¿Cuándo el bebé puede usar chupete? ¿Qué se le puede dar a un bebé recién nacido para dormir? ¿Qué tipo de chupete se recomienda para un recién nacido? ¿Qué pasa si le doy chupete a…
Muchos peques siguen llevándose el dedo a la boca o usando chupe más allá de lo que recomiendan los expertos. ¿Qué consecuencias tiene chuparse el dedo o usar chupete? ¿Cómo podemos evitarlo?
Los bebés nacen con el efecto de succión completamente desarrollado, lo que les permite agarrarse al pecho o al biberón y asegurarse así el alimento. Pero, lo cierto, es que más allá de la succión nutritiva, el pecho de mamá les sirve también para relajarse y encontrar calma cuando lo necesitan. Y hay muchos peques que, además de buscar el pecho de mamá, acaban por llevarse el dedo a la boca. Porque, al fin y al cabo, chuparse el dedo es un reflejo natural que tienen casi todos los bebés y, de hecho, ya lo hacen en el vientre de la madre.
Además, los bebés cuentan también con los chupetes, un sustituto del pecho materno que les sirve para succionar y tranquilizarse. No solo eso, en el caso de los bebés que no toman el pecho, el chupe se considera un protector de la muerte súbita del lactante. Sin embargo, puede tener consecuencias importantes si se usa más tiempo del recomendable, igual que el dedo.
Consecuencias de chuparse el dedo y usar chupete
Cuando están en el útero materno, los bebés suelen llevarse el dedo a la boca y muchos de ellos mantienen esta costumbre tras nacer. Lo ideal es ofrecer el pecho para que lo succione en lugar del dedo y, en caso de ser alimentado con leche de fórmula, tratar de sustituir el dedo por el chupe ya que este es más blando y, además, es más fácil de retirar que el propio dedo.
En cuanto al chupete, lo ideal es esperar a ofrecerlo hasta las 4-6 semanas de vida, cuando la lactancia ya está establecida de forma que no interfiera con ella. Por supuesto, es opcional ofrecerlo y, además, habrá bebés que lo quieran y otros que lo rechacen.
Además, hay que tener en cuenta que los efectos negativos de chuparse el dedo o usar el chupete no se producen en todos los peques; y la intensidad y duración del hábito pueden influir en las consecuencias.
- Maloclusión de la mordida. Se trata de una alteración del crecimiento óseo del maxilar, de la mandíbula y/o de la posición de los dientes que impide que se mastique correctamente y provoca desperfectos en la estética dental.
- Problemas de salud oral. Los dientes no tienen una posición correcta, lo que dificulta la higiene dental, aumentando las posibilidades de padecer caries, acumulación de sarro o gingivitis, entre otros.
- Deformaciones en la boca, con crecimiento insuficiente del maxilar superior y deformación del paladar.
- Mayor riesgo de infecciones, ya que el chupete y el dedo pueden ser portadores de bacterias y gérmenes.
- Alteraciones sustanciales del dedo pulgar, incluso con heridas.
- Los peques que usan chupe toman pecho durante menos tiempo.
- Puede afectar al desarrollo del habla en caso de usar el chupe de manera intensa (más allá de usarlo para dormir o para calmarse) al no permitir los movimientos naturales de la lengua y la boca en el día a día. Además, provoca retrasos del habla ya que al usar chupe hablan menos y la gente les habla menos también ya que saben que no podrán contestar.
- Los peques con chupe más tiempo del recomendado sufren un 33% más de episodios de otitis.
- Dependencia emocional del chupete.
¿Hasta cuándo se puede usar el dedo o el chupe? Según explica la Asociación Española de Pediatría, lo ideal es retirarlo al año de vida. Tal y como explica:
«Para evitar otros efectos adversos del uso del chupete, se recomienda, en todos los niños, limitar su uso hasta el año de vida, lo cual incluye las edades de máximo riesgo del SMSL y aquellas en las que el lactante tiene más necesidad de succionar».
En caso de no retirarlo en este momento, sí es fundamental limitar su uso: eliminarlo durante el día y usarlo solo cuando tiene sueño y lo pide para dormir. De esta forma, no afectará al desarrollo de la boca y tendrá libertad para aprender a hablar.
¿Cómo evitar el uso del chupete?
Es cierto que evitar el uso del chupete y, especialmente del dedo en la boca, puede ser en ocasiones todo un reto. Lo ideal sería ir dejándolo solo para momentos concretos en los que el peque lo necesita e ir buscando otras alternativas. Se podría resumir en 3 pasos:
- No ofrecer. Debemos dejar de pensar en el chupete como un recurso para calmar al peque, eliminarlo de nuestro campo visual para evitar ofrecerlo en momentos de tensión. Además así evitaremos que el peque lo vea y lo pida.
- No negar. Si ve el chupe, dáselo. Si sospecha que ha pasado a ser un objeto prohibido es probable que lo pida con más ímpetu.
- Sustituir. Puedes adelantarte al momento en el que tu peque suele pedir el chupe y ofrecerle una alternativa. ¿Lo pide cuando salís a la calle? Prueba a darle algo de comer o beber. ¿Por la noche para dormir? Hazle caricias o cuéntale un cuento hasta que se duerma.
Y, sobre todo, si quieres que tu hijo o hija de 3-4 años deje de hacer cosas de bebé, los adultos debemos dejar de tratarlo como tal. Esto no significa intervenir en sus procesos madurativos y forzar determinados hitos como quitar el pañal antes de tiempo o usar chantajes diciendo que solo los bebés usan pañal. Más bien consiste en «ayudar a no necesitar», empezar a darles algo de autonomía, dejarles crecer y dejarles intentar hacer cosas por sí solos sin intervenir. Y, además, hablarles como a niños y niñas y no como a bebés.
¿Cómo ayudar a tu peque a dejar de chuparse el dedo?
Dejar de chuparse el dedo es algo más complicado que el chupete ya que es imposible eliminarlo y, por tanto, puede afectar más a la mordida a la larga. Por ello, se recomienda empezar a trabajar en ello antes de los 3 años y, especialmente, si a los 5 años sigue llevándose el dedo a la boca.
Para tener éxito, los expertos recomiendan hablar con el peque y buscar entre ambos la mejor forma de conseguirlo. Para evitar que nuestro peque se lleve el dedo a la boca, podemos probar diferentes recursos:
- Buscar alternativas que le ayude a estar tranquilo, como un peluche o un juguete.
- Estimula la exploración oral con juguetes seguros para su edad, como mordedores, anillos de dentición, cepillos de dientes de silicona o juguetes de diferentes texturas.
- Usa el refuerzo positivo.
- Llévalo a dormir en cuanto veas las primeras señales de sueño, evitando así que se le pase y necesite usar el dedo para calmarse y conciliarlo.
- Identifica los factores desencadenantes. Si el niño se chupa el dedo ante el estrés, identifica el problema real y ofrécele consuelo de otras maneras.
Aunque la Academia Americana de Pediatría propone utilizar algún elemento que genere rechazo como vendar el dedo o poner alguna sustancia (comestible y segura) que le dé mal sabor, no hay acuerdo en este punto y, de hecho, algunos expertos lo desaconsejan.
¿Cómo quedan los dientes si te chupas el dedo? Si tienes más dudas sobre cómo quedan los dientes deformados por el dedo o los remedios caseros para que el niño no se chupe el dedo, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Entre ellos/as se encuentran la odontóloga infantil Irene Iglesias, la pediatra Gloria Colli o el enfermero de Pediatría, Armando Bastida.
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