El 17 de mayo se celebra el Día Mundial de la Hipertensión Arterial. Si estás en una situación de hipertensión gestacional (tensión alta en el embarazo), tranquila. Es cierto que si no se trata, entraña…
Un grupo de investigadores ha hallado una proteína tóxica en la sangre y la placenta de las mujeres con preeclampsia, lo que podría ser el primer paso para alcanzar la cura de la preeclampsia.
Alrededor del 5% de las mujeres embarazadas sufre preeclampsia, una enfermedad que puede llegar a tener consecuencias graves para la madre y el bebé ya que puede provocar que no llegue suficiente sangre a la placenta y, por tanto, una disminución de oxígeno y nutrientes al feto. Esto podría desembocar en parto prematuro, bajo peso al nacer e incluso la muerte. La preeclampsia aparece únicamente en el embarazo a partir de la semana 20 y, en ocasiones, en el postparto.
Por el momento, la preeclampsia no tiene cura, pero ahora un grupo de investigadores de la Universidad Western y Brown ha logrado avances significativos en la identificación de la causa de la preeclampsia y una cura potencial. Así, los doctores Kun Ping Lu y Xiao Zhen Zhou de Western y Surendra Sharma y Sukanta Jash de Brown han identificado una proteína tóxica, cis P-tau, en la sangre y la placenta de las mujeres con preeclampsia.
Publicada en la revista Nature Communications, la investigación revela que la proteína cis P-tau es un factor circulante central de la preeclampsia, un «alborotador» que desempeña un papel importante en la complicación de la enfermedad que puede ser mortal. Según Surendra Sharma, profesora de Pediatría y de Patología y Medicina de Laboratorio en Brown:
«Nuestro estudio identifica cis P-tau como un culpable crucial y un biomarcador de la preeclampsia. Puede usarse para el diagnóstico temprano de la complicación y es un objetivo terapéutico crucial».
Por su parte, el profesor de Bioquímica y Oncología de la Escuela de Medicina Schulich y Odontología, además de catedrático de investigación occidental en Bioterapéutica, Kun Ping Lu, recuerda que la causa fundamental de la preeclamsia sigue siendo desconocida hasta ahora y, por tanto, no tiene cura.
La relación de la preeclampsia y el Alzheimer
La investigación actual parte de un hallazgo de Sharma y su equipo, quienes descubrieron en 2016 que la preeclampsia y enfermedades como el Alzheimer partían de problemas relacionados con las proteínas.
Hasta ahora, la proteína cis P-tau se asociaba a problemas neurológicos como el Alzheimer, lesiones cerebrales traumáticas y accidentes cerebrovasculares. Una asociación que fue descubierta por Lu y Zhou en 2015 tras décadas de investigación sobre el papel de esta proteína en el cáncer y el Alzheimer. Para hacerle frente, desarrollaron un anticuerpo encargado de atacar esta proteína tóxica, a la vez que dejaba ilesa la parte sana, lo que se encuentra actualmente en ensayos clínicos en pacientes humanos con resultados prometedores.
¿Funcionaría este mismo anticuerpo para tratar la preeclampsia? Al probarlo en ratones, se hallaron resultados sorprendentes:
«En este estudio encontramos que el anticuerpo cis P-tau agotó eficientemente la proteína tóxica en la sangre y la placenta y corrigió todas las características asociadas a la preeclampsia en ratones. Así, la presión arterial elevada, el exceso de proteína en la orina o las restricciones de crecimiento en el feto se eliminaron, pasando a ser un embarazo normal», según explicó Sharma.
Síntomas de la preeclampsia
La preeclampsia es una complicación grave del embarazo que se produce cuando hay tensión arterial alta por encima de 140/90 con afección órgano diana y asociada a proteinuria (una proteína presente en la orina).
La preeclampsia no suele presentar síntomas al principio y, por ello, es fundamental prestar atención a la presión arterial alta durante el embarazo, ya que puede ser uno de las primeras señales de preeclampsia.
