“Si no recoges la mesa ahora, te quedas sin ir al parque”. ¿Castigo o consecuencia? La línea que separa ambos conceptos puede ser muy fina, especialmente, si no tenemos experiencia ni conocimientos sobre crianza respetuosa…
Este distrito de Missouri eliminó estas prácticas en el año 2001 y el pasado mes junio se decidió en el último consejo escolar del curso que se podían volver a aplicar estos castigos corporales a los alumnos.
Castigo físico con el consentimiento de los padres
Este nuevo curso comienza con la admisión de esta forma de castigos para niños de los profesores a los 1.900 alumnos de este centro. Los profesores podrán dar azotes a los niños, siempre que se haya probado antes con otras formas de castigo y hayan fracasado.
También es necesario que las familias estén de acuerdo. Es decir, que los progenitores han de dar el consentimiento para que los docentes puedan castigar con azotes a sus hijos.
De hecho, uno de los portavoces del centro, Merlyn Johnson, aseguró al periódico The Springfield News-Leader que esta decisión se tomó después de realizar una encuesta de forma anónima entre las madres y los padres de los alumnos. A raíz de los resultados, se aprobó esta nueva forma de castigo en el consejo escolar.
Desde el periódico DW intentaron contactar con los directores del centro sin éxito. Parece que al haber salido todo a la luz y generar cierta polémica, no quieren dar explicaciones a los medios. Una mujer, sin identificarse, cogió el teléfono y le dijo al periodista que ya habían hecho entrevistas y que se iba a centrar en “educar a nuestros estudiantes» y le sugirió que leyera la política aprobada.
Política de azotes por escrito
Una vez se aprobó en el consejo escolar, se publicó una política en la que se especifica cuándo se puede proceder con esta forma de castigo, bajo qué circunstancias, etc. Johnson, como portavoz, asegura que muchos padres se quejaban de que no se utilizara el azote como forma de disciplina. Y pedían que se incluyera.
Asegura que, a pesar de que en las redes sociales se está haciendo una campaña en contra de esta medida, la mayoría de los padres apoyan esta forma de castigo entre los alumnos.
En la política se especifica que el castigo físico solo se podrá utilizar cuando no se vayan a producir lesiones ni daños corporales. Se indica que zonas, como la cabeza o la cara, no se pueden golpear. Además, no se podrá realizar delante de otros estudiantes.
Resulta increíble cómo se ha elaborado y redactado de manera explícita cómo se puede y no se puede castigar a los niños y niñas con azotes. Especificaciones como las zonas en las que golpear o cómo evitar lesiones llaman especialmente la atención.
Los consejos escolares continúan apoyándolas y los padres consintiéndolas, a pesar de que este tipo de abusos tienen unas consecuencias muy perjudiciales en los niños y niñas,
“Resulta intolerable que se acepte cualquier forma de maltrato infantil por las gravísimas consecuencias físicas y psicológicas que supone para el desarrollo de los niños y niñas. El maltrato físico causa un gran impacto en la vida de los niños tanto durante la infancia como posteriormente en la edad adulta.
Los niños y niñas que sufren maltrato físico desarrollan una baja autoestima, dificultades de conducta, aislamiento e incluso ideación suicida. Como sociedad es un paso atrás que este tipo de prácticas estén permitidas”, tal y como subraya Elena Mesonero, la psicóloga infantil de la Tribu CSC.
Y lo más escalofriante es que Missouri no es el único estado en el que estas prácticas están permitidas. En total, son 19 estados americanos los que mantienen este tipo de políticas para castigar a los alumnos.
A pesar de las denuncias en medios de comunicación y las campañas masivas en redes sociales, parece que en estos estados se prefiere seguir con estas prácticas, que en el resto del mundo civilizado son consideradas castigos antiguos para niños. No en vano, el castigo físico no puede resultar más que abusivo y contraproducente, ya que es maltrato infantil.
El castigo físico en las escuelas y en el hogar, castigado por ley en España
En España, los progenitores o quienes ejercen la patria potestad de los menores, tienen el derecho a educar, criar y corregir a sus hijos e hijas de acuerdo a sus creencias, principios y valores. El único límite es la prohibición del uso del castigo físico, los tratos crueles, humillantes o degradantes y cualquier tipo de violencia contra niños y adolescentes, tal y como ha manifestado el Tribunal Supremo en varias sentencias, en las que establece que no está amparado pegar a los/as hijo/as para corregirles.
Es decir, pegar a los hijos es delito y puede conllevar penas de cárcel y/o retirada de custodia. Es más, en este sentido, el maltrato psicológico también es severamente castigado en los tribunales.
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