Es muy habitual darnos cuenta de que la ropa se les queda pequeña en las épocas en que cambiamos del corto al largo y del largo al corto. Son prendas que llevan meses sin usarse,…
Cada niño es un mundo y si les permitimos que vayan conquistando sus logros cuando están realmente preparados en lugar de “cuando toca” (según nosotros) todo sería mucho más sencillo y el aprendizaje realmente significativo.
El maravilloso aprendizaje de la lectoescritura
El aprendizaje de la lectoescritura me parece uno de los más fascinantes, y puede ocurrir de forma casi espontánea si se permite que se desarrolle de manera adecuada, sin forzar. La enseñanza no es obligatoria hasta los 6 años y, sin embargo, empezamos a mostrar las letras a los peques desde los 3 o 4 años.
Un niño debería poder llegar a primaria sin saber leer y escribir, pero la realidad es que no es así… Hay algunas pedagogías que incluso defienden no enseñar hasta los 6 o 7 años, una vez que la lateralidad esté bien definida.
No obstante, en el sistema tradicional hay cada vez más prisa en comenzar a edades tempranas, incluso cuando los niños no están preparados y a través de explicaciones abstractas. ¿Es que se trata de una competición?
Mayúsculas o minúsculas
En la educación tradicional estamos acostumbrados a comenzar enseñando las mayúsculas, quizá porque los trazos son más sencillos de representar, para después decidir que el niño “ya es mayor para esas letras grandotas”, y se enseñan las minúsculas.
En Montessori, sin embargo, se apuesta por lo práctico, por dar herramientas para la vida. La verdad es que la forma de escribir correcta es con minúsculas, dejando las mayúsculas para los nombres propios y los inicios de frases.
Por eso, en las aulas de Casa de Niños Montessori se encuentran todos los materiales necesarios para la lectoescritura, pero su presencia es una propuesta: se presentan en el momento en el que el niño está preparado.
Toda la fase previa del trabajo ya se ha realizado con las actividades de vida práctica y sensorial, razón por la cual los niños suelen tener mejor base y por eso la gran mayoría entra a primaria sabiendo leer y escribir.
Letra cursiva o imprenta
Creo que todos los de nuestra generación recordamos los cuadernos Rubio de caligrafía que aún siguen existiendo… Seguramente aprendimos la letra ligada, aunque luego la escritura siempre evoluciona con nuestro toque personal y puede ser que ahora escribamos con letras separadas.
María Montessori defendía la utilización de la cursiva (letra ligada e inclinada), entre otras razones porque al ser una escritura ligada las letras están unidas y es más sencillo que el niño diferencie cada una de las palabras.
La letra ligada ayuda a desarrollar la motricidad fina, ya que se basa en trazos suaves y fluidos, que además logra una mayor velocidad frente a la letra imprenta, en la que es necesario levantar el lápiz del papel constantemente.
Como curiosidad, una investigación de la neurofisiologa Carla Hannaford habla de que el desarrollo de los huesos del carpo de la mano es muy lento, y la letra imprenta necesita un mayor desarrollo. Por eso lo lógico es que cuando la escritura se inicia en edades tempranas se haga empleando la letra cursiva y luego, si se desea, haya una evolución natural a la letra imprenta. Si un niño aprende la letra imprenta desde pequeño, le será mucho más difícil aprender la ligada después.
¿Cómo se desarrolla la lectoescritura en Montessori?
En el libro El Método de la pedagogía científica hay una explicación muy completa de todo el proceso, y en El manual personal de la Doctora Montessori se puede leer también una buena introducción de cada área de aprendizaje.
La Doctora Montessori defendía que la lectoescritura es algo natural presente en nuestro día a día, y que teniendo los estímulos adecuados en el ambiente y a su alcance, los niños pueden llegar a leer y a escribir prácticamente solos y de una forma casi espontánea.
Ella había estudiado profundamente los trabajos de sus antecesores, como por ejemplo Édouard Séguin, que decía que el niño que dibuja escribirá de una forma natural; y Jean Itard, que clavaba en la pared figuras geométricas para repasar sus contornos y asociarlos a la grafía de las palabras escritas.
Fue entonces cuando se dio cuenta de la importancia de los ejercicios previos y, del mismo modo que Froebel diseñó ejercicios para la preparación de la costura, María Montessori ideó ejercicios para la preparación de los movimientos de la mano. Hablaba de que la escritura se ejecuta en dos clases de movimientos:
- El movimiento para reproducir las formas de las letras.
- El manejo del instrumento con el que se escribe (un lápiz, por ejemplo).
Y por esta razón, creó materiales específicos para trabajar ambos movimientos: las letras de lija y los resaques metálicos.
Materiales Montessori
Hay muchos más materiales dentro del área del lenguaje, pero voy a explicar un poco más a fondo estos dos, porque son de los primeros que se presentan y trabajan los dos movimientos anteriormente descritos.
Las letras de lija se utilizan para introducir a los niños en la escritura trabajando su grafía, y en la pre-lectura trabajando el sonido y la grafía de cada letra. Se habla de “saber tocar”, lo que significa que el niño conozca el sentido en el que se traza la letra. Tres clases de sensaciones simultáneas contribuyen al mismo resultado: visuales, táctiles y musculares.
¡No es extraño que de este modo la imagen de la letra se fije (el niño la interiorice) en un tiempo mucho más breve que cuando se adquiere solo con la vista! ¿No crees?
También se suelen practicar los diferentes trazos en una bandeja de arena, estimulando así la memoria muscular, tan importante para que el aprendizaje se fije mucho más. Y, por último, también se asocia la grafía al sonido del fonema, como puedes ver en este vídeo:
Los resaques metálicos se utilizan a partir de los 4 años con el objetivo de preparar la mano para la escritura, por lo que podemos considerarlo como un material para la pre-escritura. Se proponen una serie de ejercicios destinados a preparar el mecanismo muscular para el sostenimiento del lápiz. Con ellos el niño aprende muchas cosas de forma directa o indirecta:
- Agarrar y orientar el instrumento de escritura.
- Experimentar los efectos de la presión sobre el lápiz.
- Conocer la gran variedad de movimientos que participan en el control de la escritura.
- Estabilizar trazos (al mantener la punta del lápiz en el borde del marco o de la inserción), así como hacer un movimiento continuo (especialmente útil para la cursiva).
- A trabajar la coordinación ojo-mano.
En una primera fase, invitamos al niño a trazar el contorno del resaque por dentro, enfatizando en la forma de sujetar la plantilla para que no se mueva y en la posición correcta de la forma de agarrar el lápiz.
Después se retira el resaque y se invita al peque a encajar la forma geométrica con el dibujo que ya había hecho. Se traza con otro color, siendo esta segunda fase algo más complicada, ya que requiere de más presión y de un mayor control para trazar la forma completa.
Por último, se invita al niño a que con un tercer color rellene la forma geométrica, ejercicio que se va complicando según la evolución del aprendizaje. Aquí te dejo un vídeo para que puedas ver cómo se trabaja con este material científico.
¿Te imaginas la cantidad de cuadernillos Rubio que nos hubiésemos ahorrado? ¡Te leo en los comentarios!
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2 responses on "¿Cómo y cuándo aprenden a leer y escribir los peques con Montessori?"
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Un material muy interesante e importante para poder ayudar a nuestros niños y poder lograr un aprendizaje significativo muchas gracias por compartir.
Muchas gracias Mercedes, me alegro que te haya gustado.