencia es, en definitiva, una etapa de deconstrucción y construcción de la personalidad.
Además, es una etapa relativamente larga en la vida, que se va desarrollando de forma progresiva. Aunque no hay una acotación universal, la OMS define la adolescencia entre los 11 y los 19 años, separándola a su vez, en dos fases: la temprana, entre los 11 y los 14; y la tardía, entre los 15 y los 19.
Finalidad: Definir la identidad
Según este estudio de neuropsicología, “Factores psicológicos en la adolescencia”, la adolescencia está marcada por un sentimiento de singularidad individual y de sentirse único, por una unificación de los principios, valores y pensamientos anteriormente recibidos, con los propios.
Todo/a adolescente necesita saber quién es, necesita sentirse respetado y amado. El niño o la niña prepúber se identifica a través de sus padres o los adultos de su entorno, pero el/la adolescente necesita desarrollar su propia identidad y ser él mismo/a.
Todos estos cambios pueden provocar conductas incómodas para los padres, pero son necesarias para alcanzar la madurez. No olvidemos que todo este proceso tiene como fin el desarrollo de su identidad.
Cómo afectan los cambios psicológicos en la adolescencia: ¿Crisis del adolescente?
La adolescencia es una transición en la vida y como toda etapa de transición en un ciclo vital, puede suponer una crisis. Según el estudio, la «crisis» de adolescencia se puede percibir como una amenaza o como una oportunidad, según el individuo y su forma de enfrentarse a esta etapa.
Pero, en cualquier caso, lo habitual es que surjan dificultades en este momento vital. Y no tiene que significar que el/la adolescente no se adapte, sino que es una fase de la vida en la que se desencadenan una serie de síntomas y trastornos psicopatológicos que no son fáciles de asumir y a los que el individuo tiene que adaptarse.
La considerada «crisis del adolescente» surge cuando se produce un conflicto de identidad. Hasta este momento es un niño o una niña dependiente de sus padres, y ahora se desliga más de ellos, logrando una mayor autonomía. Desde el aspecto cognitivo, es una fase de desarrollo y consolidación de la identidad personal.

En esta etapa, el pensamiento es más abstracto y el razonamiento más sofisticado. Las reflexiones del adolescente pasan de ser más concretas a más complejas, empiezan a tomar sus propias decisiones y tener sus propias opiniones, además de ser capaces de ejecutar procesos de inducción y deducción.
Además de esto, se producen una serie de cambios biológicos muy evidentes. Con la llegada de la pubertad, el adolescente cambia considerablemente su aspecto físico y tiene que adaptarse a su nueva imagen.
Los intereses sociales y sexuales también se modifican. Sienten la necesidad de pertenecer a más grupos sociales, diferentes al de la familia. Los cambios emocionales en la adolescencia les llevan a comenzar sus primeras relaciones de pareja. Sí, así es, también hay cambios sociales en la adolescencia.
Todo lo anterior provoca la llamada «crisis del adolescente», que no es más que un periodo en el que el individuo se adapta a su nueva identidad, y va asumiendo sus cambios físicos y psicológicos.
Los cambios psicológicos más importantes en la adolescencia
Las transformaciones que se viven en la adolescencia vienen provocadas por una serie de cambios psicológicos inevitables. Son necesarios para el desarrollo del individuo hacia la madurez. Lo que no quita que sean difíciles de gestionar (para ellos/as y, a veces también, para la familia).
¿Cuáles son los cambios psicológicos y sociales en la adolescencia?
En primer lugar, y como uno de los cambios más importantes en este periodo está el egocentrismo. Los adolescentes comienzan a tener una conciencia de sí mismos, por lo que este egocentrismo no es malo. Se trata de un proceso por el cual debe decidir cómo quiere ser, qué aspectos le gustan de sí mismo/a y cuáles no, se compara con los/as demás, etc.
Por ello, es vital en esta etapa otro de los cambios cognitivos: el pensamiento formal. En esta fase de la vida es cuando se produce una maduración mental en la que desarrollan sus propios pensamientos e intereses. Es el punto en el que establecen su propia escala de valores. Tanto para elegir sus grupos de iguales, como para lo que le gusta y lo que no, y lo que están dispuestos a hacer y lo que no.
También pasan por un momento de incomprensión y necesidad de intimidad. Con todos estos cambios, pueden sentir que nadie les entiende y necesitan su espacio para autoconocerse y forjar sus decisiones.
Todo esto implica una serie de cambios importantes:
Autoconcepto más lógico, construido desde las propias emociones y pensamientos
Durante nuestra infancia, nos autodefinimos y construimos nuestra autoestima en base a lo que escuchamos que los demás dicen de nosotros. Así, si una niña pequeña oye a menudo que es lista, crecerá interiorizando este concepto sobre sí misma. En la adolescencia, sin embargo, comenzamos a concebirnos a partir de nuestro propio interior psicológico.
Nos definimos en base a lo que pensamos y sentimos, nuestros deseos, necesidades, etc. Es decir, nuestro autoconcepto e identidad se basa cada vez menos en lo que piensan los demás de nosotros y cada vez más en la manera en la que nosotros mismos nos pensamos y sentimos.
