Si tienes más de un hijo esta pregunta no te sonará raro... Seguro que en algún momento te lo has planteado y acto seguido te has sentido fatal ¿verdad? Pues te voy a decir que…
Las nuevas realidades familiares, nos hacen enfrentarnos a situaciones para las que no estamos del todo preparados, como presentar a nuestros hijos una a nueva pareja.
La familia… a veces se rompe
En la actualidad, la tasa de divorcios en España es la segunda más alta de toda Europa. El número de demandas de separación y divorcio se ha incrementado hasta las 25.732 en el tercer trimestre de 2020, un 16,6% más con respecto al mismo periodo de 2019, según datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
De hecho, el año 2020 ha sido considerado como el año del «crack matrimonial». La pandemia, la convivencia forzosa a la que nos han llevado los sucesivos confinamientos, y sus consecuentes problemas económicos; han contribuido a que la tasa de divorcios en nuestro país haya superado el 60%. Con esta tendencia, en 2021 llegaríamos a una situación de «déficit matrimonial»: hay más divorcios que matrimonios.
La separación de una familia siempre es una dura experiencia para todas las personas implicadas, sobre todo para los hijos/as. Y aunque el bienestar emocional de los menores durante y después del proceso, depende mucho de cómo gestionen la separación sus progenitores y la cordialidad entre los mismos, a muchos peques les cuesta asumir su nueva realidad familiar.
Por eso, a veces lo que debería ser un motivo de alegría para todos, como es el hecho de tener una nueva pareja, puede convertirse en un momento difícil. Muchas veces no sabemos cómo van a reaccionar nuestros/as hijos/as o que se genere en ellos/as cierto grado de malestar ya que, dependiendo de su edad y de su estado emocional, pueden malinterpretar la situación o sentir miedo, inseguridad o rechazo hacia la nueva pareja (o incluso hacia el propio progenitor).
Así que lo primero de todo, es evaluar la situación y el estado emocional del menor. Si aún no ha superado nuestra separación, su relación con uno o ambos progenitores se ha visto perjudicada o está dañada, no asimila la nueva situación familiar o no la acepta; es que aún no ha llegado el momento adecuado.
Evaluar la situación y elegir bien el momento
Elegir el momento es importante siempre, pero especialmente cuando se trata de niños pequeños, ya que es muy probable que no entiendan quién es esa persona y esto puede perjudicar su desarrollo emocional y su relación con su progenitor. ¿Cuándo presentar a tus hijos a tu nueva pareja? Los expertos recomiendan a las personas adultas reflexionar acerca de si su relación es estable. Si no lo es, no conviene confundir a los menores.
Si la madre o el padre tiene claro que la nueva relación es estable y existe perspectiva de futuro, debe valorar la posibilidad de que el menor pueda percibir a la nueva pareja como un peligro o amenaza para la relación entre él/ella y su progenitor. Pensar que van a tener que compartir el “amor de papá o mamá” con un/a desconocido/a, es una creencia infantil muy común (y es que es probable que albergue cierta esperanza de reconciliación entre sus progenitores).
Además conviene que el progenitor deje pasar un tiempo prudencial desde la separación. ¿Cuánto tiempo es necesario esperar? Puede ser desde unos meses hasta un año, ya que depende de varios factores: cómo fue la ruptura, cómo es la relación actual entre los padres, cómo se ha adaptado el hijo a la nueva situación y cómo ha sido su desarrollo emocional desde entonces, su edad… En general, debe imperar el sentido común de los progenitores para procurar el bienestar de los menores.
Cómo presentar a tu hijo tu nueva pareja
Una vez que tenemos claro que la nueva pareja es estable y el momento para presentarla es propicio, el proceso para presentar a tus hijos a tu nueva pareja debe ser lento y progresivo (sobre todo si la ruptura con el otro progenitor ha sido reciente o traumática). A la hora de comunicárselo al niño, no debe hacerse con prisas o en escenarios o situaciones en las que puedan producirse interrupciones. Debemos reservar tiempo y encontrar un espacio propicio, esto es, de calma y bienestar para el menor.
Y ¿qué decir al presentar a tu hijo una nueva pareja? Es importante el lenguaje que utilizamos con los niños pequeños. El mensaje ha de estar adaptado a la edad y nivel madurativo del menor. Ha de ser sincero y sencillo, para que el niño pueda comprenderlo fácilmente y no dé lugar a malas interpretaciones. También ha de ser breve, ya que los peques no tienen la misma capacidad de atención, concentración y retención que los adultos. Si la conversación es compleja, poco directa y muy larga; lo normal es que acaben desconectando. Los niños pequeños se pierden en las grandes disertaciones y no son capaces de captar el sentido de las mismas.
