Desde que la mujer es mujer, ha tenido sangrados cíclicos y eso ha conllevado que, de unas formas u otras, se haya intentado hacer algo con el flujo menstrual: desde pieles de animales, hierba seca,…
Una vez que hemos repasado los tipos de compresas y sus cualidades, voy a centrarme en el postparto. En este periodo el sangrado es peculiar, los loquios tienen unas características propias: cantidad abundante los primeros días, varias semanas de duración, olor intenso…
Y pueden ir acompañados de la presencia de una herida perineal (bien sea un desgarro o una episiotomía) con una sutura. Es por esto que las compresas postparto que se usen no solo tienen que tener un tamaño y un poder de absorción grande, sino que además tienen que procurar unas condiciones adecuadas a esa herida.
Cuidados en caso de desgarro o episiotomía
Mantener la zona limpia y seca es fundamental. Se puede realizar la higiene diaria una o dos veces con jabón suave. No es imprescindible que sea específico, aunque los hay que son de uso íntimo con clorhexidina y tienen la ventaja de llevar incorporado una pequeña cantidad de antiséptico, que ayuda a mantener la zona libre de bacterias que puedan sobreinfectar la herida.
Para secar, se puede hacer a toquecitos con papel o con aire a través de un abanico. Es importante acudir a la matrona para revisarlo a lo largo de la primera semana y consultar si aparece dolor intenso, mal olor de los loquios y/o fiebre.
Si lo comparamos con otras heridas, esta tiene varios hándicaps: está cerca del ano, hay una humedad contante a consecuencia de los loquios y no podemos aislarla poniendo algo sobre ella (a modo de tirita o apósito), así que la compresa se convierte en un elemento multifactorial que debe cubrir esas necesidades de los puntos.
Compresas tocológicas, postparto o “lo que se ha usado siempre”
Mi matrón, tras dar a luz a mi primer hijo, sostuvo en la mano una compresa de algodón cubierta de malla mientras me decía: “¿qué es esto, en casa del herrero cuchara de palo?”. Había encargado compresas postparto y no me había preocupado mucho por ellas.
Total, eran las de “toda la vida”, ósea: sin adhesivo, con la capacidad de absorción limitada, con esa rejilla de hilo que se puede enganchar en los puntos y para colmo pequeñas. No hay nada como probar en propias carnes algo para darte cuenta de si funciona o no para su cometido.
Hay varios tipos de compresas con la etiqueta de “postparto”:
- Como las que he descrito, de algodón 100% y sin adhesivo (lo cual hace que se mueva). Son pequeñas para la cantidad de sangrado (sobre todo de los primeros días) y poco absorbentes, provocando un exceso de humedad (sobre todo si hay herida).
- De celulosa, con mejor capacidad de absorción. Suelen ser más grandes que las anteriores y a veces tienen capa impermeable y adhesivo (pero no siempre ni todas).
He de decir que he buscado si existía algún estudio científico sobre el tipo de compresas en el postparto y no lo he encontrado, ¡ni siquiera con la ayuda de la bibliotecaria!
Qué necesitamos en el postparto
Las necesidades específicas del postparto requieren que busquemos:
- Una compresa que elimine la humedad rápido y mantenga la zona seca.
- Sin escapes y adhesiva, es decir: que pueda fijar a la ropa interior.
- Que sea cómoda (que no sea gruesa ni tenga elementos que puedan engancharse si hay puntos).
- También es importante que no se deforme o aplaste.
- Larga y grande para los primeros días.
Por otro lado, dado que los loquios van cambiando, al principio es preferente compresas de mayor tamaño y capacidad. Después podemos ir cambiando a unas más pequeñas.
En vista de esto, es recomendable usar las que tienen una capa interior que elimine el mayor porcentaje de humedad posible, una capa intermedia con celulosa, rayón y/o gel superabsorbente y una capa externa impermeable y transpirable.
También es importante cambiar a menudo de compresa. Los primeros días los cambios de hacen por necesidad (por la saturación de la compresa), después se puede tener el hábito de cambiar 4-5 veces al día hasta las 2-3 semanas.
Compresas útiles en el postparto
Para la primera semana, sobre todo los 2-3 primeros días, necesitamos compresas grandes y muy grandes. Por ejemplo, las de incontinencia de orina suelen tener tamaños grandes especialmente ventajosos. Con tener un paquete preparado es suficiente.
En la segunda semana, los loquios van bajando de cantidad (aunque sigue siendo útil llevar un buena capacidad para contener las descargas de flujo que se producen a ratos). Se pueden usar de incontinencia o de absorción alta, de las de uso menstrual.
Al finalizar la tercera y cuarta semana, es muy posible que ya hayan aparecido los llamados loquios blancos. Estos se presentan como un flujo marrón o amarillento y con un salvaslip, cambiándolo varias veces al día, es suficiente.
Si quieres más información o necesitas asesoramiento profesional, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa.
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