Al no basarse en elementos externos, sino fundamentarse en ideas más lógicas, autónomas y centradas en pruebas y experiencias propias; los/as adolescentes comienzan a tener un concepto de sí mismos/as más lógico y coherente.
El impacto de las relaciones sociales en la identidad
La personalidad del adolescente va configurándose también en base a las interacciones sociales que lleva a cabo con otros grupos sociales distintos a la familia. Ellos/as mismos /as eligen ahora a sus amigos, sus primeras parejas, etc. Las relaciones recíprocas que tienen con otras personas, y lo que sienten a través de ellas, deja también una impronta en su identidad.
Identidad más abstracta y personalidad compleja
Ahora el/la adolescente concibe la identidad personal en función de términos más abstractos, amplios, complejos y conceptuales. Disminuye también la tendencia a verse a sí mismos de forma global y simple, para concebirse como personas complejas y diferenciadas, con sus propias características individuales.
Fenómeno de «audiencia imaginaria»
El concepto de audiencia imaginaria hace alusión a la obsesión del adolescente por la imagen que los demás tienen de él/ella, y la suposición de que todo el mundo le observa constantemente. Esto es debido a que las chicas y chicos adolescentes se vuelve muy conscientes de sí mismos y de su exposición ante los demás.
Esto, unido al hecho de que el grupo social es cada vez más importante para ellos/as, les lleva a actuar constantemente para una «audiencia imaginaria». Por ejemplo, al mirarse delante de un espejo se preocuparán más por si a sus amigos/as les gustará lo que llevan puesto.
Fábula personal: «Me siento único» (y solo)
El concepto de «fábula personal» en la adolescencia está relacionado con este nuevo narcisismo, y el surgimiento del sentimiento de invulnerabilidad. Parece que empiezan a sentirse únicos y se sienten capaces de enfrentarse a retos nuevos. Una nueva forma de sentir alimentada por el descubrimiento de que sus opiniones y sentimientos son totalmente distintos a los del resto.
Esto hace que sientan sus emociones de forma intensa y experimenten de forma radical cada situación o experiencia. Pueden pensar, por ejemplo, que nadie ama tan profundamente a alguien, sentirse profundamente heridos o creer que son los únicos en sacar conclusiones acertadas sobre una determinada cuestión.
Y aunque la mayor parte de las madres y padres estén familiarizados con sus lamentaciones y sus emociones, porque también las han vivido, los/las adolescentes sienten que nadie en el mundo se ha sentido sentido así antes, o que nadie ha vivido lo mismo; lo que hace que se acreciente su sentimiento de incomprensión.
Oscilaciones en la autoestima
La actitud del adolescente hacia sí mismo/a y su propia opinión de sí mismo/a oscila: es a veces favorable y a veces desfavorable. En ocasiones se sienten seres excepcionales, y en cambio otras veces se perciben como inferiores a sus compañeros.
La autoestima en esta etapa está muy influenciada por el miedo a hacer el ridículo, por lo que la adolescencia es una etapa de «tanteos», de probar, investigar y descubrir, hasta encontrar el propio lugar y la propia identidad.
¿Qué hacer como padres?
En una etapa tan convulsa y cambiante, el apoyo y comprensión de la familia es fundamental. Todos los cambios psicológicos, emocionales y físicos pueden generar conflictos entre [p]madres e hijos/as si no se entiende el proceso natural que sufren los jóvenes.
Por ello, es recomendable seguir los siguientes consejos:
- Escuchar de manera empática.
- Fomentar siempre el cariño con tus hijos/as.
- Mantener una comunicación fluida en casa y no tener tabúes para hablar de todos estos cambios.
- Darle confianza fomentando su autonomía y otorgándole responsabilidades.
- Establecer límites, pero razonables (que pueden, según el caso, ser más o menos flexibles; y siempre coherentes).
- Promover la negociación para tomar decisiones en familia.
- Manifestar interés en los aspectos de su vida: nuevas tecnologías, intereses, etc.
- No restar importancia a sus preocupaciones y ayudar a que se sienta comprendido/a en todo momento.
Si, aún así, surgen otros problemas, o se produce una situación insostenible en casa en la que el adolescente no asume su nueva identidad, se debe contactar con especialistas. En la Tribu CSC puedes consultar a nuestro equipo de expertos en salud materno-infantil, psicología infanto-juvenil, educación positiva y crianza respetuosa.
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¿Qué problemas pueden surgir?
Lo normal es que la etapa de la adolescencia se viva bien. Con los problemas habituales de la personalidad de un/a adolescente que se enfrenta a esta fase de su vida y “choca” con las ideas de sus padres.
Sin embargo, hay que tener cuidado ya que según la OMS, entre el 10% y el 20% de los adolescentes sufren trastornos emocionales y de conducta en esta etapa. Los más frecuentes son: ansiedad, trastornos de conducta alimentaria, depresión, rivalidad entre hermanos, trastorno del sueño, de la actividad y la atención y de estrés.
Por ello es tan importante el apoyo familiar. Los/as adolescentes tienen que sentir que sus progenitores les apoyan y pueden contar con ellos.
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