8 Características de los bebés nacidos en verano, según la ciencia

Este post se publicó originalmente el 02/08/2023 y ha sido actualizado en fecha 18/08/2024

Más allá de los signos del zodíaco, los bebés nacidos en verano tienen unas características que los hacen diferentes, según la ciencia. Repasamos cómo son los peques que nacen en los meses más calurosos del año.

Características de los bebés nacidos en verano

Nacer en una determinada época del año nos hace tener características especiales que nos diferencian de otros. ¡O al menos eso es lo que dice la ciencia!

¿El motivo de estas diferencias entre los bebés que nacen en verano o invierno? Según los expertos, hay sustancias químicas cerebrales claves que están involucradas en la formación de la personalidad.

Y la producción de estas sustancias va variando en el cuerpo de la madre en función de la época del año, lo que podría influir en el desarrollo del feto y su personalidad.

Tienen una personalidad más alegre y positiva

Según un estudio publicado en ‘ScienceDaily’, los bebés que nacen en los meses de verano, en los que hay más horas de luz solar, tienen una personalidad alegre y tienden a asumir más riesgos.

En la misma línea se sitúa el Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología, que asegura que las personas que nacen en primavera y verano tienden a ser positivas, a veces en exceso.

Precisamente, contar con más luz disminuye el riesgo de sufrir depresión, esquizofrenia o trastorno bipolar, enfermedades que suelen aumentar en los bebés nacidos en invierno.

Sin embargo, el investigador Spiro Pantazatos de la Universidad de Columbia (EEUU), descubrió una mayor tendencia a la esquizofrenia en los hombres nacidos en verano debido a una peculiaridad en su masa gris. Algo que no ocurre en las mujeres y que Pantazatos achaca a «los efectos que el fotoperiodo del verano tiene sobre los genes que regulan el ciclo circadiano (el reloj celular)».

Suelen ser más altos

La mayor exposición a la luz puede influir en que los bebés nacidos en verano sean más altos que el resto. Sin embargo, es cierto que la diferencia es pequeña, según se reveló en un estudio publicado en la revista ‘Nature’.

A la misma conclusión llegaron los científicos de Avon Longitudinal Study of Parents and Children de la Universidad de Bristol, quienes siguieron la evolución física de 7.000 nacidos en verano durante más de 18 años. Estos medían 0,5 cm más de media a los 10 años y tenían los huesos más gruesos que los nacidos en otras épocas del año.

¿El motivo? Podría deberse a que al exponerse la mujer embarazada a más horas de luz, hay mayores concentraciones de melatonina en su cuerpo, lo que podría estimular un aumento de las hormonas del crecimiento.

Características de los bebés nacidos en verano: más zurdos

Tras examinar a hombres reclutados del Ejército francés, a jugadores de béisbol de Estados Unidos y datos de la Oficina del Censo de EEUU y el Centro Nacional de Estadísticas de Salud, la revista ‘Perceptual and Motor Skills’ concluyó que el 41,2% de los zurdos de estos grupos de población nacieron entre marzo y julio.

Mejor gestión de emociones y resolución de conflictos

A los 18 meses, los bebés nacidos en verano gestionan mejor sus emociones, además de contar con una mayor capacidad para determinar una acción ante un conflicto, según un estudio realizado en Japón.

Mejor salud, una de las características de los bebés nacidos en verano

Un estudio de la Universidad de Cambridge y publicado en la revista Heliyon, sugirió que la exposición al sol continuada durante el segundo trimestre del embarazo podría ser beneficioso para el bebé, haciendo que nazca más sano.

A ello se suma algo obvio: los bebés nacidos en verano sufren menos el ataque de bacterias y enfermedades asociadas, ya que estas son mucho más comunes en los meses de frío.

