¿Has tenido un bebé prematuro? ¿Sabes que si algo puedes hacer por él o ella, es colocarlo en tu pecho? Pero, ¿sabes cómo portear un bebé prematuro? Beneficios del piel con piel (y del porteo)…

El 17 de noviembre se celebra el Día Mundial del Niño Prematuro. Alrededor de un 7% de los bebés que nacen en España nacen antes de la semana 37 de gestación. Desde que nacen estos menores se enfrentan a grandes retos, ya que cuanto más prematuros, más probabilidad de desarrollar alteraciones. En este post, no obstante, nos vamos a centrar en los retos del desarrollo psicomotor de los bebés prematuros.
Mientras más prematuros, más dificultades
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se considera prematuro al bebé nacido vivo antes de las 37 semanas. Los niños prematuros se dividen en subcategorías según su edad gestacional:
- Prematuros moderados a tardíos (32 a 37 semanas).
- Muy prematuros (28 a 32 semanas).
- Prematuros extremos (menos de 28 semanas).
«Cuanto más prematuro sea el bebé, mayor probabilidad de desarrollar alteraciones como parálisis cerebral infantil; déficits sensoriales como retinopatía del prematuro u otros déficit visuales, sordera neurosensorial (el oxígeno en altas concentraciones provoca alteraciones visuales, y muchos medicamentos que se administran al prematuro son ototóxicos); trastornos de aprendizaje y de conducta» explica Jéssica Romero, terapeuta ocupacional pediátrica y una de las profesionales de Criar Con Sentido Común.
El primer reto de un bebé prematuro: El hospital
Tras nacer, el bebé prematuro tendrá que quedarse hospitalizado un tiempo indeterminado que depende precisamente de esa edad gestacional, entre otros factores. Algunos solo pasan unos días en el hospital, pero otros necesitarán más tiempo de incubadora. Los prematuros extremos tendrán mayores probabilidades de morir y pueden tener deficiencias más severas en su desarrollo si llegan a sobrevivir.
No obstante, debido a la investigación y a unas UCIs pediátricas con más y mejor tecnología, en España así como en otros países desarrollados, la supervivencia de estos menores cada vez es mayor, así como su calidad de vida posterior.
Durante el tiempo en el hospital, los bebés prematuros pueden sufrir situaciones estresantes. No solo por la estancia en la UCI neonatal, sino la posibilidad de complicaciones médicas, manipulaciones, exploraciones, etc. En algunos casos, además, necesitarán respirador y/o apoyo a la alimentación mediante una sonda nasogástrica.
En este sentido, Jéssica Romero explica que:
«Debido a su condición de prematuros así como al entorno y experiencias a las que han tenido que enfrentarse tras su nacimiento, estos pequeños pueden presentar inmadurez a la hora de adquirir los diferentes hitos del desarrollo que les corresponden por edad«.
El desarrollo psicomotor en los bebés prematuros
La estancia en el hospital puede repercutir, además, en el desarrollo motor:
«Generalmente tendrán el tono muscular extensor más desarrollado (por permanecer tumbados boca arriba mucho tiempo) lo que puede provocar desequilibrios posturales y dificultad a la hora de adquirir el volteo, arrastre, gateo, etc.», según nuestra terapeuta ocupacional pediátrica en referencia a la motricidad gruesa.
«Un bebé nacido a término suele estar muy flexionadito y pronto adquiere la línea media y la capacidad de llevar sus manos al centro de su cuerpo y de ahí a la boca, después se agarra sus pies, etc. Esto es más complicado en el prematuro por esa actitud extensora que hemos comentado», insiste nuestra experta. Generalmente necesitan «algo de estimulación» para organizar su postura.
En cuanto a la motricidad fina:
«Las habilidades manipulativas de los bebés prematuros pueden ser algo pobres, observándose dificultades en las tareas de coordinación bimanual y con el uso del lápiz, tijeras y otros útiles escolares más adelante».
Cómo ayudarles a superar esos retos
Desde la estancia en las unidades de cuidados intensivos neonatales, los bebés prematuros reciben atención profesional para ayudar a estimular el desarrollo psicomotor. Principalmente reciben cuidados posturales, explica nuestra experta, para evitar que mantengan la postura de «libro abierto» como resultado del bajo tono muscular con el que nacen.
«Se les coloca como en niditos para que adquieran una postura similar a la que tenían en el útero de la madre, les flexionan las piernas, se les cambia de postura…», explica Jéssica Romero. Paralelamente se enseña a los padres cómo ha de ser el manejo terapéutico con el bebé. ¡Llegar a casa con un prematuro es una aventura!

Dependiendo del grado de prematuridad, estos bebés necesitarán más o menos ayuda. Las familias con peques muy prematuros o prematuros extremos tendrán que acudir a unidades de rehabilitación o centros de atención temprana para que sean tratados por fisioterapeutas o terapeutas ocupacionales. Estos irán apoyando al bebé para que vaya logrando alcanzar los hitos propios de cada etapa (control de la cabeza, adquisición de la línea media, coordinación de las manitas, reptar…).
«Cuanto menos inmaduros, menos apoyo terapéutico necesitarán. Muchas familias reciben simplemente orientación por parte del neonatólogo o por el equipo de rehabilitación en la visita de control. Y los prematuros más tardíos no necesitarán nada. Ellos solitos van llegando a los hitos del desarrollo psicomotor», resume Jéssica Romero.
La sobreprotección de los bebés prematuros también tiene consecuencia en su desarrollo psicomotor
Tener un bebé prematuro suele ser un reto también para las familias. Es duro en muchos sentidos. Por un lado, la separación tras el nacimiento y la necesidad de cuidados en el hospital. Y, posteriormente, los cuidados en casa y la sesiones de terapia, en caso de necesitarlo. La maternidad y la paternidad es una aventura emocionante pero también llena de recovecos de incertidumbre, que son más intrincados para las familias con niños prematuros.
Sin embargo, esa precaución y temor puede tener un doble filo si no sabemos medirla. Sin desearlo, los cuidadores podemos convertirnos en otro obstáculo más para el desarrollo psicomotor de estos bebés.
«En ocasiones el miedo a que enfermen o se hagan daño si los dejamos en el suelo, hace que les restemos oportunidades de exploración. Y esto no ayuda al adecuado desarrollo del peque», advierte nuestra experta.

Así que si hay que pedir ayuda y apoyo del entorno, hay que hacerlo. Y eso es precisamente lo que hacemos desde la Tribu CSC, ofrecer apoyo profesional y acompañamiento en el camino de la crianza. En nuestra comunidad podrás compartir experiencia con otros padres de niños prematuros y tener acceso gratuito a más de 120 cursos especializados en crianza.
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