¿Cómo se trata el TDAH en niños?

¿Te imaginas que, siempre, da igual el sitio en el que estés o lo que estés haciendo, lo hagas mal? ¿Te imaginas ser siempre el que se porta mal? ¿Ser siempre al que regañan o castigan? Así se siente un peque con TDAH. ¿Cómo se debe tratar a un niño con TDAH? Hoy hablamos de cómo se debe diagnosticar y tratar a un niño con TDAH.

¿Cómo se manifiesta el TDAH en la escuela?

¿Qué pasa en el cerebro de los niños con TDAH? Poneos por un momento en la piel de ese peque. Y es que claro, como no paras quieto, no prestas atención, pues no te salen las cosas como deberían… En clase siempre eres el que no calla, el que no para ni un momento en su silla, chinchas al de al lado (al de delante, al de detrás y hasta al de tres filas más allá), no acabas nunca los deberes, te olvidas de llevar el libro que toca, no sigues bien las indicaciones de lo que toca hacer en cada clase, se te va el santo al cielo y no completas los exámenes, y algún que otro accidente has sufrido en el patio o en clase de gimnasia corriendo con los compañeros. 

Eso supone malas notas en general, por no hablar de todos los mensajes que llevas a casa desde el cole… “Pedro no ha terminado los ejercicios en clase”, “no ha traído el material que pedimos para la actividad de hoy”, “hoy tocaba ir de excursión y no ha venido con la ropa que se pedía”, “hoy no ha parado de interrumpir en clase”, etc.

En las tutorías, siempre comentan que es un niño inteligente, como el resto, pero es bastante flojo, no quiere prestar atención, se cansa pronto de hacer las cosas y las deja a mitad, también es muy revoltoso, y claro, así es normal que no presente atención, porque está entretenido en otras cosas. 

En casa ocurre algo similar, el día a día es complicado porque dentro tienes como un motor que no te deja parar quieto, y claro, saltando de un lado a otro todo el tiempo, es muy fácil que las cosas se rompan, se desordenen, no hagas lo que se espera que tocaría en determinados momentos, y que al final los adultos acaben con malas caras y cansados, pero es que realmente es muy muy difícil parar. 

Suele ocurrir algo similar a lo descrito y los peques con TDAH se sienten de manera parecida.

¿Por qué un niño es hiperactivo?

La realidad es que no pueden parar, no es un nivel de actividad que elijan voluntariamente, es que no pueden parar quietos. Y el caso de las dificultades atencionales, ocurre igual, no es que no deseen prestar atención o se aburran, es que no les es posible mantenerse en la tarea propuesta durante el tiempo suficiente como para poder desempeñarla con éxito (está claro que, como nos ocurre a todos, hay actividades e intereses que ayudan más que otros a que se mantengan en la tarea, pero hacer unos deberes para que los que deberían estar preparados, les resulta materialmente imposible es la mayoría de las ocasiones).

Y es que cuando hablamos de TDAH no estamos hablando de dificultades de comportamiento, o de que el niño sea flojo o distraído, no, estamos hablando de un trastorno del neurodesarrollo que afecta sobre todo a la maduración de las funciones ejecutivas, aquellas que son las encargadas de las funciones de gestión y organización.

Nos referimos a la atención, a la resolución de problemas, a la flexibilidad y capacidad para adaptarnos a las situación, a la regulación emocional, a controlar nuestros impulsos y pensar antes de decir o hacer algo, a gestionar y organizar lo que es prioritario de lo que no… Incluso puede afectar a la organización del discurso, es decir, a cómo organizamos lo que queremos decir antes de hacerlo. Como vemos, es un trastorno que afecta a las capacidades que nos ayudan a funcionar adecuadamente en nuestro día a día, a comportarnos como se espera de nosotros, a relacionarnos adecuadamente con los demás, a aprender.  

¿Cómo se diagnóstica a un niño con TDAH?

Es un trastorno que suele diagnosticarse con bastante frecuencia en la infancia, pero para el cual no hay pruebas médicas como una resonancia, electro, analítica o similar. El diagnóstico es clínico y se basa en la presencia o no de determinados comportamientos que se recogen en el DSMV (manual diagnóstico y estadístico de las enfermedades mentales). Este suele hacerlo un equipo multidisciplinar de profesionales (neuropediatra, psicólogo, psiquiatra, orientador escolar), que valoran el comportamiento del menor en múltiples ámbitos de su día a día.

¿Cuándo se puede diagnosticar el TDAH?

La edad en la que suele orientarse el diagnóstico es a partir de los seis años, etapa en la que se espera que esas funciones ejecutivas de las que hablábamos ya estén más maduras. Antes de esa edad, el diagnóstico es complejo por la inmadurez del menor, no olvidemos que el niño está en pleno desarrollo, y suelen aparecer síntomas o signos asociados a otros factores de riesgo o trastornos, pero hay que ser muy precavidos.

Para que se diagnostique TDAH a un niño o niña, la sintomatología descrita en el DSMV debe tener un impacto significativo en su día a día y en el de su familia. No estaríamos hablando de este trastorno en un niño o niña que saque malas notas, pero en casa su comportamiento sea adecuado. O al contrario, que en casa muestre un comportamiento muy disruptivo, con muchas rabietas, no haga caso, etc., pero en cambio, en el cole todo marche como debe. Las dificultades deben aparecer en ambos ámbitos, y posiblemente afecten también a la vida social y ocio del menor.