Los bebés nacidos en verano tienen menos alergias

La vitamina D es conocida como la vitamina del sol y su deficiencia puede debilitar el sistema inmunológico. ¿La consecuencia más inmediata? La aparición de más alergias. Así lo ponen de manifiesto estudios holandeses, japoneses y escandinavos en los que se muestra una mayor presencia de alergias alimentarias en los bebés nacidos en otoño e invierno, frente a los que lo hacen en primavera y verano.

Pero además, en verano se evita en parte las épocas de polinización. Así, un estudio de la Universidad de Berkeley detalla cómo nacer en otoño o invierno aumenta el riesgo de sufrir asma debido a la mayor exposición a los virus respiratorios propios de los meses de invierno.

Prefieren las noches a las mañanas

Los bebés que nacen en los meses de más calor tienden a ser seres nocturnos y suelen acostarse más tarde que los que nacen en los meses fríos. Lo revela un estudio en la revista Sleep, donde explican que los primeros tienen relojes internos con días más largos que los segundos. Nuestra propia forma de vida es también un claro ejemplo de ello. En los meses de verano solemos alargar las noches, mientras que en invierno nos acostamos antes, influidos también por la ausencia de luz.

Mayor éxito profesional

Según la Universidad sueca de Umea, los bebés que nacen en los meses más calurosos del año suelen tener más éxito profesional en su vida adulta. Según los investigadores, tienen una actitud más aventurera que les lleva a aceptar más retos, que, unido a su actitud más positiva en la vida, les hace creer que son más propensos a la buena suerte.

Tienen peor vista

No todo es bueno. Según una investigación de la Universidad de Tel Aviv (Israel), los bebés nacidos en verano ven peor de lejos, con un 24% más de posibilidades de ser «severamente miopes» el resto de su vida. Según el investigador principal, el oftalmólogo Yossi Mandel, «es muy probable que sea por efecto de la exposición a la luz». Es por ello que se recomienda que los bebés y niños pequeños usen gafas de sol infantiles, ya que sus ojos son mucho más sensibles y vulnerables que los nuestros.

Son menos longevos

Una persona nacida en verano tiene aproximadamente 3 meses menos de esperanza de vida que una persona nacida en invierno, según un estudio español.

Este hecho se debe a que para las personas que cumplen años en invierno sus tres trimestres anteriores son menos duros que aquellas personas que cumplen años en el resto de los trimestres. Este efecto es similar tanto en hombres como en mujeres.

Por lo tanto, añaden los investigadores de la Universitat de València, la probabilidad de fallecimiento no solo depende de la edad, sino también del trimestre de nacimiento dentro del año.

¿Cómo influye la luz en el ciclo de la vida?

La luz ejerce un papel importante a la hora de definir la personalidad. Y pesar de que se ha investigado y se han realizado todo tipo de experimentos, también hay muchas incógnitas aún pendientes de resolver.

Pero sí hay patrones que se repiten. Por ejemplo, un experimento hecho con ratones en la Vanderbilt University y publicado en ‘Nature Neuroscience’, se centró en criar a la vez a dos grupos de roedores, unos expuestos a la luz simulando el verano y otros a la oscuridad imitando el invierno, algo que hicieron desde el nacimiento hasta su destete.

Cuando fueron adultos, se les cambió el régimen de vida y los resultados llamaron la atención: los ratones nacidos en invierno se seguían mostrando menos activos al pasar a horas con más luz, mientras que los ratones nacidos en verano no mostraron menos vitalidad en su invierno simulado.

Cuando los pasaron a todos a la oscuridad, este último grupo tampoco bajó su ritmo de vida. Por tanto, los relojes genéticos de las células de los roedores estaban ralentizadas o aceleradas según si se nace con mayor horas de luz o de oscuridad.

En el experimento también analizaron las consecuencias psicológicas y concluyeron que los roedores de verano se adaptaban mejor a los cambios de estación, mientras que los de invierno sufrían un síndrome que, en el caso de los humanos, se describe como trastorno afectivo emocional o lo que es lo mismo, una depresión invernal.

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