Aunque se asume que durante los primeros años, los bebés y niños duermen mal, en ocasiones puede deberse a algún trastorno de sueño como las pesadillas o los terrores nocturnos. ¿Es posible identificarlos en casa?…
Suele ser habitual que el cambio de estación y la llegada del buen tiempo traiga consigo los catarros de primavera. ¿Cómo tratarlos?
Dejamos atrás el frío intenso, y empiezan a subir las temperaturas, al menos durante el día. ¿Verano ya? No, pero nos animamos a ir dejando atrás la ropa de abrigo antes de tiempo. Los cambios bruscos de temperatura son habituales en estas fechas y unido a ambientes poco ventilados y las alergias propias de la primavera, son los aliados perfectos para los primeros resfriados de primavera.
Los catarros de primavera
Los resfriados están provocados por un virus o una bacteria que entra en las vías aéreas y provoca una infección. Y aunque estos se ven favorecidos por el frío (lo que no significa que las bajas temperaturas provoque resfriados), es cierto que pueden aparecer en cualquier época del año.
Tal y como explica Anna Ferran, experta en fisioterapia cardiorespiratoria del equipo de Criar con Sentido Común, los catarros de primavera no se diferencian en nada del resto de resfriados que podemos sufrir en cualquier otra época ya que, para que ocurra, lo único que hace falta es un virus o una bacteria. Y este puede encontrarse en el ambiente en cualquier momento del año. Además, pueden verse beneficiados por los cambios de temperatura, los primeros baños en la piscina o el mar (que suele estar todavía muy fría) y los ambientes secos y poco ventilados.
Sin embargo, en los últimos años sí se ha comprobado un aumento de los resfriados en primavera relacionados con la COVID-19.Y es que, a pesar de las medidas de higiene y el uso de las mascarillas, los altos niveles de polen en algunas zonas provoca que, aunque no seamos alérgicos, nuestro cuerpo sí se mantenga ocupado identificando ese polen del ambiente.
¿El resultado? «Es más fácil que nos infectemos de cualquier virus porque el sistema inmunitario está algo despistado en esta época del año», advierte Ferran. Si tienes cualquier duda sobre este tema, la fisioterapeuta experta en aparato respiratorio y el resto del equipo de profesionales, contestan a diario las consultas de las familias de la Tribu CSC.
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Se calcula que hay unos 200 virus diferentes que pueden provocar resfriados. Los rinovirus son los más habituales, a los que se suman el virus respiratorio sincital (VRS) al que hay que prestar más seguimiento ya que puede desembocar en una neumonía o bronquiolitis.
Síntomas de los catarros de primavera
En cualquier caso, los síntomas de los catarros de primavera o invierno, son prácticamente los mismos. Entre ellos, se encuentran:
- Congestión nasal.
- Mocos.
- Tos.
- Dolor o picor de garganta.
- Estornudos.
- Dolores corporales.
- Dolor de cabeza leve.
- Febrícula y, en ocasiones, fiebre no muy alta.
- Malestar general.
La facilidad de contagio de un resfriado es alta ya que los virus se transmiten a través de las secreciones de la tos y los estornudos o a través del contacto con superficies y objetos contaminados. Por ello, para prevenir su contagio, Anna Ferran recomienda las mismas pautas que aprendimos con la Covid-19: buena higiene de manos, distancia social (especialmente con personas enfermas) y buena ventilación de los espacios.
Además, hay que evitar los contrastes bruscos de temperatura, más acusados en primavera durante el día y la noche y con los primeros baños al aire libre para evitar que el sistema de evacuación del moco se ralentice con la bajada de temperatura.
¿Cómo tratar los resfriados primaverales?
Los catarros se curan solos, pero eso no significa que no podamos hacer nada ya que, de hecho, podemos centrarnos en los síntomas. Además de cuidar especialmente el descanso y la alimentación, para pasar mejor los catarros de primavera, es fundamental mantenerse muy bien hidratado para que sea más fácil mover el moco, evitando que las bebidas estén muy frías.
Si hay mocos en la nariz, se pueden eliminar con suero fisiológico, usando 2,5 ml por fosa nasal (0,5 ml en el caso de los recién nacidos). Tras poner el suero en la nariz, hay que cerrar la boca al peque para que inspire por la nariz y trague los mocos (es lo que se conoce como técnica DDR: Desobstrucción Rinofaríngea Retrógrada).
La tos es una respuesta natural del cuerpo para despejar las vías respiratorias y, por ello, no están recomendados los antitusivos ni otro tipo de medicamentos. Según explica Anna Ferran:
«La tos seca puede acabar siendo productiva. Y si damos jarabes para la tos seca, puede que estemos evitando una tos que podría movilizar moco. Al inhibirla, el peque puede acabar con una infección que se podía haber evitado si dejamos al cuerpo hacer su trabajo natural«.
Lo que sí podemos usar es paracetamol para la fiebre y el malestar que pueden provocar los catarros de primavera en los niños. Eso sí, si la fiebre dura más de tres días, si hay dificultad para tragar, la mucosidad nasal espesa dura más de 10 días o hay dolor de oído, es recomendable acudir al pediatra.
Además de dar todos los mimos posibles, el porteo puede ser muy útil ya que el contacto permitirá al bebé tener buena temperatura, mientras que la posición ayuda a prevenir o favorecer el drenaje de secreciones bronquiales.
¿Cómo diferenciar la alergia de los catarros de primavera en un niño?
La primavera es la época por excelencia de las alergias. Y no haberla tenido nunca antes, no significa que estemos exentos, ya que puede aparecer en cualquier momento. La principal diferencia entre ambos es que mientras los resfriados se producen por virus, las alergias son respuestas del sistema inmunitario a la exposición a alérgenos.
Entre los síntomas habituales de la alergia, se encuentran:
- Tos.
- Estornudos.
- Ahogo.
- Obstrucción nasal.
- Rinitis.
- Picor de ojos y nariz.
- Conjuntivitis.
- Asma.
Por tanto, resfriados y alergias tienen sintomatología parecida. En ese caso, ¿cómo podemos diferenciar los catarros de primavera de una alergia? Es cierto que no es fácil distinguir uno y otro, sobre todo para las personas que no son profesionales. Pero, Anna Ferran, señala algunos indicios:
«En el caso de la alergia suele haber un enrojecimiento de los ojos que no hay en un resfriado. Además, el moco suele ser muy transparente, en lugar de tener color, algo que ocurre más a menudo cuando sí hay una infección causada por un virus». En el caso del moco provocado por alergia, la higiene nasal, aunque ayuda, no lo elimina nunca por completo.
Además, en los lugares abiertos suele haber más presencia de síntomas habituales a la alergia que en espacios cerrados. Su duración también es diferente. Mientras que los catarros de primavera suelen durar de 5 a 7 días (aunque en ocasiones se puede alargar hasta las tres semanas), las alergias suelen ser estacionales y pueden durar varias semanas e incluso meses.
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