Además de un lenguaje breve y claro, debemos hablarles de forma cariñosa y transmitirles seguridad. Debe quedarle claro que se le quiere y que la nueva relación de su progenitor no supone un cambio negativo en la suya con su madre/padre. Para ello podemos usar frases del tipo “mamá/papá siempre te va a querer”, “siempre tendrá tiempo para ti”, “nadie va a sustituir a tu madre/padre”, «tú y yo nos seguiremos viendo tanto como antes», “es una persona muy simpática y cariñosa, me hace muy feliz y tiene ganas de conocerte”, “tú eres lo más importante para mí”, etc.
Si vemos que el peque muestra interés y curiosidad, podemos contarle cosas agradables de esta persona («le gusta pintar, ¡como a ti!», «tiene un perro muy bonito, ¡y a ti te encantan!», «sabe muchos chistes y se ríe mucho», «trabaja en una tienda en la que se venden cosas muy chulis», etc.). Si el peque nos hace preguntas, debemos responderlas. En cambio, si no muestra interés, no debemos insistir.
Lo mejor en este caso es darle espacio y tiempo para procesar, y sacar de nuevo el tema de la misma manera más adelante. Y desde luego, huir de frases tipo «va a ser tu nueva mamá/papá», y evitar que se dirijan con esos nombres hacia la pareja.
La reacción del peque
Es importante mentalizarnos para mantener esa primera conversación (e incluso el encuentro posterior con la nueva pareja) sin expectativas. Incluso aunque el estado emocional del peque sea saludable y positivo, la separación no fuese traumática, haya pasado ya tiempo desde que sucediera y la relación con ambas progenitores sea buena; hay niños y niñas que están más abiertos al cambio que otros, o que son más sensibles, o más empáticos, etc. Cada peque tiene su propio carácter y personalidad, exactamente igual que los adultos.
Sea cual sea su reacción, tanto si es positiva como negativa, esta debe ser aceptada con respeto. El niño o la niña debe sentir la confianza y seguridad para poder expresar los diferentes pensamientos y emociones que esto le pueda generar. ¿Y qué hacer si actúa de forma desagradable? Es posible que esto suceda por todas las creencias erróneas expresadas anteriormente que pueden embargarle («mamá/papá ya no me va a querer», «papá y mamá ya no volverán a estar juntos nunca más», «ahora me vas a ver menos tiempo», etc.).
Puede que nuestro hijo se enfade, llore, se entristezca, se muestre apático, desagradable o reaccione al principio como si no pasara nada y después llevar a cabo conductas inadecuadas sin aparente justificación. Por difícil que nos resulte «aguantar el tipo» en este momento, debemos pensar que nuestro vínculo con nuestro hijo es tan fuerte que el peque puede expresarnos honestamente lo que siente, sin temor.
Aunque nos enfade o entristezca, es importante controlar nuestra reacción ante ellos y no reprimir ni contener lo que el peque sienta o piense, y que escuchemos y resolvamos todas sus dudas de forma amorosa y serena. Si los niños son pequeños y no han experimentado nunca una relación de pareja, pueden sentirse confusos y desorientados. También es normal que en un primer momento sientan cierto rechazo ante la idea de que uno de sus progenitores tenga una nueva relación. Incluso pueden llegar a sentirse desplazados.
Si tienes paciencia, muestras empatía y respetas sus sentimientos y ritmos, tu hijo/a acabará por aceptar que estás saliendo con otra persona. Es el momento para presentar tu nueva pareja a tus hijos. Pero antes, deberás hablar también con ella.
¿Cuál es el papel que debe tener la otra pareja?
Es importante consensuar con nuestra nueva pareja los roles que vamos a llevar con ella, ya que los expertos en este punto recomiendan que el progenitor sea quien asuma la autoridad mediante el establecimiento de normas, límites y consecuencias.
Por otro lado, lo ideal es que la otra persona actúe como “amiga” del pequeño o la pequeña. Conviene procurar que la pareja del progenitor sea alguien agradable, que no lo regañe a menudo ni sea percibida como una amenaza o una «extraña» que cambia los hábitos a los que los peques están acostumbrados. Quizás también te has preguntado: ¿cómo integrar a mis hijos con mi nueva pareja? Pero este sentido, la labor de «adaptación» debe hacerse del adulto hacia el niño, y no al revés.
Si a tus hijos/as les ha costado esfuerzo aceptar que hay otra persona en tu vida, habla con tu pareja antes de que se conozcan, para prevenirla de que puede que los niños muestren algo de resistencia. Es importante que no se tome esto como algo personal, sino que comprenda que el rechazo no tiene que ver con ella específicamente, sino con su situación familiar.
Hablar con otras familias que hayan pasado por la misma experiencia, o consultar a un especialista, puede ayudarte en esta delicada situación. Si tienes dudas al respecto, en la Tribu CSC estaremos encantados de ayudarte.
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