Los mocos y la tos son unos molestos compañeros de nuestros bebés y niños que suelen aparecer de buenas a primeras en casa sin ser invitados. Y, luego, son tan pesados que aunque los invites…
La laringitis aguda, laringitis estridulosa o crup es una infección de la laringe, generalmente vírica, que afecta a niños y niñas produciendo una tos característica típicamente nocturna.
La laringitis es la inflamación de la laringe, la zona de la vía respiratoria que aloja las cuerdas vocales. Estas estructuras modulan el paso del aire para generar la voz, y cuando están inflamadas, pueden obstruir el flujo aéreo produciendo dificultad respiratoria, alteración de la voz que se hace más ronca y modificando también el sonido de la tos que suena más metálica.
Síntomas del crup en niños
El crup se caracteriza por tres síntomas típicos: la tos disfónica, el estridor inspiratorio y la ronquera. La tos es quizás lo más característico de este cuadro y cuando la has escuchado una vez ya no se te olvida.
Es una tos seca, ronca, que se describe popularmente como tos perruna o tos de foca, porque suena precisamente a eso, a un perro ladrando o a una foca gruñendo. Además es una tos que comienza típicamente de noche.
El peque puede haber estado tosiendo algo los días previos, pero nada llamativo ni preocupante y de pronto, de madrugada, comienza con esta tos seca, perruna, que parece que se ahoga.
El estridor es también característico de la laringitis y es el ruido que produce el aire al inspirar cuando intenta pasar entre las cuerdas vocales inflamadas. Cuando la inflamación es muy intensa, el espacio que queda entre las cuerdas vocales se reduce mucho y se produce una verdadera obstrucción de la vía aérea con dificultad respiratoria que puede ser más o menos grave.
La ronquera o voz disfónica es un síntoma muy llamativo, incluso en bebés que aún no hablan, porque puede afectar también al llanto, que apenas suena.
Crup en niños: Causa
La causa más frecuente de la laringitis es vírica y el virus más frecuentemente implicado es el parainfluenza, típico de otoño e invierno, pero otros virus pueden dar los mismos síntomas, como el virus de la gripe, el virus de la bronquiolitis (el VRS), incluso el virus del COVID. Algunas bacterias pueden producir laringitis o laringotraqueobronquitis pero no es lo habitual, ya que para la mayoría de estas bacterias existen vacunas y los peques están protegidos.
El grupo de edad más afectado va de los 6 meses a los 3 años. Puede presentarse en niños y niñas mayores pero es excepcional después de los 6 años, ya que el crecimiento de la laringe hace que la inflamación de la zona ya no afecte de la misma manera.
El cuadro clínico suele ser de inicio agudo. El peque estaba bien, o algo acatarrado y de pronto, en mitad de la noche, se despierta con esa tos de perro y una respiración que parece ahogarse. El grado de dificultad respiratoria varía pero en general estará más cómodo sentado.
Tratamiento del crup en niños
Una medida sencilla que se recomienda en estos casos es que respiren aire húmedo que puede ser el aire fresco de la noche o haciendo vapor en el cuarto de baño cerrado. Esta es una medida sin mucha evidencia científica pero que se recomienda en todas las guías por ser fácil y producir cierto alivio, al menos subjetivo. Si hay fiebre se puede usar un antitérmico y si la respiración es dificultosa habrá que acudir a urgencias.
El tratamiento de elección de la laringitis es un corticoide oral. Se recomienda la dexametasona en dosis única, pero al no disponer en España de presentación en jarabe se suelen prescribir otros corticoides orales en gotas para usar durante unos días.
Los casos más graves con dificultad respiratoria pueden requerir adrenalina nebulizada y oxígeno pero generalmente la respuesta al tratamiento es rápida y no suele ser necesaria la hospitalización.
Lo típico de la laringitis es que los síntomas empeoren por la noche y duren 2 ó 3 días, por lo que hay que estar preparados para que esté bien durante el día y llegando la noche vuelva a toser como un perro.
Pasadas las primeras noches de tos perruna y estridor puede quedar una tos residual de tono más normal, similar a la que se produce en cualquier catarro de vías altas y que no precisa ningún tratamiento especial.
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