Aunque suele aparecer a mitad de embarazo, también puede ocurrir después del parto y puede provocar eclampsia, una emergencia médica que requiere tratamiento hospitalario inmediato por la aparición de convulsiones y síntomas graves que pueden desembocar en la muerte de la mujer.
Aunque no se conoce qué causa la preeclampsia, sí algunos de sus factores de riesgo. Entre ellos, se encuentran:
- Se ha tenido preeclampsia en un embarazo anterior.
- Embarazo múltiple.
- Presión arterial alta, diabetes, enfermedad renal o enfermedad autoinmune como lupus o síndrome antifosfolipídico.
- Es el primer embarazo/parto o han transcurrido más de 10 años desde el último.
- Sobrepeso u obesidad.
- Tener antecedentes familiares.
- Haber padecido complicaciones en un embarazo anterior, como un bebé de bajo peso al nacer.
- Haberse sometido a una fertilización in vitro (FIV).
- Tener más de 35 años.
- Tener bajos ingresos por tener mayor dificultad para obtener atención médica de calidad y acceso a tratamientos para prevenirla.
- Las mujeres negras tienen mayor riesgo de padecer preeclampsia, con tasas mucho más altas que las mujeres blancas.
Entre los principales síntomas de la preeclampsia, se encuentra tener una presión arterial alta (con o sin proteína en la orina); cambios en la visión con luces intermitentes; dolor de cabeza, náuseas, vómitos y mareos, aumento repentino de peso, hinchazón en las piernas o dificultad para respirar.
Muchos de estos signos son molestias habituales del embarazo y por ello es importante consultar ante la más mínima duda y acudir a todas las revisiones y pruebas médicas del embarazo. En la Tribu CSC cuentas con un equipo de expertos/as a los que poder consultar online cualquier cuestión. Entre ellos, se encuentra la matrona Sara Caamaño.
Además, la FDA ha aprobado el primer análisis de sangre para predecir la preeclampsia en embarazadas, una prueba revolucionaria que identifica con un 96% de precisión qué mujeres con síntomas acabarán desarrollando la enfermedad.
Preeclampsia: riesgos para el bebé y la mujer
¿Qué le pasa al bebé cuando la madre tiene preeclampsia? La preeclampsia puede provocar problemas de salud graves para la madre y el bebé e incluso la muerte. Entre las principales consecuencias, se encuentran:
- Desprendimiento de la placenta.
- Restricción del crecimiento intrauterino.
- Parto prematuro.
- Bebé con bajo peso al nacer.
- Hemorragias postparto. Si no se trata puede provocar un shock y la muerte.
En caso de detectar tensión alta en el embarazo, es posible que la matrona o el ginecólogo decidan aumentar los controles de tensión, pasando a un registro de 2-3 veces al día, además de realizar una analítica para detectar preeclampsia y la presencia de proteinuria.
Si aún así no se consigue normalizar la tensión, es probable que para el control y cura de la preeclampsia se paute un tratamiento antihipertensivo. En casos poco frecuentes, sería necesario adelantar el parto para salvaguardar la salud de la madre y el bebé.
Secuelas de la preeclampsia
Pero más allá del embarazo o el propio parto, investigaciones recientes también han alertado de las secuelas de la preeclampsia a largo plazo y sus posibles vínculos con la salud cerebral. Según Sharma:
«Las investigaciones han sugerido un mayor riesgo de demencia en el futuro tanto para las madres que han sufrido preeclampsia como para sus hijos, aunque se desconoce el vínculo entre la preeclampsia y la demencia.
Por primera vez, hemos identificado niveles significativos de cis P-tau fuera del cerebro en la placenta y la sangre de las mujeres con preeclampsia, lo que sugiere una conexión más profunda entre esta y los problemas relacionados con el cerebro«.
Además, los investigadores recuerdan que más allá de la genética, el estrés también jugaría un papel importante. Así, «comprender cómo el estrés y otros factores ambientales se cruzan con marcadores como la proteína cis P-tau podría ofrecer una imagen más completa de a qué nos enfrentamos», concluyó Jash.
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