Para quienes apostamos por una crianza respetuosa, como hacemos desde Criar con Sentido Común, es una suerte que hoy en día, cada vez más, escuchemos hablar sobre Disciplina Positiva. Pero ¿tenemos claras las diferencias entre…
La crianza positiva -cálida, cariñosa y empática- puede amortiguar los efectos del estrés durante la niñez y la adolescencia. Es la conclusión clave de un estudio reciente, publicado en la revista ‘PNAS Nexus’.
Los investigadores analizaron los escáneres cerebrales de casi 500 niños de entre 10 y 17 años utilizando los datos de un proyecto llamado ‘Healthy Brain Network’ (un estudio histórico sobre salud mental en menores de la ciudad de Nueva York).
Posteriormente, midieron el tejido cerebral utilizando imágenes de resonancia magnética estructural, o MRI, una técnica que permite observar el tamaño de las regiones del cerebro. Para medir el estrés, les preguntaron a los niños y niñas sobre la cantidad de eventos negativos que habían experimentado en los contextos familiar, comunitario y escolar, y cómo de angustiados los habían hecho sentir cada uno de esos eventos.
Crianza positiva vs Crianza punitiva
Las investigaciones científicas revelan que algunos niños y adolescentes que experimentan eventos estresantes como abuso físico o negligencia tienen menos tejido en el hipotálamo, una región del cerebro que, según la evidencia disponible, es muy susceptible al estrés. De hecho, el hipotálamo es un conocido biomarcador de estrés en el cerebro.
Sin embargo, en el reciente estudio titulado «Positive parenting moderates associations between childhood stress and corticolimbic structure», los investigadores no encontraron relación entre el aumento del estrés y la reducción del tejido cerebral en el hipocampo de los jóvenes que reportaron más calidez por parte de sus cuidadores principales.
La crianza positiva reduce el estrés y los problemas de comportamiento
Trabajos anteriores ya habían demostrado que las técnicas punitivas y autoritarias de crianza perjudican el desarrollo cerebral, intelectual y emocional de los menores. Ahora, la reciente investigación halla que la crianza positiva tiene efectos protectores contra el estrés y los problemas de conducta en los niños.
Es decir, los niños y niñas que experimentan eventos negativos angustiosos, pero perciben a sus progenitores como cálidos y comprensivos, se ven menos afectados por los eventos negativos y angustiosos y, como consecuencia, posteriormente exhiben un comportamiento menos disruptivo (transgreden menos los límites y/o son menos agresivos).
La crianza punitiva: menos tejido en el hipocampo
Los estudios indican que el hipotálamo juega un papel fundamental en el aprendizaje y la memoria, por lo que si se ve perjudicado, también se ven afectadas dichas habilidades. Por todo ello, sufrir estrés en etapas tempranas de la vida puede derivar en problemas de comportamiento, desarrollo y aprendizaje. La alegría, la felicidad y el bienestar emocional, por el contrario, amortiguan estos efectos.
De acuerdo con investigaciones anteriores, los autores del estudio hallaron que más estrés infantil se correlaciona con volúmenes de hipocampo más pequeños. Sin embargo, encontraron que la crianza positiva actúa como agente protector de los efectos del estrés en el cerebro:
«La percepción de los niños de haber recibido una crianza positiva y de apoyo sirvió como un amortiguador contra los efectos biológicos del estrés. Incluso cuando los jóvenes informaron altos niveles de angustia por eventos negativos de la vida, aquellos que percibieron a sus padres como más solidarios no tenían tejido cerebral reducido en el hipocampo«, sostienen los investigadores.
Crianza positiva en la primera infancia: ¿En qué consiste?
La crianza positiva abarca una variedad de técnicas parentales «cálidas y de apoyo», como tratar con respeto y empatía a los niños, recompensar el esfuerzo en lugar de castigar los errores, educar desde la calma, prestar apoyo emocional, acompañar y validar las emociones y brindar afecto incondicional.