Cómo tratar a un niño con TDAH

En cuanto al abordaje de esta condición:

• Cuando aparecen estos síntomas compatibles antes de los seis años, suele optarse por intervenciones conductuales.
• A partir de los seis, suele combinarse con un tratamiento farmacológico.

Esta medicación (que recetará el neuropediatra o psiquiatra infantil que atienda al niño, y controlará su médico de cabecera, y que consiste fundamentalmente en estimulantes), puede ser de dos tipos:

• De liberación rápida que tienen una corta duración (4-6 horas).
• De liberación prolongada, que puede llegar a durar todo el día.

También hay medicamentos no estimulantes que suelen elegirse si los primeros hacen que los peques tengan efectos secundarios no deseados. Será el especialista el que elija el tipo de medicación y la dosis. Generalmente se suelen administrar por la mañana, para que el niño pueda aprovechar las horas de cole. 

Esta medicación suele ayudar a controlar el nivel de actividad y la atención, mejorando por tanto, la participación del niño en su día a día. 

Tips para tratar niños con TDAH

No obstante, es imprescindible abordar las dificultades del peque desde otros ámbitos, más enfocados a controlar la conducta, la gestión emocional o la organización del día a día, como hemos comentado, tanto en casa, con su familia, como en su entorno escolar. 

¿Cómo se puede ayudar a un niño con déficit de atención? Algunas estrategias indicadas pueden ser las siguientes: 

¿Cómo ayudar a un niño con TDAH en la casa?

Enseñar a los padres y hermanos a conocer y comprender las conductas de sus hijos/as, para que puedan acompañarlas de la manera indicada, así como ayudarle a gestionarlas.

Y como siempre solemos recomendar, un entorno organizado, sin muchos estímulos, con rutinas y límites claros ayudarán a nuestro pequeños a participar mejor en las tareas del día a día. 

Asimismo, debemos ofrecerle la oportunidad de participar en actividades deportivas dentro de sus preferencias individuales, salir al parque, campo, playa, son una herramienta muy potente que ayudarán a nuestro/a niño/a, por un lado, a sentirse habilidoso/a y exitoso/a en la participación en alguna tarea, y por otra, le va a ayudar a estar más regulado/a, lo que redundará en una mejor participación del peque en su día a día. 

Terapia para niños/as con TDAH

• Terapia individual con el propio niño o niña.
  • Para trabajar y enseñarle estrategias para entender qué siente, cómo se comporta y cómo puede organizarse para regular su conducta en determinadas situaciones.
  • El manejo del estrés y gestión emocional son claves si tenemos en cuenta todo lo que hemos ido comentando anteriormente sobre cómo nuestro/a pequeño/a, en muchos entornos y situaciones, no es comprendido/a y se le regaña o etiqueta.
  • Técnicas como el role playing, en el que el niño y el terapeuta recrearán o escenificarán situaciones cotidianas que pueden suponer un reto para el niño, o donde él se sienta inseguro o pueda actuar de forma errónea, pueden ser muy indicadas. Muchas veces se pueden utilizar también historias sociales con este mismo fin, recrear una situación y pensar posibles alternativas o soluciones.
  • Las autoinstrucciones, en las que el niño memorizará y repetirá los pasos organizados a seguir para realizar una tarea. Ya comienzan a existir juegos de ordenador o realidad virtual que ayudan en este sentido. Cuando son más pequeñitos, estas instrucciones suelen apoyarse con una secuencia de imágenes de los pasos a seguir para realizar la tarea adecuadamente. 

• Terapia grupal con otros niños donde se pondrán en práctica técnicas para mejorar las habilidades sociales, se ensayará en un entorno controlado, cómo resolver circunstancias que se pueden presentar con sus iguales, además, suelen ser grupos muy enriquecedores, que ayudan al niño o a la niña a relacionarse con otros menores en su misma situación, donde comparten y se refuerza su autoestima. 

¿Cómo tratar a un niño con TDAH en la escuela?

En el colegio, lo ideal sería realizar las adaptaciones que se consideren pertinentes (muchas veces simplemente con permitir omitir la copia de enunciados en los ejercicios o realizar parte de ellos en ordenador o de manera oral, restan fatiga atencional y permiten al niño concluir la tarea; sentarle delante y estar pendiente de tocarle o llamar su atención para reconducirle es algo muy sencillo a tener en cuenta).

Debe permitírsele tener a mano alguna cosa que pueda ayudarle a estar más organizado como manipular una pelota antiestrés, un theraband o banda elástica atada a las patas de su silla, o mascar chicle.

Encargarle tareas que le permitan estar en movimiento, y descansar así periódicamente de las tareas atencionales más sedentarias: mandarle a hacer fotocopias, llevar algo a otra clase, ordenar las sillas de sus compañeros, pueden ser algunas ideas.

Y, por supuesto, comprender el por qué se comporta como lo hace, reconduciendo las conductas o situaciones que así lo requieran, pero sin etiquetar ni castigar. 

Si quieres más información o necesitas asesoramiento profesional, en la Tribu CSC puedes consultarnos cualquier aspecto relacionado con la salud y desarrollo infantil, y crianza respetuosa.