¿Cuántos signos debo enseñar a mi bebé?

Este post se publicó originalmente el 17/10/2021 y ha sido actualizado en fecha 03/10/2024

Hace unos meses estabais preparando la llegada de tu bebé y, en un abrir y cerrar de ojos, ya tiene 6, 12, 15 meses y habéis decidido utilizar los signos como forma de comunicación temprana. Pero ¿cuántos signos debo enseñar a mi bebé?

¿Cómo enseñar lenguaje de señas a un bebé?

Antes de empezar, quiero recordaros que los signos para bebés no son lengua de signos puesto que la lengua de signos tiene su propia estructuración. Los signos para bebés son gestos que acompañan a la palabra.

La comunicación temprana a través de signos con bebés tiene algunas ventajas como ofrecer la posibilidad de saber qué quiere comunicarnos, disminuir la frustración (aunque cuidado con las expectativas porque tampoco es infalible) y, lo que me parece más importante, favorecer el vínculo con el bebé.

En realidad, el acompañamiento con gestos a las palabras es algo que nos sale de manera natural. Por ejemplo, muchas veces movemos la mano para pedirles que vengan mientras decimos “ven” o movemos un volante imaginario mientras decimos “coche”.

¿Cuándo empezar a signar con bebés?

Los peques están preparados madurativamente antes para hacer gestos que para articular las palabras. Si pensamos en el desarrollo del lenguaje, hasta los 12-18 meses, la comprensión predomina en el desarrollo y, a partir de los 18, la expresión oral comienza a ganar terreno y podemos ver como nuestros bebés empiezan a decir palabras y a combinarlas en frases hacia los dos años.

Por supuesto, la comprensión continúa también a lo largo del desarrollo. En este camino entre la comprensión y la expresión aparecen los signos para bebés, una buena opción comunicativa para tener con ellos ratos de juego y relación saludable.

Una de las dudas que se plantean frecuentemente es: hemos decidido signar pero ¿cómo introducimos los signos? ¿Cuántos? ¿Cuáles? Teniendo en cuenta que no hay verdades absolutas, vamos a intentar aportar un poco de luz.

Podemos introducir los signos a partir de los seis meses. Solemos utilizar este punto de partida porque es cuando los bebés se comienzan a sentar, lo cual facilita la percepción adecuada de los movimientos del otro. Pero si tu peque tiene 12 meses, también puedes empezar a signar sin problemas.

No es cierto que el uso de gestos retrase la aparición del lenguaje así que podéis signar tranquilos en este sentido.

Y ahora, ¿por dónde empezamos?

¿Cuántos signos debo enseñar a mi bebé?

Tradicionalmente se recomienda comenzar con un repertorio de tres a cinco signos y escoger aquellos términos que nos puedan resultar más útiles como puedan ser teta/biberón, dormir y algún juguete favorito.

Una vez seleccionados, se trata de repetirlos cada vez que utilizamos la palabra. La constancia es clave para el éxito. Y, cuando vuestro peque los comienza a utilizar, ir añadiendo poco a poco otros signos.

Supongo que, hasta aquí, estaréis pensando que parece fácil. Y, si lo hacéis así, lo es. Sin embargo, me ronda la cabeza una reflexión que quiero transmitiros para que entendáis que las cosas no tienen tampoco que hacerse como siempre se han hecho obligatoriamente.

Cuando tenemos un bebé, no seleccionamos tres palabras para empezar a comunicarnos con él oralmente, ¿verdad? Entonces, ¿por qué hacerlo con los gestos? Al comunicarnos con nuestros peques, les hablamos, les contamos cosas, les enseñamos cuentos con vocabulario. Todo de una forma natural, aprovechando los contextos, las situaciones cotidianas, las experiencias nuevas…

Algunas frases se repiten varias veces al día pero también, cada día, les ofrecemos vocabulario nuevo. Y lo fascinante es que en esos primeros meses les hablamos sin esperar que nos hablen porque asumimos que aún no pueden o no saben hacerlo.

Así, llego a la conclusión de por qué no podemos ofrecer una batería de signos más amplia y variada de la misma manera que les ofrecemos palabras y frases sin cortapisas.

Esta opción, en realidad, es tan válida como aquella en la que escogemos tres signos de comienzo. Quizá el único requisito imprescindible no descansa en nuestro peque sino en nosotros mismos: se necesita un buen dominio de los signos para llevarlo a cabo, es decir, esta opción necesita que tengamos los gestos lo suficientemente interiorizados como para que nos salgan de manera casi natural.

Independientemente de que decidáis introducir tres o veinte signos, debéis tener en cuenta que vuestro bebé no va a realizarlos de manera inmediata (de la misma manera que las palabras tampoco), al menos al comienzo. Si mantenéis más allá de los dos años el aprendizaje de signos, es muy probable que ya sí pueda imitar un gesto de forma correcta en el momento.

De la misma manera, es importante que estéis atentos a los primeros intentos de signar de vuestro peque puesto que, al principio, el signo no será perfecto sino una aproximación. Pero, si os dais cuenta de que está intentando signar, por ejemplo, oso y le dais sentido dándole el oso que utiliza para dormir, interpretará que al hacer el signo consigue lo que necesita, volverá a utilizarlo y lo irá haciendo cada vez mejor.

Fijaos que el proceso es muy parecido al del lenguaje oral. Supongamos que dice “oto” para pedir el oso y nos damos cuenta de lo que nos quiere decir y le damos el oso, volverá a decirlo y poco a poco irá perfeccionando la articulación.

Es cierto que la comunicación temprana a través de los signos es un apoyo muy temporal en la mayoría de los casos y, a veces, antes de que introduzcáis un nuevo grupo de signos, vuestro peque empieza a hablar y se olvida de los signos.

Sin embargo, si habéis decidido signar, ¡adelante!, es una oportunidad preciosa para establecer un bonito y saludable vínculo con vuestros bebés. Y si tenéis dudas me tenéis a mí y al resto del equipo de Criar con Sentido Común a vuestra disposición en la Tribu CSC.

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