Con la llegada del curso escolar se vuelven a poner sobre la mesa muchos debates educativos. Entre ellos, vuelve la eterna pregunta: ¿Hay que mandar a los niños deberes para casa? Este curso, especialmente, volvemos…
Los deberes escolares son un tema que suscita en los últimos tiempos múltiples debates sobre su conveniencia o utilidad. El objetivo de las tareas para casa es practicar aquellas actividades que requieren de entrenamiento y consolidar los aprendizajes que ya se han adquirido en clase.
Motivos para estar a favor y en contra de los deberes para casa hay muchos, como muchas veces debatimos en la Tribu CSC, pero si hemos escolarizado en un centro en el que mandan deberes para casa (que suelen ser la mayoría, en los casos en los que la jornada escolar es continua) tendremos que intentar que, en casa, la hora de los deberes sea lo menos tediosa posible.
Con independencia de que, si vemos que la carga de deberes es excesiva, podamos hablar con la maestra o el maestro para exponerles la situación y buscar soluciones, en este post nos centraremos en buscar maneras de ayudar o motivar a niños y niñas a la hora de los deberes.
Qué hacer cuando el niño no quiere hacer los deberes
El problema, muchas veces, no son los deberes en sí. Hay muchos factores que influyen para que un/a niño/a tenga mejor o peor disposición hacia este tipo de tareas: el tipo de actividades que le manden, el gusto personal por un tipo de actividades u otras, la adecuación de los deberes a sus capacidades, el tiempo que les ocupen, el tiempo del que dispongan para hacerlas…
Si un niño no quiere hacer los deberes lo primero que debemos hacer es ver cuál es el motivo. Porque la respuesta va a depender de cuál sea el origen de ese malestar. Si una niña se queja de los deberes porque le cuesta trabajo hacerlos es importante que estemos en contacto con la maestra para saber si han detectado alguna dificultad de aprendizaje y saber de qué manera podemos ayudarla para reforzar desde casa.
Si un niño no quiere hacer los deberes porque le resultan aburridos, la estrategia debe ir encaminada a introducir elementos para motivar. Si una niña se aburre con los deberes porque las actividades son muy monótonas podemos buscar la forma de introducir elementos lúdicos, además de comentarlo con el maestro. Si un niño se niega a hacer los deberes porque está cansado, tal vez podamos revisar su agenda de actividades diarias para reducir la carga innecesaria de actividades extraescolares si vemos que son excesivas, por ejemplo.
Si el problema es que tardan mucho tiempo en hacer las tareas debemos ver cuál es la causa: a veces es porque se distraen y el tiempo de trabajo no es efectivo, otras veces puede que la carga de deberes sea excesiva atendiendo a su ritmo de trabajo… En este caso, debemos hablarlo con el cole para explicarles la cantidad de tiempo que está necesitando dedicar habitualmente a los deberes en casa.
Cómo ayudar a nuestros hijos con la hora de los deberes
En cualquier caso, de manera general, hay algunas cosas que podemos hacer para enfocar la hora de los deberes de forma positiva:
Elegir bien el momento para hacer los deberes
Cada persona tiene su propio patrón. Hay niños que prefieren hacer los deberes nada más llegar a casa para acabar cuanto antes. Hay niñas que necesitan descansar un rato antes de volver a concentrarse en la tarea. Elegir un momento en el que tengan capacidad para concentrarse en la tarea es importante.
Fuera distracciones
Si la organización familiar lo permite, lo ideal es que tengan un espacio concreto donde realizar sus tareas sin distracciones. Concentrarse en realizar actividades sin que mientras suene la tele de fondo o los hermanos corretean alrededor.
Establecer rutinas
Para evitar las luchas de poder sobre la hora a la que deben hacer las tareas, podemos elaborar una tabla de rutinas con las distintas actividades que solemos realizar cada tarde, para acordar en qué momento de la tarde realizarán los deberes del cole.
Acompañamiento sin hacer por ellos
Es importante que entendamos cuál es nuestra función en cuanto a las tareas escolares de nuestros hijos e hijas. Cuando son peques es probable que necesiten que les acompañemos durante todo el tiempo, pero en ningún caso debemos hacer los deberes por ellos, y eso incluye decirles las respuestas correctas para que se limiten a copiar lo que les dictamos. Debemos fomentar su autonomía. Podemos sentarnos con ellos/as al principio, ayudarles a organizar el trabajo y, después, decirles que permanecemos cerca pero haciendo alguna otra actividad y que si necesitan nuestra ayuda pueden decírnoslo.
Las dudas importantes, para el cole
Si detectamos que hay alguna actividad que no saben hacer porque no han entendido bien el concepto o el procedimiento, es preferible que la dejen sin hacer y le escribamos a la maestra para comunicarle que hemos intentado que la hicieran, pero hemos notado que aún tienen dudas sobre algún aspecto en concreto.
A veces, con la intención de ayudarles, les explicamos contenidos del cole e interferimos en su aprendizaje porque les damos mensajes contradictorios. Además, también es importante que las/os maestras/os sepan cuáles son los contenidos que no han interiorizado para que puedan reforzarlos en clase.
Nuestros mensajes son importantes
Que un niño no quiera hacer los deberes o que le aburran, es relativamente frecuente. Pero debemos asegurarnos de no ser nosotros quienes les estamos predisponiendo para ello. Nuestra actitud ante sus deberes y ante nuestras propias actividades laborales les mandan mensajes implícitos que les condicionan a la hora de afrontar sus propias tareas.
Empatía
Ante todo, pongámonos en su lugar. Si las actividades que les mandan para casa no les gustan, es un incordio tener que dedicar todas las tardes un tiempo a realizar tareas que te resultan tediosas y aburridas. Validar sus emociones, conectar con sus necesidades y asegurarnos de que también tengan tiempo para realizar actividades que les resulten gratas puede ayudar.
Tenerles en cuenta
A nadie le gusta tener que hacer cosas por obligación y, además, no poder tomar ningún tipo de decisión al respecto. Es importante que les escuchemos y les involucremos en la toma de decisiones. Elaborar un plan de actuación para que la hora de los deberes no sea una odisea cada día no es algo que debamos afrontar en solitario. Si tenemos en cuenta sus necesidades y sus opiniones y les permitimos decidir ciertas cuestiones será más fácil que estén dispuestos a cumplir los acuerdos de los que han participado.
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