El acompañamiento positivo puede -y suele- funcionar en muchas situaciones y con personas de todas las edades. Se contrapone a las duras técnicas de la crianza autoritaria y la educación punitiva como los gritos y los castigos físicos.
La percepción del niño importa, y mucho
Los autores del estudio advirtieron que la percepción de los menores era un factor clave, ya que incluso aunque los progenitores se auto-percibieran a sí mismos como empáticos y positivos en su crianza, si el niño o la niña no los veía de esa manera, no observaron el efecto protector.
En otras palabras: lo que nuestros hijos e hijas opinen sobre nosotros influye en su desarrollo y salud mental y emocional. Así que, como dice el refrán: «No basta ser bueno sino parecerlo».
¿Por qué es importante la crianza positiva?
La crianza cariñosa puede marcar la diferencia en el desarrollo mental y emocional de los niños y niñas. Estudios anteriores han encontrado que el hipocampo es más pequeño en niños y adultos que han estado expuestos a altos niveles de estrés en la infancia. También se da el efecto contrario: niños más felices, cerebro más y mejor desarrollado.
Los volúmenes cerebrales más pequeños están a su vez asociados con problemas de comportamiento, así como a mayores desafíos de aprendizaje y memoria y a una mayor vulnerabilidad al estrés futuro.
«Nuestro estudio destaca la importancia de la crianza cariñosa para promover el desarrollo saludable del cerebro y la resiliencia en los niños. Al fomentar un entorno de calidez y apoyo, los cuidadores pueden ayudar a los niños a sobrellevar el estrés de manera más eficaz.
Docenas de estudios han encontrado que las prácticas de crianza positivas, como ayudar a los niños a nombrar las emociones y brindarles un espacio para que expresen sus sentimientos sin juzgarlos, pueden ayudar a los niños a superar eventos difíciles fomentando su capacidad de resiliencia desde la infancia», inciden los investigadores.
Las experiencias estresantes pueden tener un impacto perjudicial en el desarrollo infantil
Los resultados del actual trabajo, así como de otras investigaciones, evidencia que las experiencias estresantes pueden tener un impacto perjudicial en el desarrollo. De hecho, muchos investigadores están tratando de entender qué tipos de estrés nos afectan más y cómo lo hacen.
Por ejemplo, se sabe que las experiencias que son amenazantes (como la violencia) son distintas y pueden influir en el cerebro y el comportamiento de manera diferente a las experiencias de privación (como no tener suficiente comida). Es decir, pueden tener efectos diferentes.
Al mismo tiempo, los científicos subrayan que la apreciación personal y subjetiva, juega un papel importante. Los investigadores pueden considerar que ciertos tipos de estrés son peores que otros, pero la persona que experimenta el estrés puede no sentirlo de la misma manera.
Un niño o una niña puede, por ejemplo, restar importancia o peso a una situación estresante, y atravesarla sin riesgo para su desarrollo y bienestar emocional, con un acompañamiento parental positivo y cariñoso.
Asimismo, la importancia y la significancia que damos a cada situación es distinta según la persona y sus circunstancias personales. No tener suficiente comida puede resultar muy amenazador para la persona que sufre esa privación, aunque objetivamente una agresión física sea, en teoría, más amenazante. El presente estudio indica que es fundamental centrar las perspectivas de aquellos directamente afectados por el estrés para comprender los efectos de la adversidad infantil en el desarrollo neurológico.
Pero ¿cómo lograr una crianza positiva? o ¿cómo lograr un enfoque positivo de la crianza de los niños? Si quieres más información para educar en positivo o necesitas asesoramiento profesional y tips de crianza, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en crianza respetuosa.
Entre ellos/as se encuentra el enfermero de pediatría y divulgador de crianza respetuosa Armando Bastida, la terapeuta ocupacional pediátrica experta en desarrollo infantil Jéssica Romero y la docente, psicóloga y logopeda infantil Elena Mesonero.
0 responses on "La crianza positiva ayuda a proteger del estrés en la niñez y la adolescencia, según un nuevo estudio"